Declarada Bien de Interés Cultural, sobre un promontorio rocoso de la comarca del Bierzo emerge una silueta que proporciona una estampa de bella factura. Incólume al paso del tiempo permanece en pie desafiante el castillo leonés de Cornatel, testigo de cruentas batallas y enconadas resistencias durante la Edad Media.
Ubicada en el municipio de Priaranza, la fortaleza resiste protegida por una sola muralla recorrida por un paseo defensivo almenado. Al parecer tuvo su origen en un destacamento militar romano que aprovechó la explotación de oro de Las Médulas.
La eclosión del castillo tuvo lugar en la España cristiana de los siglos IX y X, cuando jugó un papel destacado en la Reconquista. A mediados del siglo XI, el conde Munio Muñiz, propietario de numerosos territorios, aparece como propietario del castillo. Desde el año 1093 hasta el año 1108, es en cambio Jimena Muñiz su dueña, amante de Alfonso VI y abuela del primer rey de Portugal, Alfonso I Enríquez.
Ya en el siglo XIII aparecen los caballeros templarios, quienes al parecer tomaron posesión del castillo de Cornatel, como así lo atestigua una escritura del Cartulario de San Pedro de Montes del año 1228. Permanecieron como sus custodios hasta la desaparición de la orden, en 1312. Son escasos los documentos conservados, de los casi cien años que los templarios permanecieron en posesión de esta fortaleza, dependiente de la Encomienda de Ponferrada.
Un ambicioso personaje, el primer Conde de Lemos, transformó por completo el castillo convirtiéndolo en su residencia y en uno de los puntos fuertes de sus estados. Allí vivió y allí le alcanzó la muerte a finales de aquel siglo. No faltaron después las luchas fratricidas por su propiedad entre su hija legítima y el nieto bastardo, con intervención directa de los Reyes Católicos.

A partir del siglo XVII la fortaleza sufrirá un progresivo abandono, que culminará en el XIX. Cuando a partir de 2004 se inicie su proceso de restauración, los siglos de ruina y saqueo lo habrán privado de sus elementos más señeros, impunemente expoliados por saqueadores de todo pelo.
No falta la tradición sobre la posible existencia de un pasadizo secreto que, por caminos subterráneos, enlaza Cornatel con la fortaleza de Ponferrada. Lo curioso, es que el pasadizo existe, pero a poca distancia de su entrada los derrumbes lo obstruyen. ¿Permanecen allí dentro ocultos los tesoros de los templarios?
Los amantes de la buena literatura castellana habrán caído en la cuenta de que el Castillo de Cornatel fue utilizado por el escritor berciano Enrique Gil y Carrasco para situar una de las principales novelas históricas españolas, El Señor de Bembibre.
El castillo cuenta con un museo en el que se recrea el pasado del mismo y sus fases de construcción, así como las posesiones por las que ha pasado a lo largo de la historia. Alberga además una exposición de armas de asta medievales pertenecientes a la asociación local Caballeros de Ulver.
El viajero interesado en visitar la fortaleza debe saber que permanece abierta al público, en horario de mañana y tarde, los viernes, sábados y domingos de todo el año. En verano abre todos los días, a excepción de los lunes. Para obtener más información puede dirigirse al Ayuntamiento de Priaranza del Bierzo y a través del teléfono 987420806.

Cómo llegar: El Castillo de Cornatel se encuentra ubicado en el municipio de Priaranza. Desde Ponferrada por la N-536 hacia O Barco. Pasada la localidad de Santalla, a pocos kilómetros, en el Alto de Rioferreiros, a la izquierda, surge el desvío hacia Villavieja, Castillo de Cornatel y Paradela de Muces. Se toma esa carretera hasta el siguiente desvío, a la izquierda, en el que se indica la dirección hacia el Castillo de Cornatel y Villavieja.
Dónde dormir: Casa Rural Cornatel; C/ Corraldo s/n, El Bierzo; 24446 Villavieja (León); teléfono: 619868122.
Dónde comer: Restaurante La Parra; C/ 536, km.11; 24442, Carucedo (León); teléfono: 987420666.