A medio camino entre las vecinas Burgos y Palencia, el viajero puede visitar un rincón cántabro de nombre San Pedro de Cervatos, una colegiata que conserva una iconografía románica en excelente estado, que resulta además extraña cuanto menos. En concreto a sus escenas sexuales, que no son inocentes detalles eróticos, sino sexo explícito puro y duro en una iglesia cristiana del siglo XI. Constituye el mejor ejemplo de motivos obscenos de este periodo en España.
Para tratar de desentrañar la razón por la que unos monjes mandaron esculpir figuras de alto contenido sexual en iglesia de su monasterio tenemos que intentar acercares al pensamiento de aquella época, donde la celebración de los misterios de la Pascua cristiana estaban precedidos por las festividades del carnaval, donde todo valía.
En el viejo lenguaje del Medievo donde la mayoría de la gente no sabía leer, esos canecillos nos están indicando que, antes de pisar el suelo sagrado de la iglesia, el fiel debía llegar bien comido, bien bebido y bien satisfecho sexualmente.
Los canecillos no son solo de temática sexual, aunque todos enseñan su condición carnavalesca. Algunas muestras son las de un saltimbanqui, un contorsionista, un ser con cabeza de cabra, un músico con arpa, otros tocando el cuerno, hombres llevando toneles de vino, bebedores, un individuo comiendo, un hombre de cabeza y boca enormes, monstruos…
Dentro, la iconografía también es muy rica. La propia presencia del apóstol Pedro refrenda lo explicado. Pedro guarda las llaves del cielo, y podemos verlo representado a la derecha del arco de entrada, y solo abrirán la puerta a quien se halle libre de pecado.

Otra obra de gran belleza y singularidad la vemos en el tímpano, donde un delicado estampado vegetal es de clara inspiración musulmana. El ábside es otra pieza que resalta por sus proporciones y belleza. De bóveda y arquería ciega de diez arcos, es aquí donde está la representación de la mujer y las serpientes, y san Pedro con báculo y llave.
San Pedro de Cervatos se enclava en el municipio cántabro de Campoo de Enmedio, cercano a Reinosa, situado junto al tradicional paso de comunicación entre la Meseta y Cantabria a través del puerto del Pozazal. Se trata de un ancestral paso natural de comunicación entre la meseta castellana en su tramo palentino y los valles pasiegos cántabros.
El templo fue parte de un monasterio, poblado por canónigos y abad desde antiguo, lo que le dio el carácter de colegiata. Se trata de un cenobio que poco a poco fue incrementando sus posesiones hasta lograr su máximo esplendor y mayor zona de influencia en el siglo XIII.
Hubo que esperar hasta los años de 1111 y 1135 para volver a encontrar nuevas menciones al monasterio de Cervatos, momentos en los cuales los reyes Urraca y Alfonso VII donaron cuantiosas heredades a la abadía, confirmándola como una de las más importantes del entorno. No queda del todo clara la fecha en la que San Pedro de Cervatos perdería su estatus monacal para pasar a ostentar rango colegial, pero tras unos siglos XII y XIII de esplendor, probablemente y debido a una acumulación de factores, a partir del siglo XIV sufriría una importante decadencia.

El monumento es de insólita belleza, de lo que da buena prueba el hecho de que fuera declarado Monumento Nacional en 1931. Románico en su mayor parte, su factura indica que la construcción se extendió hasta finales del siglo XII. Su interior alberga diversas tallas barrocas entre las que destacan un Cristo y una Inmaculada atribuidas al taller de Gregorio Fernández.
La localidad de Cervatos también cuenta con el yacimiento arqueológico de Peña Cutral, por donde transcurría la calzada romana que iba a Iulóbriga y donde existía un túmulo prehistórico excavado a finales de los años noventa del pasado siglo, hoy destruido por un cortafuegos.

Cómo llegar: La iglesia está situada en lo alto del pueblo cántabro de Cervatos, y a ella se accede por una calle pavimentada con cantos rodados.
Dónde dormir: Posada Villa Rosa; Calle de Héroes de la Guardia Civil, 4; 39200 Reinosa (Cantabria); teléfono: 942754747.
Dónde comer: Restaurante Mesón las Lanzas; Calle Real, 85; 39200 Matamorosa (Cantabria); teléfono: 942750769.