Pocos expertos como él conocen tantos lugares con historia en este país. No solo dotados de un pasado relevante, sino también de poder, de una fuerza que escapa a nuestro conocimiento. Sobre todo porque los ha visitado in situ y estudiado a fondo. Juan Ignacio Cuesta (1952) es periodista, espeleólogo, diseñador gráfico, músico y profesor, entre otras virtudes. Además, es miembro destacado del recomendable programa radiofónico La Escóbula de la Brújula y también autor de unos cuantos libros, entre los que destacan Lugares de poder, Breve historia de las cruzadas
, Piedras sagradas
o El secreto de los alquimistas
. Su último trabajo es Lugares a evitar cuando cae la noche
, con el que ha ganado el Premio Enigmas.
¿Tenemos en España muchos lugares a evitar cuando cae la noche?
La nómina de lugares de esta índole es realmente enorme. En realidad son casi todos, porque eso de ‘evitar cuando cae la noche’ no es tanto por las presencias o cosas extrañas que uno pueda encontrarse, sino que más bien está relacionado con el grado de comprensión que tenga el sujeto pasivo de lo que va sintiendo subjetivamente y su capacidad para poder entenderlo en su total dimensión. La percepción del mundo exterior es consecuencia de la experiencia individual, y no todos vemos y sentimos lo mismo en todas las ocasiones. Todo depende mucho de lo aprendido y de cómo se asimila, mezclado con toda una suerte de circunstancias aleatorias. No se puede negar que existen cosas que exceden nuestra comprensión, es esta la que no llega a hacerse consciente en todos los casos.

Si los ha incluido en su obra, imagino que recomendará visitarlos, ¿o no?
Podríamos deducir que no se trata de recomendar o no. La invitación a ir o no depende de elementos que están fuera de nuestra capacidad de elección. Aunque pueda parecer escandalosamente irracional, las personas, de algún modo, somos elegidas por este tipo de sitios más que fruto de nuestra voluntad consciente. Existe, aunque no para todo el mundo, porque depende de la evolución espiritual de cada uno, una línea sutil que conecta lo conveniente y lo adecuado como fruto de todo el bagaje que viene incorporado desde tiempo atrás. Incluso a través de generaciones.
¿Por qué despiertan tanta inquietud?
No a todo el mundo, solo a quienes resultan molestos por su falta de comprensión, sensibilidad o maldad intrínseca. En otros casos será al revés. Los hay cuya fenomenología será molesta para gentes de buena ley. En un mundo lugar, los hay de dos tipos. En general hay que, de algún modo, pedir permiso para entrar en ellos con garantías de ser recibidos correctamente. En cada cultura reciben distintos nombres, loas, wandjinas, djins, gnomos… Son elementales, pero se comportan como si fueran seres complejos.
¿Cuál ha sido el lugar que más suspicacias le ha despertado?
No sabría decirlo, pero en este tipo de sensaciones, la más fuerte quizá la sentí en la Sierra de los Degollados, entre Buendía y Garcinarro, en el llamado localmente ‘muértere’ o ‘morte’. Fue la primera vez, aunque después descubrí como ser admitido en aquel lugar mágico como pocos (que ya lo había sido para muchos a lo largo de la historia) Por el contrario, el que se me mostró amable con total claridad, tanta que cambió mi vida, fue la ermita de San Bartolomé, en Río Lobos, lugar que conoces bien.
Como experto en lugares de poder, llévenos de viaje a un destino especial de la Península por sus energías…
Los más potentes y conocidos, aparte del que ya te he comentado, serían Montserrat; la colina Al-Sabika donde se asienta la Alhambra y el Generalife; toda la región donde se hizo el monasterio de El Escorial; Silos; las Merindades de San Tirso; el Ara Solis de Fisterra…, son muchos. Ahora, si me preguntas para iniciarse en ellos, en cada zona el telurismo es singular. Pero también los hay muy fuertes que casi nadie conoce, como por ejemplo el Teso de San Cristóbal en Villariño de los Aires (Salamanca); el Roque Bentayga en Gran Canaria o el llamado santuario vetón de Ulaca en Ávila, son muy abundantes y normalmente indiferentes para los lugareños, aunque impactantes para los visitantes.

¿Y del extranjero?
Infinitos: Foz Côa en Portugal; el bosque de Broceland; Salisbury; el Cañón del Chaco; Abydoss; Son Dong…, no acabaríamos nunca. Pero insisto en que todos tenemos nuestro Sambalah particular que es particularmente especial para nosotros.
La arquitectura templaria, ¿escogía zonas telúricas, especiales, para levantar sus edificios?
Los templarios no construyeron absolutamente nada, no estaban para eso, pero sí financiaron algunos edificios religiosos y civiles que se levantaron en este tipo de sitios. Realmente los que sabían eran los maestros constructores de las tres cofradías principales procedentes de los Colegia fabrorum. Les preguntaban y estos recomendaban los lugares adecuados. Fueron la fuente de financiación y de parte de la simbología, pero jamás trabajaron la alcotana ni la raedera. Era monjes soldados, no constructores. Además, el círculo de iniciados era muy reducido con respecto al número de efectivos que formaron parte de la orden, y conocemos muy pocos de sus nombres. Por ejemplo, no sabemos qué influencia pudo tener la orden en la iniciativa de del abad de Saint Denis, Suger, de emprender su obra, que sería la que daría entrada al estilo que posteriormente se llamó gótico, pero a juzgar por la época en que se hizo podríamos decir que muy lejos no anduvieron.
Pónganos algunos ejemplos…
Principalmente inspiraron Tomar y Almourol (Portugal); el castillo viejo de Ponferrada y el de Cornatel; el de Monzón; la linterna de los muertos de Torres del Río, reutilizados por cierto. El castillo del Temple en París no fue el más importante de los que financiaron. A mi juicio todo se coció en los restos del Templo de Jerusalén. Y en España, los capítulos más importantes de orden secreto se dieron posiblemente en el priorato de San Juan de Otero y en Jerez de los Caballeros.
Como gran experto de la historia de El Escorial, ¿qué significa este monasterio para la historia de España?
El monasterio de San Lorenzo el Real fue el sueño de un atareado padre, el César Carlos, realizado por su hijo Felipe II, en un momento en que ambos fueron los hombres más poderosos de la tierra, cargándole de un simbolismo y unas ideas sobre la estructura del universo y el papel del hombre en él un tanto peculiar, incluso émulo del propio Creador. De hecho, ya en la época se sabía, citado por fray José y por el padre Villalpando que lo que pretendía era hacer un émulo del Templo de Salomón (referido principalmente a la zona basilical) Pero con la muerte de su promotor, el sueño místico desapareció a manos de sus sucesores que no supieron comprender bien las intenciones de su antecesor y de sus colaboradores, en especial fray José de Villacastín y Juan de Herrera, este de algún modo influido por Paccioto.
¿Era una de las ‘puertas del infierno’ como ponen de relieve algunos historiadores?
Esa es una leyenda recurrente que parte simplemente de una frase del cronista de la construcción del monasterio, fray José de Sigüenza, quien relata el viaje que realizaron los expertos designados por el rey para elegir el lugar de la construcción. Felipe II tapaba una ‘puerta al diablo o del infierno’, en un sentido metafórico. Posteriormente se cambió, como sucede en tantas ocasiones, la mera anécdota, por la leyenda que daba por sentado que la tal puerta sería física.
¿Qué momento histórico del pasado de España considera más importante?
Hay varios. El desembarco de Escipión y la derrota de Aníbal. La llegada de los visigodos a Toledo, pero quizá el más relevante fue el momento en el que un monarca astur, Alfonso II, se alió con Beato, abad del monasterio de Liébana a través de un himno: O dei Verbum, que inspiraría al al obispo Teodomiro de Iria Flavia para poner en en marcha una de las operaciones estratégicas más determinantes de toda la Edad Media, la que creó una de las tres rutas peregrinales más importantes de todos los tiempos. En concreto y en España, el Camino de Santiago, que se uniría a las de Roma y Jerusalén.

¿Qué lugar sí recomendaría visitar por su historia?
En España no hay un solo lugar que no tenga su importante y dilatada historia.Todos han sido determinantes, pero si hay uno especialmente apetecible por su belleza y por su significado, recomendaría dos: el monasterio de San Juan de la Peña, en Aragón, y el Parque del Capricho, en Madrid.
¿Le quedan a nuestro país rincones vírgenes todavía por explorar?
Hay muchas tierras que han sido escasamente pisadas a lo largo de la historia, sobre todo en ciertos parajes montañosos, que como es evidente, en la Península Ibérica son muchos. Aunque la mayoría son bien conocidos, topografiados y recogidos en los mapas, en algunos lugares remotos en las escarpaduras serranas, puedo afirmar que nadie ha estado desde que el universo se creó, son tierra de buitres y alimoches. Incluso hay todo un mundo subterráneo por descubrir donde el hombre nunca ha estado y que irá descubriéndose poco a poco hasta ni se sabe cuando. Un ejemplo: hay una sima estrechísima en un punto muy concreto de los pinares sorianos donde creo que solo hemos estado yo, los murciélagos y otros bicharracos desde que el mundo es mundo. Tampoco parece que sea un lugar que haya sido especialmente importante para nadie.
¿Qué lugar de nuestra geografía escogería para escribir un libro?
Si tuviera que retirarme un tiempo largo para escribir, lo haría, o en la isla de Tabarca o enfrente del peñón de Es Vedrá en Ibiza, pero me temo que tendré que seguirlo haciendo en mis lugares habituales mientras mis lazos afectivos estén aferrados a ellos aún por el azar, o la casualidad.
¿Viajar es un placer?
Lo es en todos los sentidos. Nada hay más importante que enfrentarse a los misterios que el camino va enseñando. El único problema es que, cuanto más se conoce, más tedioso resulta el mundo vulgar y virtual que nace de las modernas pantallas (exceptuados algunos casos), y poco a poco uno prescinde de los entretenimientos mundanos en función del auténtico conocimiento de las cosas, que tienen un lenguaje más nítido que el que nos muestran estos. Por eso la suerte del vagabundo de la mente es la de ir languideciendo poco a poco hasta encontrar al señal que indique la ruta correcta, que no suele ser la común. Un viaje puede ser de placer, pero el que más nos interesa es el iniciático.

De todos los lugares en los que ha estado, ¿cuál ha sido el que más le ha marcado?
Cada uno de ellos a su manera, pero reitero que San Bartolo, en Río Lobos, es un omphalos, un ‘ombligo del mundo’ o axix mundi que no deja indiferente a nadie, incluidos los profanos, y menos a quienes tienen la sensibilidad suficiente como para sentir todo su poder. Algo parecido sucede con San Baudelio de Berlanga o el santuario de Conquezuela.
¿Qué lugares le quedan por visitar?
La lista sería infinita, pero en mi orden de prioridades quiero ir pronto en España a la selva de Irati, y en el extranjero a la isla de Tristán de Acuña.
¿Considera que España es uno de los destinos más recomendables para conocer por su pasado histórico?
La Península Ibérica es una maqueta del mundo. Ningún rincón está falto de belleza, pero hay que ir con los ojos bien abiertos; nada es gratis, y conocer significa sacrificios, lucha y observación permanente. No todo el mundo está dispuesto a ello. Más bien a simplemente entretenerse, como si el tiempo no tuviera valor en la vida.
¿Nos podría adelantar algún proyecto en el que esté trabajando?
Quisiera publicar en algún momento tres novelas que están a medias (sobre toda esta temática); un libro recopilatorio de poemas que llevo realizando desde hace muchos años, al que no veo el final, y una pieza teatral que compendia la realidad de nuestro mundo en este momento que, aunque sea consecuencia de una concatenación de hechos sucedidos a lo largo el tiempo, están más conectados de lo que la gente cree. Un ejemplo: nada distingue al moderno ISIS a lo que sucedió en la época de las Cruzadas. Mucha gente lo ignora, pero en el pasado más remoto están las raíces del presente.