Al sudoeste de Toledo, a través de la carretera C-401, el viajero llega a Guadamur, situado en una cañada, en unos terrenos regados por el río Tajo, cuyos orígenes se remontan a la época árabe como señala su nombre, que significa ‘río de paso’. En el siglo XVI, este pueblo de Castilla la Mancha alcanzó gran importancia económica y cultural debido a su proximidad con la hermosa y monumental Toledo.
Guadamur y su pasado romano y visigodo
Poblada por la tribu celtíbera de los carpetanos, Guadamur tuvo un pasado de dominación romana como atestiguan los restos arqueológicos hallados en la zona y el paso de una calzada de camino a Toledo. Pero Guadamur debe el realce de su pasado al hallazgo en la zona del tesoro de los visigodos, pueblo germánico que conquistó Hispania en el siglo V y dominó la Península hasta la llegada de los árabes en el siglo VIII.

En los alrededores de Guadamur, a un kilómetro aproximadamente, se localiza el lugar denominado Guarrazar, donde se descubrió el famoso tesoro de Guarrazar en el siglo XIX, compuesto por varias coronas que pertenecieron a los reyes visigodos Suintila y Recesvinto (siglo VII) Se trata del exponente máximo de la orfebrería visigoda en nuestro país. En la actualidad, la mayoría de piezas se encuentran depositadas en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
El tesoro forma un conjunto que constaba de seis coronas, cinco cruces, un colgante y restos de láminas y cadenas de oro (las que se conservan en el MAN), una corona y una cruz de oro más una gema grabada con la Anunciación, que se conservan en el Palacio Real de la capital de España; tres coronas, dos cruces, eslabones y colgantes expuestos en el Museo Nacional de la Edad Media (en París); así como una corona y una macolla con una bola de cristal de roca que fueron robadas y aún no han aparecido.
Algunas teorías históricas afirman que Guarrazar era un monasterio que sirvió de escondite a una parte del tesoro real de la corte, iglesias y monasterios toledanos (donde se estableció la capital de los visigodos) para evitar su captura por los musulmanes, que invadieron la península y pusieron fin al reinado de los visigodos en el año 711.

Tras empaparse de esta fascinante historia, le llega el turno al viajero para que trate de conocer en profundidad otros rincones de Guadamur. El castillo (siglo XV), construido por el primer conde de Fuensalida, don Pedro López de Ayala, se emplaza sobre el cerro de la Natividad, una pequeña elevación que domina el territorio circundante. Ya en 1590 el castillo fue empleado como cárcel de la Inquisición. Destruido durante la Guerra de la Independencia y durante las guerras carlistas, a finales del siglo XIX sus propietarios decidieron reconstruirlo.
De planta cuadrangular, con baluartes y defensas en las esquinas y cortinas, la fortaleza conserva una bella torre del homenaje de base cuadrada. En la decoración de los muros, muy sobria, destaca el escudo de los López de Ayala. En este castillo se hospedaron personajes de la talla de Felipe el Hermoso, Juana la Loca, el Cardenal Cisneros o Carlos I.

En las antiguas escuelas de la calle Nueva se encuentra el Centro de Interpretación del Tesoro de Guarrazar, que a través de paneles, reproducciones y objetos originales, muestra la historia e importancia de los restos visigodos hallados en 1858 en la Huerta de Guarrazar, situada en Guadamur.
Cerca del castillo se encuentra la ermita de la Natividad, del siglo XV, con ábside mudéjar y arco de herrería. La iglesia parroquial de Santa María Magdalena (siglo XVI) conserva escasos elementos de su primitiva fábrica debido a las reformas de los siglos XIX y XX. En el interior destacan sus tres naves separadas por arcos de herradura.

La iglesia se ubica en la Plaza de Recesvinto, donde el viajero también podrá contemplar la Picota o Rollo de Justicia. Más interesante resulta la visita a la ermita de San Antón, del siglo XVI, donde se ha instalado un pequeño Museo de Artes y Costumbres Populares con objetos de uso cotidiano de los montes de Toledo.
Si el viajero que anda de turismo por Toledo se muestra interesado por conocer la historia de la mayor reliquia que los visigodos dejaron como legado en nuestro territorio, debe acercase hasta Guadamur y empaparse de su pasado. Los amantes de la historia lo agradecerán.
Guadamur se presenta como un destino ideal para una escapada de fin de semana. Ya no hay excusa para visitar la localidad. Bueno sí, seguir con la huella visigoda en nuestro país dando el salto a Recópolis, en Zorita de los Canes (Guadalajara), el yacimiento de la única ciudad visigoda conocida en Europa.

Dónde dormir: La Hospedería de Guadamur; Costanilla de la Natividad, 3; Guadamur (Toledo); teléfonos: 647787741 y 666407130.
Dónde comer: Restaurante El Rincón de Flores; Plaza de Recesvinto, 4; Guadamur (Toledo); teléfono: 925291418.
¡Muy interesante! A veces tenemos la sensación, corrígenos si te parece lo contrario, que el legado visigodo es uno de los menos valorados y más desconocidos de esta España-cruce-de-caminos…
Comparto tu opinión. Hay excelentes muestras de su paso por nuestro territorio como la ciudad de Recópolis, en Zorita de los Canes (Guadalajara), la única que queda en Europa o el propio tesoro de Guarrazar que no se les ha otorgado el reconocimiento histórico que merecen…
La fortaleza de Guadamur es una pasada la verdad. Ya solo por eso tenemos que visitarlo. Parece de película y super bien conservado. Muy chulo.
El tesoro godo de Guarrazar hallado en sus inmediaciones es una de las joyas áureas que con más historia podemos disfrutar en el Museo Arqueológico Nacional. Visita obligada. Y de paso viajar a sus orígenes, a esta pequeña localidad cercana a Toledo.
Gracias por comentar Rubén