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Emplazada en la montaña más alta de la comarca, a 1.289 metros de altitud, la ermita medieval de San Pedro de Castellfort, en la provincia de Castellón, se alza como punto y final de una peregrinación ancestral.

La primera noticia de la romería aparece en un texto de donación de principios del siglo XIV. En concreto, en el año 1321, Arnau Segarra, un vecino de la villa de Catí, lega salarios suficientes que sufraguen el gasto de la leña necesaria para lumbre y calefacción de los peregrinos que arriben a la ermita de Sant Pere de Castellfort.

La peregrinación desde Catí hasta San Pedro de Castellfort destaca por la intensidad mística. En los dos días que duraba este viaje iniciático, de unos 60 kilómetros, se recorrían parajes singulares y quizá se producían entre los romeros estados alterados de conciencia.

La peregrinación arranca de la villa castellonense de Catí, lugar de paso hacia la vecina Morella, una ciudad atractiva para ver y con mucha historia. Aquella romería ya existía en tiempos de la dominación musulmana y al parecer sufrió un nuevo proceso de recristianización cuando en el siglo XIII aquellas tierras fueron reconquistadas por don Blasco de Alagón.

Escenario de batallas en el siglo XV

Aunque parece ser que en la actual localidad de Castellfort estuvo asentado primeramente un fuerte romano, fueron los árabes quienes durante su dominación, fortificaron el castillo. Durante la guerra civil que se desató en la comarca del Maestrazgo en 1406 tras la muerte del rey Martín el Humano, el pueblo fue escenario de grandes contiendas, al ser un núcleo bien fortificado con sus cinco portales protegidos por puertas de grandes cerraduras y cadenas.

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Ermita de Sant Pere./ Angela Llop

El origen de la peregrinación religiosa tiene un claro componente petitorio, que está muy bien fundamentado: se celebraba en los primeros días del mes de mayo, es decir, cuando las cosechas se afianzan y necesitan de lluvias moderadas y ausencia de tormentas.

La peregrinación a San Pedro de Castellfort transcurre en una mística ruta con ciertos ecos paganizantes, donde el vino y otros destilados corren por las gargantas de los peregrinos que, al tiempo, desgranan letanías.

Una romería ancestral

Durante el desarrollo de la romería, los participantes paran en dos lugares para tomar aire y aclarar las ideas: en el santuario de la Virgen de l’Avellà, durante la primera jornada, y la de la Virgen de la Fuente (Mare de Déu de la Font), durante la segunda. La ingestión de sus aguas así como la inmersión en ellas debe entenderse como un proceso purificador y revitalizante.

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Castellfort es uno de los lugares de poder de la Comunitat Valenciana./ Angela Llop

Junto a la ermita de San Pedro, sobresale en el municipio otro edificio religioso de indudable interés para visitar. Se trata de la ermita de la Virgen de la Fuente, un conjunto de edificaciones formados por la iglesia, la hospedería y las caballerizas levantado en mitad de un bosque de pino negro justo en la confluencia de dos barrancos en un lugar protegido y resguardado de los vientos (siglo XV)

Llama la atención en su interior la Sala Pintada (1566), que alberga hermosas y valiosas pinturas murales referentes a la vida de Jesucristo. Están declaradas Monumento Histórico Artístico.

La provincia de Castellón conserva lugares con historia que sin duda merece la pena visitar. Uno de los reclamos más sugerentes son las localidades de Morella y Sant Mateu, por las que el viajero podrá seguir los pasos del último cátaro que pasó por estas tierras: Guillem de Balibaste.

https://youtu.be/2MXzBvIM09s

Dónde dormir: Casa Folch; Calle Mayor, 4, 12159 Castellfort (Castellón); teléfono: 616648788.
-Aparthotel Castelfort; Calle de la Virgen, 2, 12159 Castellfort (Castellón); teléfono: 675043255.

Dónde comer: Carmen Prats; Calle Mayor, 20, 12159 Castellfort (Castellón); teléfono: 964445752.


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