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Se trata de un notable resquicio de la historia de la presencia islámica en la Península Ibérica en un paisaje de agreste belleza, a 430 metros sobre el nivel del mar. Las ruinas del despoblado de Vascos se extienden junto al río Huso, término de Navalmorejo, cerca del pueblo de El Puente del Arzobispo, lindando con la provincia de Cáceres. En su origen, Vascos pudo ser un ribat o posición defensiva, con guarnición de soldados voluntarios, frente a la frontera cristiana, quizá datable de época emiral (siglo IX), que con posterioridad se fortificó como castillo (hisn) y se pobló de beréberes.

La ciudad ascendería de hisn a medina ya en época califal, quizá entre 930 y 950, por motivos estratégicos, para controlar los vados del Tajo, o por motivos económicos, por su cercanía a las minas de hierro de los montes de Toledo. En tiempos de las taifas, Vascos perteneció a Toledo y quizá pasó a poder de los cristianos hacia 1085, cuando Alfonso VI ocupó Toledo. Poco después la ciudad sería abandonada definitivamente, pues los repobladores del territorio preferirían establecerse en las vegas del Tajo.

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Una de las señas de identidad de la ciudad de Vascos eran sus imponentes murallas./turismocastillalamancha.com

Identificadas como la ciudad califal de Nafda, estas ruinas constituyen un buen ejemplo de medina situada en un cerro de fácil defensa. Por el norte y el este la ciudad está protegida por el escarpado cauce del río Huso; por el oeste, la rodea un valle recorrido por el arroyo Mora o de los Baños de la Mora. La medina ocupa una extensión de 8 hectáreas en un terreno  accidentado, a las que cabe sumar un arrabal extramuros y dos cementerios. La ciudad fue fundada por la tribu bereber de Nafta. Estas gentes acompañaron a los árabes de Tarik en el siglo VIII cuando penetraron en la Península y procedían del norte de Marruecos.

La muralla, que alcanza unos dos metros de espesor y está defendida por torreones cuadrados, sube y baja las peñas con notable ahínco para eterno testimonio de la tozudez y determinación de sus constructores. Una puerta presenta el típico arco de herradura, las otras son meros postigos sin preocupación artística.

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La ciudad califal de Vascos fue reconquistada por los cristianos.

Para administrar y dotar de agua a Vascos los fontaneros de la época diseñaron un complejo sistema hidráulico que encauza los manantiales de las sierras vecinas a través de arroyos para alimentar un embalse y un amplio abrevadero próximo al poblado. En el sector abundan los restos de canales o las acequias de irrigación y se observan los restos de un baño público que aprovechaba estas aguas.

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Enseres de cerámica, cobre o hierro, material de construcción y retazos de juegos musulmanes adornan el periplo que ofrece esta ciudad a ojos del viajero amante del pasado. Sus murallas, medina, casas y arrabales le transportan a un tiempo en que el dominio árabe dejó su huella en nuestro territorio. Hoy su acceso es difícil y solitario, a través de una pista irregular de tierra prensada, pero hubo un tiempo en que Vascos contaba con baños de gustos árabes, alfareros, herreros, curtidores, zocos, mezquitas, tiendas…, una maravilla califal.

En la actualidad, los vestigios que antaño eran las torres de vigilancia de la alcazaba de Vascos ya no controlan el paso de princesas moras y guerreros procedentes de las montañas, y se conforman con otear el paso de las pochas y grullas que se acercan al río a saciar su sed. El yacimiento se puede visitar los sábados por la mañana del 16 de mayo al 31 de enero.

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La ciudad de Vascos es un notable resquicio de la historia de la presencia islámica en la Península Ibérica.

El pasado año, el Consejo de Gobierno de Castilla La Mancha y la Diputación de Toledo firmaron un convenio para musealizar el yacimiento arqueológico. El proyecto contemplaba la construcción de infraestructuras y edificaciones para facilitar el acceso público a este conjunto hispano-musulmán, navegando por el río Huso con una embarcación de tipo catamarán. Las actuaciones se centraban en la construcción de un centro de interpretación, aparcamiento de vehículos, zonas verdes, embarcaderos y senda peatonal.

Los árabes acabaron con los visigodos en la batalla de Guadalete (711) Antes, sus predecesores también levantaron grandes ciudades y emplazamientos defensivos en territorio castellano manchego. En la provincia de Guadalajara permanecen los restos de Recópolis, en concreto en la localidad de Zorita de los Canes, la única ciudad visigoda conocida en Europa. Y en Minateda, cerca de Hellín (Albacete) aún perdura el recuerdo de Elotana, una de las principales poblaciones del Reino de Teodomiro.

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Dónde dormir: Hostal El Alfar; Avenida Toledo, 35; El Puente del Arzobispo (Toledo); teléfono: 925436622.

Dónde comer: La Almazara de Valdeverdeja; Calle Pilon, 2; Valdeverdeja (Toledo); teléfono: 925454804.


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2 COMENTARIOS

  1. Una lástima que la Diputación ni la Junta de comunidades haya continudado con el proyecto ( Por otra parte descabellado por el dinero invertido en él) del embarcadero para visitar la ciudad, y la visita guiada al yacimineto en barco, comentar que el embarcadero si se a terminado, y el nuevo centro de interpretación estaba casi, pero se va a quedar todo hay.. muy buen articulo, !!!!

    • Hola Javier,

      coincido contigo y lamento que las instituciones no destinen más esfuerzos en preservar nuestro legado histórico y patrimonial. Una verdadera pena. Cuestión de prioridades de los políticos que tenemos, que por desgracia poco apuestan por la cultura y la conservación del pasado.

      Gracias por tus palabras

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