En una de las salas más fascinantes de la Catedral de Valencia, la capilla del Santo Cáliz, gótica, del siglo XIV, se guarda el supuesto cáliz de la Santa Cena, o lo que es lo mismo, el mítico Santo Grial, según la tradición aragonesa. La reliquia más sagrada del Cristianismo. La pieza, tallada en ágata y montada en oro, con la base adornada con una fila de perlas y esmeraldas, llama la atención del viajero por su belleza.
Del cáliz valenciano se dice que el papa Sixto II (siglo III) lo confió a su diácono Lorenzo, natural de Loreto (Huesca). Lorenzo la donó a la iglesia de su pueblo, donde se conservó hasta que los musulmanes invadieron España, y el previsor obispo Auduberto, pasando por Yebra, Siresa, Santa María de Sasabe (hoy San Adrían) y Bailio, ocultó la reliquia en el monasterio de San Juan de la Peña, a pocos kilómetros de Jaca (Huesca).

El cáliz pasó en 1399 a Martín el Humano, que lo depositó en la Aljafería de Zaragoza; y en 1437, reinando Alfonso el Magnánimo, fue a parar a la Catedral de Valencia. Durante la Guerra de la Independencia, entre 1809 y 1813, fue llevado por Alicante e Ibiza hasta Palma de Mallorca, huyendo de la rapacidad de los invasores napoleónicos.
En 1916 fue finalmente instalado en su emplazamiento actual. Aunque durante la Guerra Civil el Grial permaneció oculto en el pueblo de Carlet. Dos Papas de Roma, Juan Pablo II y Benedicto XVI celebraron la Eucaristía con el Santo Cáliz durante sus visitas a Valencia en 1982 y 2006, respectivamente.

El Grial valenciano está compuesto por una copa de calcedonia (una piedra semipreciosa) de 7 centímetros de altura y 9,5 de diámetro, que es la auténtica reliquia del siglo I, y un pie con asas añadido con posterioridad (siglo XI). Muchos expertos históricos avalan la autenticidad del cáliz de la catedral levantina.
El Santo Cáliz se ubica en la magnífica catedral de Valencia, construida entre 1262 y 1426. Se trata de un templo gótico de tres naves, crucero, cimborrio y ábside poligonal. Tiene tres portadas: una románica, la Almoina (justo al lado se ubica el museo del mismo nombre que alberga los restos de la Valentia romana) del siglo XIII, otra gótica a lo francés, la de los Apóstoles (siglo XIV) y la tercera barroca italianizante, los Hierros (siglo XVIII)

El campanario gótico de la catedral merece nombre propio, el Miguelete. Es una torre singular que es uno de los símbolos de la capital del Turia. Buenas piernas debe tener el viajero para remontar sus 207 peldaños. Disfrutará entonces de unas magníficas vistas a 50 metros de altura. El escritor Víctor Hugo afirma que en su tiempo se divisaban hasta 300 campanarios desde el Miguelete.
Otras reliquias también alzan su voz y se reivindican como los auténticos griales que empleó Jesucristo en la Última Cena: uno de ellos es el que se custodia en la iglesia prerrománica de O Cebreiro (Lugo). Hace escasas fechas ha cobrado cierto protagonismo el cáliz de doña Urraca que se conserva en el Museo de San Isidoro de León. Está considerado por una investigadora como el auténtico Santo Grial.

Dónde dormir: Antigua Morellana; Bou, 2; 46001 Valencia; teléfono: 963915773; info@hostalam.com
Dónde comer: Restaurante La Pappardella; Carrer dels Brodadors, 5; 46001 Valencia; teléfono: 963918915.
Hola, Javier.
A lo mejor te interesa este blog. En él quiero ir recogiendo la documentación y estudios disponibles sobre el Santo Cáliz de Valencia. Es bastante, y poco conocida. Me llevará algún tiempo, porque no es fácil de recopilar, pero creo interesante que resulte accesible:
http://buscandomuntsalvach.blogspot.com.es/
Hola Lucía,
me pasaré por tu blog, sin duda! Muy interesante lo que haces, y también altruista, poner a disposición del lector tanta información.
Saludos