La costa mediterránea ofrece una amplia oferta turística que se adapta a prácticamente cualquier tipo de viajero. Hoy nos centraremos en quienes gustan de viajar ligeros de equipaje, pero con ganas de llenar la mente de historia: proponemos una escapada relámpago de una semana en la que recorreremos de norte a sur cuatro localidades mediterráneas españolas de un pasado notable.
Tarragona (1-2 días)
Comenzamos nuestro itinerario vacacional recorriendo las calles de Tarragona, la antigua Tarraco, joya portuaria de la esplendorosa Hispania romana. Emprendemos de esta manera un emocionante viaje al pasado. Situada en la Costa Dorada a apenas 100 kilómetros al sur de Barcelona, Tarragona está literalmente repleta de historia.
En un día el viajero puede disfrutar de su patrimonio cultural, pero recomendamos hacer noche en la ciudad para empaparse tranquilamente del amplio catálogo de monumentos que ofrece al visitante, algunos de ellos protegidos por la propia UNESCO.

Así el viajero podrá, por ejemplo, apreciar la grandiosidad del acueducto romano que se encuentra a las afueras de Tarragona, o asombrarse ante su anfiteatro romano con preciosas vistas al mar Mediterráneo.
También podrá explorar con detenimiento el imponente circo romano tarraconense, que en su día llegó a recibir a más de 30.000 espectadores. A poco que se empape de todo este legado histórico el viajero se dará cuenta de que pisa la que fue una de las principales metrópolis del Imperio Romano.
Peñíscola (1 día)
Tras disfrutar de nuestra primera parada en nuestra ruta mediterránea, el viajero se desplaza ahora hasta la localidad costera de Peñíscola, en Castellón. Se sitúa en un promontorio rocoso que ofrece una panorámica mediterránea que no deja indiferente ni al viajero más experimentado.
Peñíscola cuenta con unas fortificaciones históricas que sirven de marco para una postal de costa que se antoja inolvidable. Se dice que su casco antiguo está construido mar adentro, comiéndole terreno, y hay un imponente castillo templario en la parte superior de la ciudad que se puede visitar de manera gratuita.

¿Quién dijo que España no tiene su propio Mont-Saint-Michel particular? Si has visitado la famosa localidad normanda, Peñíscola te sorprenderá ya que, a pesar de las similitudes, existen grandes diferencias entre la atmósfera atlántica de una y la atmósfera mediterránea de otra.
En definitiva, Peñíscola se trata de una verdadera joya que merece recibir más atención de la que recibe y que nada tiene que envidiar a otros enclaves históricos europeos. Una visita modelada por el espíritu del Papa Luna que da sombra a esta parte de costa castellonense.
Málaga (2 días)
Málaga es una gran ciudad con una cantidad sorprendente de cosas que hacer. Recomendamos dos días como mínimo para disfrutar de todo lo que ofrece al viajero. La oferta de ocio y relax es francamente apetecible: cultura, entretenimiento y playa se combinan para satisfacer al viajero más exigente.
El casco histórico malagueño es uno de los más hermosos de España. Invita a perderse nada más llegar a la ciudad por la hermosa y concurrida calle Larios, toda peatonal y decorada con un embaldosado pulido que refleja el sol andaluz con especial intensidad.
Las fuerzas pueden reponerse al estilo tradicional en alguna de las tascas de la zona o acudir al histórico barrio de El Palo a disfrutar de unas suculentas raciones de pescaíto frito. Al día siguiente se puede alquilar una bicicleta o un patinete eléctrico y lanzarse a explorar el Parque de la Alameda y el puerto de Málaga, con su hermoso paseo siempre concurrido.
Por la tarde, llega el momento de lanzarse a explorar alguna localidad vecina con encanto, como Benalmádena. Uno de los planes que no suele aparecer en las guías antes de regresar por la noche a Málaga pasa por visitar el Casino de Torrequebrada y dejarse envolver por la esencia elegante de un casino inspirado en los tiempos gloriosos de Montecarlo.

En este lugar el viajero podrá jugar a una de las especialidades de la casa: la ruleta europea, un juego que ofrece la distinción y la complejidad de los casinos de Montecarlo, en las propias palabras de Betway, y es que la ruleta europea, a diferencia de la americana, tiene solo una casilla con cero, mientras que la americana tiene una con un cero y otra con doble cero.
También se puede jugar a las tragaperras, otro de los grandes atractivos del casino. A los aficionados a la historia se les cuenta algunas curiosidades que deberían saber sobre este juego. La partida puede ir acompañada de un cuidado cóctel de autor.
Marbella (2 días)
Tras dos intensos días en Málaga, el viajero llega a la parte final de esta escapada con historia: Marbella. No es fruto del azar que sea el destino final. Si se padece escasez de equipaje, una opción es comprar alguna prenda de alguno de los diseñadores que han pasado a la historia de la moda como Dior, Louis Vuitton, Saint Laurent o Valentino.
Sus aclamadas maisons históricas se dan cita en Puerto Banús, aportando un gran valor a este importante centro de shopping español, que existe desde los años 60 del pasado siglo cuando fue fundado por el mismo José Banús como una lujosa área de residencia. Historia y shopping en un mismo lugar.

Ya con el vestuario renovado, el viajero puede rematar su desplazamiento reviviendo la historia de los años dorados de la jet set marbellí: visitando el emblemático local de Olivia Valere.
Para algunos, se trata de un establecimiento que evoca nostalgia de unos tiempos gloriosos difíciles de recobrar para la ciudad. Para los menos sentimentales, es uno de los lugares con más tradición de toda España para tomarse una copa bien preparada por un barman como los de antaño.
