Como principal núcleo urbano y corazón económico de la comarca de Tierra de Barros, Almendralejo esconde bajo su apariencia de ciudad un puñado de razones para ser visitada. El vino de la D. O. Ribera del Guadiana y Cava que se produce en la zona es un buen gancho para empezar. Su pasado también. Sus orígenes son inciertos, como así lo testifica el llamado dolmen de la Vega de Harnina. El pueblo actual se remonta al año 1228 cuando, según es tradición, lo fundaron labriegos de Mérida.
Qué ver en Almendralejo
Caminar por la Plaza de Toros al centro neurálgico de Almendralejo no le tomará al viajero ni cinco minutos. Entre las plazas de San Antonio y la de Espronceda se concentran muchos de los puntos de interés que forman parte de la Ruta literaria sobre el Romanticismo creada por la oficina de turismo local. La excusa para este itinerario es que fue en Almendralejo donde nacieron dos de los autores más representativos de esta corriente literaria: José de Espronceda y Carolina Coronado.
El Palacio de Monsalud (siglo XVIII), actual sede del Ayuntamiento, es el punto de partida. Su bonito patio porticado y sus azulejos de Talavera parecen el escenario ideal para un hipotético encuentro entre dos románticos vocacionales como lo fueron sus dos ilustres hijos, José y Carolina.
Tras recorrer la calle Real el viajero llegará a la plaza donde se encuentran las principales instituciones sociales: el Círculo Mercantil, el Salón Obrero Extremeño y el Teatro Carolina Coronado, tres filigranas de estilo ecléctico construidas a principios del siglo XX y que retratan el poderío económico del Almendralejo de la época.
Entre sus principales visitas figuran la iglesia de la Purificación de Nuestra Señora, construida sobre una iglesia anterior, con notables elementos góticos, platerescos y barrocos, y una torre-campanario, de tres cuerpos y estilo herrerillo, asentada sobre un basamento gótico. La ermita de Nuestra Señora de la Piedad (siglo XVI), remodelada en el siglo XVIII y restaurada en el XIX, conserva un bello retablo barroco. Entre otros edificios religiosos destacan el convento de Nuestra Señora del Amparo y el convento de San Antonio, de interés Histórico-Artístico.
La comarca cuenta con una Ruta del Vino a la que se han adherido bodegas, hoteles, restaurantes y hasta un vanguardista Centro de Interpretación: el Museo de las Ciencias del Vino, en el que el viajero conocerá variedades de uva autóctonas como la Eva o beba de los santos, una especie blanca muy apreciada.
En el parque de las Mercedes, en el centro del pueblo, hay un yacimiento del Paleolítico Medio, del hombre de Neandertal. Data, aproximadamente, de 450.000 años antes de Cristo y se han encontrado 500 piezas de museo: hachas, puntas de flecha, cuchillos… Aunque el mejor lugar para asentarse en la zona es el Cabezo de San Marcos, desde donde se controla toda Tierra de Barros. Allí hay restos de un poblado de hace 5.000 años con tres líneas de murallas concéntricas.
A las afueras de Almendralejo se puede visitar, de manera gratuita y con cita previa, el sepulcro prehistórico de Huerta Montero, seguramente la mejor conservada de las tumbas de este tipo encontradas hasta la fecha en toda la región. El enterramiento tiene una antigüedad de más de 4.600 años y acoge los restos de 109 personas pertenecientes a un mismo clan que fueron enterradas en posición fetal a lo largo de un periodo de 1.000 años.
Entre los restos encontrados bajo el dolmen hay un silbato hecho con hueso de buitre, ídolos fabricados con falange de ciervo y de caballo, y hasta una caracola de mar, con la que se demuestra que ya entonces existían las relaciones comerciales.
Si el viajero decide a viajar a principios de febrero, se encontrará con las Candelas, una de las fiestas pagana cristianizadas más antiguas de la Península. Es una especie de Carnaval en el que, bajo pretexto de ahuyentar a los malos espíritus, el aperreado contribuyente arremete contra el poder vigente y los abusos de sus gobernantes representados en los Peleles o Pantarujas. Cada barrio, grupo o familia enciende sus candelas en la calle y se reúne al calor del fuego a degustar las típicas migas de barros y los suculentos productos de la matanza.

La visita a Almendralejo no estaría completa si el viajero no llega hasta la vecina Plaza de Toros, una joya de la arquitectura neomudéjar de principios del siglo XX. Detrás de las puertas de forja decorada don detalles de cabezas de toro, toreros y novilleros se esconde una bodega antigua que aprovecha el espacio vacío que queda bajo las gradas, lo que le convierte en la única instalación del mundo que aunó las funciones de ruedo taurino y bodega. En total son 29 conos, enormes tinajas de barro, en las que antiguamente se crió vino a granel para las grandes bodegas de vinos de Jerez y Oporto.
Toda la provincia de Badajoz y, por extensión, la comunidad autónoma extremeña, es un viaje al pasado rico en historia. Diseminadas por la dos provincias más extensas de la Península Ibérica hay ciudades de origen romano como Medellín o Mérida, de presencia templaría como Fregenal de la Sierra o Jerez de los Caballeros, Patrimonio de la Humanidad como Guadalupe y su monasterio, o de retiro de grandes monarcas como Carlos V en Yuste.

Dónde dormir en Almendralejo: Hotel Acosta Centro; Plaza de Extremadura; 06200 Almendralejo (Badajoz); teléfono: 924666111.
Dónde comer en Almendralejo: Nandos; Calle de Ricardo Romero, 12; 06200 Almendralejo (Badajoz); teléfono: 924661271.