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Desde los Toros de Guisando, una carretera permite al viajero llegar a la localidad madrileña de Cadalso de los Vidrios (poco más de 2.000 habitantes), en el límite de la provincia de Ávila, con el telón de fondo de la sierra del Valle, preludio de las altas cumbres de Gredos. Un lugar que aguarda una historia que sorprenderá al viajero.

La historia de Cadalso de los Vidrios

La fundación de Cadalso de los Vidrios, al parecer, se atribuye a los etruscos (siglo VI a.C.), pueblos que irrumpieron en Toscana hacia el siglo VIII a.C. procedentes del Mediterráneo oriental. A finales del siglo VII a.C. se apoderaron de Roma y en el siglo VI a.C. penetraron en el valle del Po. Así al menos lo afirman algunas fuentes. Según testimonios de Quinto Fluvio y Marco Fluvio, en el siglo II existió una fortaleza, sobre el emplazamiento de un antiguo castro, que fue destruida y reconstruida en sucesivas ocasiones. Este hecho demuestra la importancia de Cadalso como lugar estratégico.

No obstante, los orígenes del pueblo antes de la ocupación musulmana de la Península Ibérica no están muy documentados. Sobre el risco de la Peña los árabes construyeron un castillo. De ahí el topónimo de Cadalso (lugar en alto), que podría derivar de su ubicación en una elevación de terreno desde donde se podía otear los alrededores y advertir la presencia del enemigo. También se habla de un posible asentamiento judío en tiempos romanos llamado Cadalfarum. A finales del siglo X, el caudillo Almanzor devastó la localidad.

El sobrenombre ‘de los Vidrios’ se debe a Carlos III, que fundó en la población una real fábrica de vidrio soplado bajo la dirección de artesanos franceses y flamencos. Por aquella época, en Madrid, empezó a llamarse a los cadalseños los soplones. El vidrio aquí fabricado alcanzó su mayor prestigio en los siglos XVI y XVII y los hornos se mantuvieron operativos hasta principios del siglo XX, cuando fueron cerrados. En Cadalso trabajaron los mejores maestros y su calidad era comparable al cristal de La Granja o al de Murano; gran parte de la cristalería de la Real Botica del monasterio de El Escorial fue fabricada aquí.

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Ayuntamiento de Cadalso de los Vidrios./Xauxa

Años atrás, es conocido que Isabel la Católica pasó por Cadalso tras ser proclamada heredera de la corona de Castilla en 1468. También anduvo por este pueblo Santa Teresa de Jesús en el año 1569, alojándose en casa de unos parientes suyos, los Dávila, en la calle de San Antón.

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No obstante, el principal personaje histórico ligado a Cadalso fue Luis María de Borbón, que nació en su palacio de Villena el 22 de mayo de 1777. Como hijo del Infante Luis Antonio de Borbón (hijo de Felipe V), residió con su padre en Cadalso hasta que los acompañantes de su predecesor provocaron un enfrentamiento con los lugareños, quienes acabaron apedreando el palacio. Luís María fue Arzobispo de Toledo y Regente de España durante la invasión francesa.

Del antiguo esplendor de Cadalso quedan restos de las murallas y un casco viejo repleto de casonas de arquitectura serrana, entre las que destaca la casa de los Austrias, con una portada renacentista. Permanecen también restos de una ermita mudéjar, en el cementerio y el palacio de don Álvaro de Luna o de Villena, de estilo renacentista, restaurado tras un incendio, con un bello jardín provisto de cenadores, pérgolas y templetes.

Este palacio, construido con sillares de piedra, data del siglo XV. Enfrente del palacio el viajero verá la Fuente de los Álamos, de origen musulmán. En realidad es un antiguo manantial excavado en la roca viva que origina un pozo de piedra, de estilo gótico. Repartidas por la localidad destacan algunas fuentes más: la Fuente de La Peluquera, de época romana o visigoda; y la Fuente de El Pilar, que aún se utiliza.

Sin embargo, el punto más interesante es la iglesia de la Asunción (siglo XVI), construida con las piedras de la antigua muralla. Su fábrica, de estilo gótico, sufrió algunas modificaciones y aditamientos de corte herreriano. Es un templo de grandes dimensiones con cuatro capillas laterales.

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Carlos III fundó aquí una real fábrica de vidrio soplado.

En las afueras, en la calle Real, se localizan las Cuevas del Pilar, unas nueve grutas con bóvedas de medio cañón de época musulmana que, según la leyenda, conducen hasta el Observatorio de la Peña Muñana.

El viajero entusiasmado por conocer la historia de muchos lugares de la Comunidad de Madrid puede aprovechar la visita a Cadalso de los Vidrios para prolongar su estancia y recorrer sitios y municipios que rebosan pasado a raudales, como Torrelaguna, Titulcia o Buitrago de Lozoya.

En la propia capital madrileña también se diseminan infinitos lugares con historia, a elección del viajero, que tiene donde elegir: desde el pasado egipcio del Templo de Debod, al prehistórico del Cerro de Batallones o al más contemporáneo del Palacio de Buenavista.

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Cómo llegar: Cadalso de los Vidrios está situado a 83 kilómetros de Madrid, en la zona de turismo de Madrid de la Sierra Oeste. Se llega por la M-501.

Dónde dormir: Hostal San José; Calle del Dr Menéndez, 2; 28640 Cadalso de los Vidrios (Madrid); teléfono: 918640157.

Dónde comer: Casa Laureano; Plaza de la Fuente de los Álamos, 3; 28640 Cadalso de los Vidrios (Madrid); teléfono: 918640016.


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4 COMENTARIOS

  1. Muchas gracias por elegir nuestro pueblo para su artículo y muchísimas gracias por mencionar nuestro restaurante!!! Un saludo. 😉

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