Apenas sobrepasa el centenar de habitantes y es tan pequeño que solo alcanza los 19 kilómetros cuadrados. Tan reducida fisonomía no le ha impedido labrarse una historia que para sí quisieran muchos municipios y ciudades de la península ibérica. Curiel de Duero y su historia presumen de contar con dos castillos imponentes (uno de ellos, reconvertido en hotel), dos iglesias igual de majestuosas (la de Santa María además con un soberbio artesonado mudéjar recientemente restaurado), la reproducción de una escuela de la postguerra y unas bodegas que organizan visitas a sus instalaciones y paseos en calesa por los viñedos y alrededores del pueblo. Merece la pena dejarse caer por estos lares.
La historia de Curiel de Duero
Curiel tuvo un pasado romano, como así lo atestigua la moneda de cobre del emperador Arcadio encontrada entre los restos arqueológicos del castillo de arriba, conocido como el de Doña Berenguela. También su topónimo. Según una tradición, sobre la puerta de la fortaleza había una inscripción que decía Hic Curules me fecere, (aquí me construyeron los Curules). No obstante, las primeras referencias documentales de Curiel datan de los años 1045 y 1065.

Leonor de Plantagent, hermana de uno de los más destacados cruzados en Tierra Santa y rey de Inglaterra, Ricardo Corazón de León, entregó el castillo de Curiel como dote cuando contrajo matrimonio con el monarca Alfonso VII, en el año 1170. Por su parte, la artífice de la unión de Castilla y León e hija de Leonor, Berenguela la Grande, fue la señora de Curiel. Durante el reinado de Fernando IV de Castilla (finales del siglo XIII y principios del XIV) se dotó a Curiel del mismo fuero real que a Peñafiel.
Castillos en Curiel de Duero
En la Edad Media Curiel de Duero tuvo dos castillos. Uno de ellos perdura. De planta cuadrada, consta de cuatro torres, almenas y aspilleras. La fortaleza de Doña Berenguela se sitúa en lo alto de un promontorio o cerro. Conserva parte de la torre del homenaje, así como las paredes que rodean el recinto, pero quizás, una de las mejores huellas que deja en el viajero son las vistas que desde allí se obtienen.
Desde este estupendo mirador se divisa la localidad vallisoletana en forma de media luna, así como una hermosa panorámica del Valle del Duero o el municipio de Peñafiel, con su castillo a la cabeza. El castillo de arriba es la fortaleza más antigua de la provincia de Valladolid, pues su construcción data del siglo X. Existe un dicho popular que dice ‘Buen castillo tendría Peñafiel, si no tuviera a la vista el de Curiel’.

En las entrañas de la fortaleza estuvo preso Diego de Castilla y Sandoval, hijo de Pedro I el Cruel. Diego murió en el castillo de Coca a los 64 años tras haber sido liberado en 1434 por la insistencia del condestable Álvaro de Luna, que estaba casado con una hija del prisionero. Permaneció entre rejas nada menos que 54 años. Uno de los cautiverios más largos de la historia de España. Dentro de este castillo encontró refugio Alfonso XI y decenas de nobles durante las guerras entre Pedro I y Enrique de Trastámara.
Patrimonio religioso de Curiel de Duero
Curiel tiene dos iglesias a destacar: Santa María (siglo XII) y San Martín (siglo XII, románica), así como un Museo Etnográfico que merecen la pena ser visitados. El primer templo es de estilo gótico-mudéjar y cuenta en su interior con dos grandes arcadas mudéjares, un bello artesonado mudéjar policromado, un retablo mayor del siglo XVI, una bóveda de crucería y una bella fachada porticada.
Otro museo digno de visitar es el denominado Escuela del Ayer, en el que se escenifica una escuela de principios de siglo a través de diversos útiles, como pupitres, libros o diversos mapas de épocas pasadas.

Otros dos elementos arquitectónicos por los que la mirada del viajero debe detenerse son el Rollo Jurisdiccional a la entrada del pueblo, del siglo XVI, y la Puerta de la Magdalena, única que se conserva de la antigua muralla del siglo XII, también a la entrada del pueblo a la izquierda. Mientras, en la plaza donde se ubica el Ayuntamiento se encuentra el Palacio de los Zuñiga (siglo XV), del que solo se conserva la muralla y la torre del homenaje.
Cercano a Peñafiel como ya se ha comentado, la villa de Curiel de Duero no es el único atractivo histórico del que dispone Valladolid. La provincia ofrece al viajero amante del pasado unos cuantos destinos de enorme interés. Por ejemplo, puede descubrir Tordesillas, donde estuvo presa Juana la Loca y donde España y Portugal se repartieron el mundo conocido hasta entonces.
O bien conocer Villalar de los Comuneros, cuna del nacionalismo castellano y símbolo de la lucha de los pueblos por la libertad. O también desplazarse hasta Mota del Marqués, que fue posesión de la Orden Teutónica allá por el siglo XIII.

Dónde dormir: Residencia Real del Castillo de Curiel; Calle Trascastillo, s/n; Curiel de Duero (Valladolid); teléfono: 983880401.
Dónde comer: Bodegas Comenge; Calle Camino; Curiel de Duero (Valladolid); teléfono: 983880363.
Por lo que leo, a Pedro el Cruel de Castilla le encantaba tener presos en castillos a miembros de su familia. Debía ser una monomanía, tipo Herodes el Grande. Por lo que leo, Diego de Castilla y Sandoval, hijo bastardo de Pedro el Cruel estuvo preso en Curiel. Esto me recuerda la historia de la «Torre de doña Blanca» en mi pueblo, en Sigüenza (provincia de Guadalajara, Castilla la Nueva), donde el mismo Pedro tuvo (casi 20 años!!) presa a su esposa legal, la Reina doña Blanca de Borbón. Con la excusa de que el rey de Francia no había acabado de pagar la dote, a los dos días de la boda la encerró en el castillo de Sigüenza, y allí se quedó la pobre, aunque la razón verdadera es que el rey amaba a María de Padilla, pero esa es ya otra historia…
Fascinante historia Llorenç.
Muchas gracias por tu comentario!
Algunos de mis antepasados son de la Villa de Curiel de Duero. Entre los que destacar, el apellido Luna y el apellido Núñez de Gamarra. Estos apellidos están emparentados con el apellido Espinosa, de Pesquera de Duero.