Un poco más adelante de Espejo se llega a Baena, un pueblo agrícola de cereal, olivo y algo de huerta en las márgenes del humilde río Marbella. Aquí se encontraron un famoso león ibérico (en concreto leona) y una cruz visigótica no menos famosa que la del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Baena es un bellísimo pueblo blanco típicamente andaluz, con uno de los mejores conjuntos arquitectónicos de la provincia cordobesa, cuyo aceite tiene una calidad excepcional.
Baena, una ciudad con mucha historia
Baena ya estuvo habitada en tiempos pretéritos. Dan fe de la antiquísima presencia humana en la zona yacimientos que datan de la Edad de los Metales, además del legado cultural dejado por los íberos, con hallazgos religioso funerarios como los de Torreparedones. De entre ellos sobresale la llamada Leona de Baena. La escultura fue hallada en el cerro del Minguillar, donde se cree que se hallaba Iponuba, ciudad ibérica citada por Plinio el Viejo.

La mayor parte de restos encontrados en Baena datan de la ocupación romana. Sobre todo de la antigua Iponuba y de Torreparedones, probable asiento de la colonia inmune Virtus Iulia Itucci. Varias son las obras de arte nos han llegado de este período, entre las que destacan varias estatuas togadas o la monumental representación de la emperatriz Livia personificando a la diosa Abundantia.
La importancia de Torreparedones en el mundo arqueológico ha alcanzado tal relevancia que se la ha llamado la Pompeya de Andalucía. Hasta el momento, las excavaciones realizadas han dado como resultado el descubrimiento de una importante ciudad romana, en la que han aparecido además de la puerta monumental, el foro de aproximadamente unos 700 metros cuadrados, unas termas y el mercado. La superficie total es de 10,5 hectáreas, representando lo excavado el 1,5% del total.
La ubicación actual de la localidad se debe a la civilización musulmana que habitó por estos lares durante la Edad Media. Las primeras noticias sobre la Baena musulmana se remontan al siglo IX con motivo de la rebelión muladí encabezada por Umar ben Hafsún, quien en su marcha progresiva hacia Qurtuba se apoderó del lugar en el año 899. En el año 1240 Baena fue conquistada de forma pacífica por Fernando III el Santo, quien la entregó a su hermano, el infante Alfonso de Molina.
La actual Baena nació alrededor de un castillo fundado por los musulmanes en el primer siglo de la conquista y que poco a poco fue creciendo hasta alcanzar la categoría de ciudad durante el califato, llegando a ser alcazaba de la cora de Cabra, es decir, capital de la provincia, residiendo en ella un general al mando de una importante guarnición.
Lo que no se pudieron llevar a la capital de España de Baena es la Casa del Monte, bello edificio civil del siglo XVIII, en la plaza del pueblo, ni el hermoso retablo italiano de la iglesia de la Madre de Dios, ni el artesonado mudéjar de la de Guadalupe, ni el convento de San Francisco. Hay además un piadoso Museo de Semana Santa.
En el barrio alto, que se llama la Almedina, subsisten las ruinas del antiguo castillo y algunos retazos del antiguo recinto jurado con su puerta del Arco Oscuro. Del castillo musulmán apenas quedan restos emergentes (lo conservado actualmente data del siglo XIV) pero sí existen importantes tramos de muralla con algunas torres y puertas del recinto de la Almedina (Arco Oscuro, Arco de Consolación).

Baena alberga la hermosa iglesia de Santa María la Mayor, del siglo XVI. En el centro de la localidad el viajero debe visitar la firma familiar Núñez de Prado, que lleva ya siete generaciones produciendo uno de los mejores aceites que hay en el mercado. Su molino artesanal, la antigua almazara (siglo XVIII) produce aceite de oliva sin filtrar, de sabor único. En Baena hay un Polo de Desarrollo y una Casa de la Cultura instalada en el antiguo pósito. Baena es patria del geógrafo musulmán Ben Asgab y polígrafo José Amador de los Ríos.
El viajero apasionado por la historia tiene en la provincia de Córdoba un buen número de opciones para descubrir parte de lo más granado del pasado de nuestro país. El esplendor califal del emirato en tiempos de dominación árabe de la península ibérica tiene en los vestigios de Medina Azahara su culmen. Otros hermosos pueblos de la campiña como Priego de Córdoba y Montilla invitan a un recorrido para repasar su historia. Mientras, también se puede añadir una excursión a Cerro Muriano, donde el recordado Robert Capa inmortalizó la instantánea más conocida de la Guerra Civil española.

Dónde dormir: Hotel La Casa Grande; Cervantes 35; teléfono: 957671905; hotelbaena@lacasagrande.es.
Dónde comer: Restaurante Casa del Monte; Plaza de la Constitución, s/n; teléfono:
957671675.