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En la primavera-verano del año 1946, el escritor Camilo José Cela llevó a cabo un mítico viaje que, cabalgando, a pie, en carro y autobús, realizó por la Alcarria. De esta aventura nos legó un libro ya clásico de nuestras letras. Viaje a la AlcarriaRuta por la Alcarria de Cela 1 es una de aquellas experiencias personales que nunca se olvidan. Un itinerario que el viajero puede seguir hoy si no a pie, sí en coche o moto y, si no en diez días, en uno o varios fines de semana.

La Alcarria es “un hermoso país al que la gente no le da la gana de ir”, pero que quedó reflejado de una manera magistral en la obra del Premio Nobel, cuyo recorrido abarca los casi 300 kilómetros entre la capital de España y la localidad de Zorita de los Canes.

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El Palacio del Infantado en Guadalajara./ Imagen cedida por Shutterstock

El apasionante periplo de Cela se inicia al amanecer, en su domicilio, prosigue en la mañana madrileña camino de la estación de Atocha para subirse a un añejo tren de asientos de madera que conduce hasta Guadalajara, la capital de la Alcarria.

El escritor gallego realiza alguna compra cerca del Palacio del Infantado. Se trata de un edificio de estilo gótico isabelino con elementos renacentistas y que fue mandado construir por Íñigo López de Mendoza y Luna, segundo duque del Infantado, a finales del siglo XV.. También hay que ver el Palacio de los Mendoza, considerado el primer edificio español plenamente renacentista.

Los restos más antiguos que permanecen de la ciudad de Guadalajara son las ruinas del Alcázar Real, los torreones de Álvar Fáñez y del Alamín (siglos XIII-XIV) y el puente sobre el río Henares, que conserva parte de la obra de origen andalusí. De obligada visita.

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A una veintena de kilómetros se llega hasta el municipio de Torija, el pueblo al que muchas veces Camilo José Cela regresó para reencontrarse con sus amigos, los que tuvieron la idea de que en el castillo templario se ubicara el museo de Viaje a la Alcarria.

La galería expositiva se ubica en la torre del homenaje y a lo largo de sus tres plantas se ven multitud de recuerdos del viaje: fotografías, un facsímil de su cuaderno de notas, ediciones del libro en diferentes idiomas… La fortaleza fue dinamitada por el guerrillero español El Empecinado en el siglo XIX para evitar que cayera en manos del ejército de Napoleón.

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Descubrir La Alcarria lleva al viajero a disfrutar de bellos paisajes./ Imagen cedida por Shutterstock

La siguiente parada de la ruta de Cela nos lleva a Brihuega, a la que se llega enseguida si se sigue el río Tajuña. Un villa monumental que tiene castillo, varias iglesias románicas, museos, cuevas y la Real Fábrica de paños de Carlos III. En esta localidad tuvo lugar una batalla de la Guerra Civil española.

Después de atravesar la pequeña Capadocia peninsular que es Cívica y haber visitado el Museo del Pastor y del Labrador de Masegosos del Tajuña, se alcanza Cifuentes, capital de La Alcarria y, como anuncia su nombre, un pueblo de manantiales. Aunque la iglesia de San Salvador, el convento de Santo Domingo, la plaza Mayor o el castillo de Don Juan Manuel también merezcan.

Un rápido recorrido por Gárgoles de Abajo conduce ahora al viajero hasta Trillo. Merece la pena una visita a su cascada o a la Casa de los Molinos. A las afueras, están las ruinas (no visitables) de su antiguo monasterio.

Sacedón queda apenas a cinco kilómetros de distancia, un pueblo animal al que el embalse de Entrepeñas dio mucha vida, y luego está Tendida, con una calle de soportales larguísima. En la pedanía de Córcoles, a unos 6 kilómetros, se encuentran los vestigios del monasterio cisterciense de Monsalud (siglos XIII-XVI).

Llegamos a Pastrana, la preciosa villa medieval con un pasado marcado por la princesa de Éboli, doña Ana de Mendoza, y Santa Teresa de Jesús. El Palacio Ducal (renacentista del siglo XVI, donde vivió recluida la princesa) y la colegiata de la Asunción resultan de obligada visita.

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Ruinas de la ciudad visigoda de Recópolis. Imagen cedida por Shutterstock

El viaje de Cela le lleva a recorrer tierras de trigo, matorral y zarza; caminos que avanzan paralelos a riachuelos rodeados de juncos y sendas polvorientas. El río Tajo cruza esta tierra de páramos y campiñas, donde se produce una de las mieles más apreciadas de España.

La última parada alcarreña se realiza en Zorita de los Canes. A tan solo un kilómetro, el viajero debe visitar las bellas ruinas de Recópolis, la ciudad que Leovigildo fundó en 578 y dedicó a su hijo Recaredo. Existe un itinerario jalonado con paneles que le guiarán por el laberinto de lo que fueron viviendas, talleres de vidrio, comercios, cisternas, silos y dependencias palaciegas. El conjunto arqueológico destaca por ser la única ciudad de nueva planta que construyeron los visigodos en sus tres siglos de reinado.

Gracias a este viaje se da a conocer una tierra de la que solo se recordaba por haberse desarrollado en ella una de las batallas decisivas de la Guerra Civil. Antes, ya habían elegido esta zona los poetas místicos San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús para fundar sus conventos.

Si el viajero aficionado a la historia quiere conocer y profundizar en la obra literaria del Premio Nobel, puede adquirir otros interesantes libros que han jalonado una trayectoria insigne, como La familia de Pascual DuarteRuta por la Alcarria de Cela 2 o La colmenaRuta por la Alcarria de Cela 3, dos de las mejores obras de Camilo José Cela.

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Dónde dormir en Trillo: Balneario de Carlos III; Carrretera La Puerta, s/n; 19450 Trillo (Guadalajara); teléfono: 941394405.

Dónde comer en Brihuega: Quiñoneros; Calle de María Cristina, 10; 19400 Brihuega (Guadalajara); teléfono: 949280495.


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