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Se trata del mayor barco romano en excavación del Mediterráneo. Fue descubierto en 1999 por dos arqueólogos submarinos a 25 metros de profundidad de las costas de la antigua Alon (Villajoyosa, Alicante).

El pecio Bou Ferrer, un enorme navío de 30 metros de eslora y 230 toneladas de peso, zarpó a mediados del siglo I del puerto de Gades con destino a Roma. Transportaba 3.000 ánforas repletas de la famosa salsa de pescado garum, quizá de la mejor factoría del Imperio, la que estaba en Baelo Claudia (Cádiz), así como una docena de lingotes de plomo de las minas de Sierra Morena.

Hoy día es posible visitar sus restos si el viajero se enfunda en verano su traje de neopreno y se sumerge con buceadores y arqueólogos subacuáticos expertos.

En su tránsito por aguas del Mare Nostrum hacia el sur de las islas Baleares, el Bou Ferrer debió ser desplazado por un temporal de Levante; buscó refugio en la costa de la provincia de Alicante pero no lo consiguió y se hundió frente a la Vila Joiosa.

Tal vez, en un intento por salvarse, la tripulación hizo una maniobra de aproximación a la costa a favor del viento. Pero la tentativa resultó fallida y el pesado barco mercante romano naufragó a escasos mil metros de la costa.

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Destaca por tratarse de un flete del emperador de Roma, y por su excelente estado de conservación, tanto en el cargamento como en el casco de la nave.

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El pecio Bou Ferrer se puede visitar con arqueólogos especializados.

Los trabajos arqueológicos realizados en Bou Ferrer, que es el primer yacimiento submarino declarado Bien de Interés Cultural de la Comunitat, han aportado que el barco tenía una capacidad de carga de más de 200 toneladas, como atestigua su carga principal, compuesta por cerca de 2.500 ánforas contabilizadas, cada una de las cuales contenía unos 40 litros de salsas de pescado a base de boquerón, caballa y jurel.

Los especialistas aseguran además que los lingotes de plomo estudiados del pecio no tenían un propietario desconocido, sino que pertenecían al propio emperador de Roma.

Las excavaciones futuras permitirán conocer si pertenecieron a Calígula, Claudio o Nerón. El Bou Ferrer no era un pecio cualquiera, sino que al parecer iba destinado a la familia imperial.

En la actualidad, el pecio Bou Ferrer es el único gran mercante del periodo romano, en todo el Mediterráneo, que combina un inigualable estado de conservación, junto con una profundidad bajo el mar asequible a los arqueólogos subacuáticos.

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El Bou Ferrer transportaba a Roma ánforas repletas de ‘garum’.

Las inmersiones, un proyecto pionero en España de turismo subacuático, se completan con una visita previa al Taller Bou Ferrer, en el Vilamuseu. Un recorrido privilegiado dirigido por arqueólogos y restauradores del proyecto, en el que explican cómo se investigan, desalan y restauran las piezas que se extraen de las excavaciones.

La visita permite incluso tocar las ánforas y otras piezas halladas en el pecio, así como conocer la historia y la trayectoria que pretendía seguir el pecio.

Las aguas frente a las costas valencianas esconden muchos otros pecios que también despiertan interés. Como el del Litri en Burriana o el hundimiento de la fragata Guadalupe en la costa de Dénia en 1799. En general, España es dueña de la mayor flota histórica del mundo que permanece en los fondos abisales a la espera de ser rescatada. Las informaciones recogidas por la Armada española desde el siglo XIII determinan la existencia de más de 1.500 buques españoles o de otras nacionalidades naufragados en las actuales aguas jurisdiccionales españolas.

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Dónde dormir: Hotel Allon Mediterrania; Avenida del Puerto, 4; 03570 La Vila Joiosa/Villajoyosa (Alicante); teléfono: 965890209.

Dónde comer: Restaurante Hogar del Pescador; Av. del País Valencià, 33; 03570 La Vila Joiosa/Villajoyosa (Alicante); teléfono: 965890021.


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