Capital de la Ribera, Aranda de Duero arranca en la historia el año 861 tras ser fundada por Ordoño I, aunque algunos autores suponen que existió mucho antes. Los árabes la destruyeron poco después (siglo IX) y fue reedificada gracias a su enclave estratégico en la confluencia del arroyo de Bañuelo con el Duero, nudo de comunicaciones importante en la antigüedad. Con estos orígenes, la realenga Aranda de Duero se erige como una de las ciudades más antiguas de España.
En 1473, l obispo de Toledo, Alfonso Carrillo, convocó en Aranda un concilio del cual salieron varios cánones que restringían el acceso al sacerdocio, aunque el verdadero motivo del cónclave fue impulsar el partido de la infanta Isabel de Castilla frente a Enrique IV.

En la Edad Media la villa alcanzó su máximo protagonismo gracias a la presencia de una amplia comunidad judía y árabe. De 1503 data el primer mapa de Aranda de Duero, considerado uno de los más antiguos de España y en el que se aprecia claramente cómo se dividía la localidad en los dos barrios con sus fieles religiosos diferenciados.
Durante esta época, Aranda de Duero se convirtió en cruce de caminos y también en morada de pasajeros que circulaban por sus caminos y veredas de norte a sur y de este a oeste. La localidad burgalesa fue de este modo referencia para el viajero y punto de encuentro para los visitantes que llenaban la ciudad durante los días de feria o de mercado. Sus calles y plazas se llenaron de pícaros, posadas y mesones.

En el siglo XVI se instalaron varios conventos que enriquecieron con su arquitectura y cultura la ciudad. Entre las visitas de interés destaca la iglesia de San Juan Bautista (siglo XVI), con una portada en cuyo tímpano se alza la estatua del santo titular. La iglesia de la Vera Cruz (siglo XVII), de planta de cruz latina, conserva en sus paredes restos de otros templos anteriores, posiblemente alguno románico.
La magnífica iglesia colegiata de Santa María, levantada en el siglo XII como elemento defensivo de la población, es testigo de las intrigas cortesanas de la época. A finales del siglo XV una profunda remodelación borró sus líneas románicas para dotarla de tres naves, tres ábsides y un crucero inspirados en el estilo gótico de la catedral de Burgos. En su interior alberga un púlpito renacentista de madera de 1547, que preside la nave central. Cada uno de los detalles escultóricos que componen el templo es una verdadera obra de arte en sí misma. Está declarado Bien de Interés Cultural.

De interés para el viajero resultan también el Palacio de los Verdugo, el santuario de la Virgen de las Viñas, del siglo XVII, situado a las afueras; el palacio de Colmenares, las abundantes casas señoriales y el puente medieval de las Tenerías que ofrece una bella panorámica sobre el río Duero. Mientras, la Casa de las Bolas, donde pasó etapas de su infancia Isabel la Católica, se ha convertido en un museo pictórico gracias a la colección particular de Félix Cañada.
Por si no fueran pocos los atractivos que muestra al viajero, Aranda de Duero está situada dentro de la ruta del vino de Ribera de Duero, y cuenta con bodegas que es posible visitar. En total, más de 120 que conforman una red subterránea de obligado recorrido en el casco antiguo. Más de 7 kilómetros. Es, junto a Peñafiel y su espectacular castillo, uno de los puntos neurálgicos para la práctica del enoturismo por toda esta estupenda zona. Unos buenos caldos acompañados, eso sí, del magnífico lechazo que se prepara en Aranda.

Dónde dormir: Aranda; San Francisco, 51; 09400 Aranda de Duero (Burgos); teléfono: 947501600; info@hotelaranda.com.
Dónde comer: Restaurante El Ciprés; Plaza de los Jardines Don Diego, 1; Aranda de Duero (Burgos); teléfono: 947507414.