Situado en el monte mágico que le da nombre, Hans Christian Andersen describió el Cementerio de Montjuïc como una ciudad amurallada habitada solo por muertos. No le faltaba razón
El Cementerio de Montjuïc es el más grande de los que tiene Barcelona (ocupa 560.000 metros cuadrados y tiene más de 150.000 sepulturas), porque fue pensado y diseñado en el momento en el que el resto de camposantos de la ciudad empezaban a tener problemas de saturación. Corría el año 1833. Fue inaugurado por el alcalde de Barcelona, Rius i Taulet.
Se trata de un claro reflejo, sin alteraciones posteriores, de las tendencias estilísticas de finales del siglo XIX y primeros del XX que se desarrollaron paralelamente en la Ciudad Condal. José Fonrodona Riva fue la primera persona enterrada en el nuevo cementerio; era un indiano que había sido alcalde de Matanzas (Cuba), y por la sepultura del cual sus herederos pagaron 20 pesetas.

La parte baja del camposanto barcelonés le da un aire a los camposantos parisinos. Si por algo destaca el de Montjuïc es por la pomposidad que alcanzan algunos de sus mausoleos y panteones, que forman una gran calle a la que algunos llaman avenida Modernista.
Las esculturas que pueblan este lugar con historia parece que vayan a cobrar vida de un momento a otro. Este cementerio entra dentro de la tipología de jardín inglés, con caminos sinuosos, una situación pintoresca, unas bonitas perspectivas y un buen emplazamiento de sepulturas.
Un camposanto ecléctico
Su rasgo arquitectónico más característico es el eclecticismo, ya que conjuga elementos neoclásicos e historicistas con el nuevo modernismo que surgió a finales del siglo XIX. En el cementerio de Montjuïc están enterrados personajes relevantes de la historia de Cataluña, como los políticos de Lluís Companys, presidente de la Generalitat durante la Guerra Civil, Francesc Cambó o Buenaventura Durruti; artistas como Joan Miró o Santiago Rusiñol; intelectuales Ana María Matute…

Un sector del recinto es el denominado Fossar de la Pedrera, que fue utilizado como fosa común para 4.000 víctimas de la represión franquista. El cementerio acoge también un Museo de Carrozas Fúnebres, creado en 1970 en el Tanatorio Sancho de Ávila y trasladado en 2013 a Montjuic. Cuenta con 19 piezas, formadas por 13 carrozas fúnebres y seis carruajes de acompañamiento.
Con el fin de evitar empinadas cuestas y las grandes distancias a lo largo de Montjuïc, se recomienda recorrer el camposanto en coche o autobús. Se trata de un cementerio incómodo para acapararlo todo en una sola visita. Al ocupar la ladera sur de la montaña de Montjuïc, el viajero debe realizar un notable esfuerzo físico para recorrerlo por completo.
Tres rutas de interés
También tiene el viajero la interesante opción de realizar alguna de las tres rutas que se llevan a cabo en el camposanto: la artística, la histórica o la combinada. La primera, compuesta por 40 sepulturas, incluye mausoleos y esculturas de alto valor artístico realizadas por arquitectos o escultores del período comprendido entre los años 1888 y 1936.
La ruta histórica, por su parte, recorre 48 sepulturas que pertenecen a personalidades de la Barcelona del período comprendido entre los años 1883 y 1936, de gran significado político, social y cultural. Por último, la ruta combinada comprende 37 sepulturas y está concebida como muestra de la riqueza patrimonial del cementerio. Combina sepulturas de interés artístico con sepulturas de interés histórico, todas ellas incluidas en las dos rutas principales.

Para obtener más información, hay que llamar al teléfono 934841999. Las visitas guiadas tienen lugar los segundos y cuartos domingos de cada mes. La visita a Montjuïc puede ser uno de los puntos de una ruta diseñada por conocer los entresijos y el pasado de Barcelona.
Por su belleza y la monumentalidad de sus panteones y mausoleos, existen diseminados por el resto de España unos cuantos cementerios que merecen la pena ser visitados. Uno de ellos es el asturiano de Luarca, donde está enterrado Severo Ochoa, que fue Premio Nobel.
También sobresale por su historia el madrileño de la Almudena, que alberga las tumbas y nichos de políticos y literarios de renombre protagonistas de la I y II Repúblicas, como Pablo Iglesias, Jaime Vera, Salmerón, Pi y Margall, Largo Caballero, Niceto Alcalá Zamora, literatos como Blas de Otero y una de las tumbas más visitadas, la de Dolores Ibárruri Gómez, la Pasionaria.

Dónde dormir: Hotel Porta Fira; Plaça d’Europa, 45; 08908 L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona); teléfono: 932973500.
Dónde comer: Restaurante Maxi; Ctra. del Prat, 30 bis, 08038 Barcelona; teléfono: 932968410.
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