De una belleza monumental que asombra al viajero, esta insigne plaza fortificada situada al oeste de la provincia de Salamanca no podía ser menos que estar declarada Conjunto Histórico-Artístico. Sus muros encierran un rico patrimonio arquitectónico plagado de edificios civiles y religiosos, encabezados por sus imponentes catedral y castillo.
Ciudad Rodrigo, un tajo sobre la vega del río Águeda que las fuentes latinas medievales denominaban Mirobriga Vettorum, fue conquistado por el rey Alfonso VI, que encomendó su repoblamiento al conde Rodrigo González Girón. De la primera fortaleza quedan pocos vestigios. La que hoy la suplanta fue edificada por el rey de Castilla Enrique II de Trastámara.
Comunicada por la N-620 con Salamanca, Ciudad Rodrigo se alza sobre un promontorio, a orillas del río Águeda y a 22 kilómetros de la frontera con Portugal. Las aguas de este río dieron en otros tiempos partículas de oro de gran valor.

El actual emplazamiento de Ciudad Rodrigo estuvo poblado ya desde el Neolítico. Hacia el siglo VI a. C., los vetones, tribu de origen celta, fundaron la ciudad de Miróbriga y se establecieron allí.
Cuatro siglos después, los romanos conquistarían la ciudad, que pasó a llamarse Augustóbriga, en honor del emperador Octavio César Augusto. Testigos de aquella época son las Tres Columnas, enigmático monumento que aún permanece en pie a la entrada de la urbe.
Ya en la Edad Media, Alfonso X le concedió privilegios y Sancho el Bravo los ratificó (1289) En 1661 el duque de Osuna partió de Ciudad Rodrigo para invadir Portugal. En 1705, durante la guerra de Sucesión, la tomaron los partidarios del archiduque de Austria siendo recuperada por Felipe V en 1707.

Las principales edificaciones de su casco histórico datan de entre los siglos XV y XVI, época en que la ciudad castellano leonesa vivió una gran periodo de esplendor. La fisonomía de Ciudad Rodrigo está marcada por la imponente muralla medieval que la rodea. Fue erigida en el siglo XII. Posee más de dos kilómetros de perímetro y siete puertas.
A través de la de la Colada se accede al promontorio sobre el que se alza el Castillo de Enrique II, construido por orden del monarca en 1372. En la actualidad alberga el Parador de Turismo.

En la Plaza Mayor sobresalen algunos edificios señoriales de interés, como la Casa del Primer Marqués de Cerralbo (siglo XVI) o el Ayuntamiento. Palacetes y casas nobiliarias también abundan en Ciudad Rodrigo. Entre ellos cabe mencionar el Palacio de los Castro, de hermosa portada plateresca, el Palacio de los Águila, el Palacio de la Marquesa de Cartago, neogótico, el de Moctezuma, la Casa de los Vázquez o el Palacio del Conde de Alba de Yeltes.
La Catedral es el edificio religioso más importante de la urbe salmantina. Levantada entre los siglos XII y XVI, tiene tres naves cubiertas con bóvedas de crucería. A destacar su sillería del coro, con escenas talladas por Rodrigo Alemán, y el Museo Diocesano, que alberga obras de arte sacro.

Dentro del casco urbano mirobrigense brotan otras iglesias de hermosa factura, como las de San Agustín (siglo XVI), San Andrés (con un bello retablo) San Pedro (siglo XII, con ábside románico-mudéjar) o la Capilla de las Franciscanas Descalzas (siglo XVII).
Al viajero también le merecerá la pena visitar sitios como el convento de San Francisco, completamente en ruinas, aunque conserva la capilla mayor decorada con medallones; el hospital de la Pasión (siglo XVI), con capilla y un hermoso calvario de Lucas Mitata; el seminario neoclásico; o la capilla de San Francisco, neoclásica.
