Parece un pueblo fantasma, pero no lo es. Nada que ver con alguno de los muchos lugares turísticos que hay en España. Aunque está deshabitado, según datos oficiales, los vaivenes que Granadilla ha experimentado a lo largo de la historia y su particular fisonomía le hacen irradiar un encanto especial que atrae la atención de curiosos viajeros que vuelven a aquel irreductible territorio que sueña con recuperar su esencia poblacional de antaño, cuando vivió mejores tiempos. Ahora, los descendientes de aquellos antiguos vecinos se reúnen dos veces al año a modo de confraternización: el 15 de agosto y el 1 de noviembre. El resto del año hay que pedir cita para poder visitar Granadilla.
La forja de Granadilla como villa de raigambre histórica es más que evidente. La localidad cacereña fue de los árabes, sus fundadores; también de judíos y cristianos; luego pasó a ser propiedad del Ducado de Alba durante tres siglos, y de los reyes cristianos; así como lugar donde Francisco Franco ejerció su dominio hasta su disolución como municipio en 1965. Ahora, por fortuna, este bello conjunto pertenece a todos los españoles.

Auge en la Edad Media
Su esplendor coincide con la Edad Media. Durante aquel periodo se llamaba Granada, fundada en el siglo IX y convertida en paso obligado entre la antigua Vía de la Plata romana y la comarca de Las Hurdes. Los árabes le dieron este nombre por la similitud de la estructura urbana del pueblo con la fruta. Mantuvo su denominación hasta que los Reyes Católicos conquistaron la ciudad andaluza a finales del siglo XV. Entonces, se le rebautizó como Granadilla, la pequeña Granada.
En 1310, bajo el reinado del monarca Alfonso IX, Granadilla llegó a tener voto en las Cortes de Castilla, nada menos. Se convirtió durante siglos en la capital de un señorío que comprendía hasta los 18 municipios, desde la población cacereña de Aldeanueva del Camino hasta las salmantinas Sotoserrano y La Alberca, incluyendo algunos pueblos la comarca de Las Hurdes. Años antes perteneció a la Orden de los Caballeros de Santiago. Catalogado como el tercer mejor municipio amurallado de España (solo por detrás de Ávila y Lugo), su población, no obstante, no creció extramuros.
Expropiación forzosa
Su despoblación comenzó con el acuerdo del Consejo de Ministros, del 24 de junio de 1955, por el que el Estado decretó la expropiación forzosa del terreno inundable del término municipal de Granadilla para la construcción del embalse de Gabriel y Galán. En 1963, las aguas del embalse comenzaron a inundar las tierras de Granadilla. Para sus vecinos, el final estaba cerca. En 1964 los últimos habitantes no tuvieron más remedio que recoger los bártulos y comenzar una nueva vida en alguna de las poblaciones de alrededor. El pueblo quedó convertido en una península rodeada de agua, pero fantasma.

Granadilla es una auténtica joya arquitectónica medieval que mantiene intacto su recinto amurallado de forma oval mandado a construir por el duque de Alba en el siglo XV. Este conjunto Histórico Artístico de Interés Cultural está recuperando en los últimos tiempos la vida y su aspecto original de la mano del Plan Experimental de Reconstrucción y Restauración de Pueblos tras el abandono forzoso de sus vecinos en 1965 como consecuencia de la construcción del pantano de Gabriel y Galán.
Ruinas decadentes y maravillosas
En este singular lugar se le aconseja al viajero seguir un itinerario circular, llegar hasta la plaza del pueblo en la que se alzan las mejores edificaciones, así como perderse entre las decadentes ruinas que le llenarán de sensaciones diversas. No hay que dejar de subir a la soberbia torre que preside la fortaleza para disfrutar de unas panorámicas únicas del pueblo y del embalse de Gabriel y Galán. El castillo, levantado por los almohades, más tarde sería cristiano. Tiene un cuerpo prismático central y cuatro cuerpos semicilíndricos adosados a cada costado.
Pero antes, Granadilla aparece ante el viajero rodeada por una hermosa muralla almohade en la que se abren dos puertas, la de la Villa y la de Coria. Junto a la primera, un olmo centenario le da la bienvenida. Este árbol se ha convertido en un símbolo del pueblo tras la aparición de una fotografía conservada en su Museo Etnográfico en la que aparece el rey Alfonso XIII cobijado bajo su sombra en su camino por tierras extremeñas para conocer Las Hurdes, allá por 1922.

Para llegar hasta aquí hay que tomar una pista forestal que arranca de Zarza de Granadilla y recorrer unos 11 kilómetros por un camino en mal estado custodiado por eucaliptos y pinos de reforestación. Sus pobladores y descendientes regresan a su pueblo el Día de Todos los Santos para recordar a sus muertos y reivindicar la devolución de sus antiguas casas de propiedad pública tras las expropiaciones.
La primera villa de Granada no era una ciudad andaluza, sino que fue cacereña. Patente lo ha dejado la historia. Ahora busca recuperar su identidad, olvidar el exilio y recuperar población. Se presenta como un lugar no turístico, pero un destino ideal para una escapada de fin de semana por la zona. Si el viajero visita Granadilla tampoco debe dejar escapar la oportunidad de acercarse hasta la vecina localidad de Hervás, preciosa villa también de poso medieval y que mantiene un importante legado judío.
http://youtu.be/2Rq_Hnsn3oc
Dónde dormir: Casa rural La Casa Jardín; Calle Espronceda, 117; Zarza de Granadilla (Cáceres); teléfono: 645895361.
Dónde comer: Restaurante Dominguín; Carretera N-630, km. 741; Granadilla (Cáceres)
Yo conocí Granadilla hacia los años 50 y tantos casí los 60 todavía estaba habitado,aunque había gente qu ya se había ido, el castillo pertenecía a una familia que lo usaba para guardar las ovejas y las cabras años después volvi ya no vivia gente se habían reconstruido algunas casas y el castillo, solían utilizarlo los socialistas para dar cursillos o eso fue lo que me contaron entonces. Desearía que mas gente conociese este pueblo es una maravilla como lo han restaurado. Isabel Burdiel
Hola Isabel,
a ver si entre todos podemos poner un poco más en relieve este hermoso enclave que, aunque deshabitado, no ha perdido su encanto. Todo lo contrario, ahora reluce mejor y está consiguiendo repoblarse para volver a ser el que fue antaño.
Saludos y gracias por tu comentario!
Fíjate que yo desconocía este lugar y me ha parecido muy hermoso. La idea de repoblar pueblos siempre me ha encantado, es una forma de recuperar patrimonio artístico de valor incalculable y a la vez mejorar la calidad de vida, lejos de las grandes ciudades.
Gracias por este artículo.
Un saludo!
Hola Roser JB! Me satisface enormemente que el artículo te haya permitido descubrir este lugar tan cargado de encanto. Ya sabes, ahora no tienes excusa para incluirlo en tu agenda viajera.
Y tienes mucha razón. Ahora que parece que existe un colectivo cada vez amplio interesado en regresar a la vida en el pueblo alejado de las grandes urbes, la iniciativa llevada a cabo en Granadilla es digna de loa. A ver si así se recupera la vida campestre en muchos otros sitios que merecen la pena.
Gracias por comentar!
Un lugar muy curioso que he conocido este verano pero la verdad es que da pena la cantidad de gente que se tuvo que ir de su casa
Fui de niña cuando tenía 12 en el año 93 en un raid que hicimos en los scouts. Sólo puedo decir que aún sueño con Granadilla. Nos dejaron dormir la siesta dentro del Castillo y al atardecer paseamos por arriba de la muralla. No había nadie por la tarde noche, sólo recuerdo movimiento por la mañana cnd llegamos. Uno de los mejores momentos de mi niñez
Hola Beatriz,
qué envidia me das con esa experiencia única que viviste. Pese a ser una de las zonas más desconocidas de Extremadura, Granadilla tiene algo que embruja a quien la visita. De obligada visita si se recorre el norte de la región.
Gracias por comentar!