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El origen de las apuestas y los juegos de azar se remonta a milenios atrás, llegando a ser tan antiguo como el hombre mismo, ya que estas prácticas se llevaban a cabo en las primeras civilizaciones humanas, como la sumeria y asiria, tal como demuestra el descubrimiento de huesos de astrágalo, pertenecientes a diversos animales.

Estos huesos, que presentaban seis caras, pueden considerarse los precursores de los actuales dados, que son uno de los implementos claves en las casas de apuestas.

Además, el juego de las tabas ya existía durante ese periodo y ha perdurado a través de los tiempos como una preciada tradición familiar.

China ha sido pionera en el ámbito de las apuestas

Aunque la literatura hindú documentó el conjunto más antiguo de directrices escritas para los juegos de azar, las contribuciones de la civilización china a la evolución del juego no pueden subestimarse.

Y es que las pruebas arqueológicas descubiertas en ese país reiteran la relevancia que tuvo en el origen de las apuestas, puesto que cuenta con más de tres milenios de historia en este ámbito.

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De este modo, el caso más antiguo de apuestas del que se tiene registro se remonta al año 2.300 a.C. Consistía en apostar animales y objetos de valor tanto en juegos de azar, así como en competiciones atléticas.

Asimismo, es importante señalar que los naipes, que con el tiempo tomaron un gran protagonismo en la industria del juego, se introdujeron por primera vez en China tras la invención del papel.

De esos primeros inicios hasta la actualidad, los juegos de azar han evolucionado con la implementación de tecnologías novedosas, tales como los mejores slots de Bet365 y otras reconocidas casas de apuestas en el mundo.

Estas atracciones, que también son denominadas como tragaperras, se encuentran entre las más emblemáticas opciones de entretenimiento en los casinos.

Grecia y su visión de la suerte

El origen de los juegos de azar en la cultura griega está íntimamente ligado a la riqueza mitológica de este territorio pionero en la concepción de imponentes pensamientos, visiones e ideologías que configuran a la cultura occidental.

A este respecto, hay que mencionar que los dioses Zeus, Hades y Poseidón lanzaron dados para repartirse el Universo.

Así pues, el azar en el mundo helénico fue concebido nada menos que por la Hija de Tyche, una deidad que ideó juegos para cautivar las mentes humanas y tuvo un papel importante en la historia de las apuestas.

En particular, está documentado en los escritos de Homero que los griegos albergaban una profunda y fascinante afición a jugar con la suerte.

Al respecto, los griegos creían que la suerte estaba muy ligada a la benevolencia de los dioses del juego, en especial a Hermes y Pan.
Asimismo, una costumbre en aquellos tiempos era la de referirse al acto de sacar un doble seis como ‘la tirada de Afrodita’.

Egipto y la afición de los faraones por las apuestas

En cuanto a las tierras egipcias, estas también tienen su relevancia al momento de comprender el origen de las apuestas, debido a que existen diversas manifestaciones de las actividades recreativas favoritas de los faraones y sus asambleas reales.

Un ejemplo notable es el grabado de la tumba de Sennedyem TT1, que lo representa participando en una partida de Senet con su consorte, siendo una obra ampliamente reconocida como la manifestación más antigua que se conoce en torno a los pasatiempos lúdicos de la humanidad.

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Palestra de Olimpia en Grecia.

De igual modo es importante mencionar el Senet, un juego que es muy parecido al dominó y también se encuentra representado en la pirámide de la reina Nefertari, quien fue la esposa de Ramsés III.

El Coliseo de Roma, centro de apuestas en los juegos de gladiadores

Con respecto al origen de las apuestas, el Coliseo de Roma también fue un sitio que tomó protagonismo en este ámbito del mundo del azar durante tiempos antiguos, puesto que solía ser famoso por su papel como centro de actividad de apuestas durante los juegos de gladiadores, que fueron introducidos por los propios romanos.

La popularidad de dichos espectáculos puede evidenciarse en los relatos de competiciones similares de tiro con arco y flechas durante la Edad Media. Estos encuentros se disfrutaban en su mayoría por personalidades pertenecientes a la nobleza.

Sin embargo, las clases más bajas solían participar en juegos de azar como los dados, mientras que los juegos de cartas y las reglas que los acompañaban, comenzaron a difundirse más ampliamente por toda la sociedad junto a la llegada de la imprenta.

De tal manera, a lo largo de la historia, ha persistido la fascinación de los seres humanos por lo imprevisible, llegando incluso al reparto de tierras entre monarcas, tal como demostró el legendario rey Olaf de Noruega, quien participó en una partida de dados con el mandatario sueco para reclamar un territorio.

Por lo tanto, la predilección por el azar no es para nada novedosa, puesto que algunas de las civilizaciones más antiguas de la humanidad como la griega, china, romana, egipcia, sumeria y asiria ejercieron un papel en la historia de las apuestas, permitiendo comprender la fuerza y el ímpetu que estas mantienen hoy en día.


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