Lindando con la popular plaza de Colón madrileña se encuentra el hermoso edificio de la Biblioteca Nacional (Paseo Recoletos, 20-22), que ocupa la antigua huerta de San Felipe Neri. En 1866 comenzaron las obras del actual inmueble que albergó, en sus orígenes, diversas dependencias estatales, como el Ministerio de Fomento, el Archivo Histórico Nacional, y el Museo de Arte Moderno. En la actualidad todo el edificio lo ocupa la Biblioteca Nacional, cuyos orígenes se remontan a la antigua Biblioteca Real fundada por Felipe V en 1712, instalada al principio cerca del palacio.
El edificio, obra de Francisco Jareño, de estilo neohelénico, se inauguró en 1892 con motivo del cuatrocientos aniversario del descubrimiento de América. Pronto se convirtió en un elemento dinamizador de la cultura española dieciochesca. La fachada principal, elevada, presenta una gran escalinata adornada con las estatuas de San Isidoro, Alfonso X, Nebrija, Luis Vives, Cervantes y Lope de Vega. Además hay medallones conmemorativos de ilustres literatos. El cuerpo central muestra una tiple arcada y sobre la misma una columnata clásica rematada por un frontón con alegorías, obra de Agustín Querol.

El fondo bibliográfico lo componen cerca de cinco millones de volúmenes con más de 30.000 manuscritos, 3.000 incunables, 35.000 libros raros, más de medio millón de dibujos y grabados (de Goya y Durero entre ellos), más de 80.000 mapas, seis millones de monografías, 110.000 revistas y 20.000 periódicos… toda la historia de la literatura condensada entre cuatro paredes. También cuenta con una colección de cerca de 500 carteles de la República y la Guerra Civil española, adquirida en 1982.
Las obras abarcan desde el siglo X hasta nuestros días. En total representan 28 millones de publicaciones, nada más y menos. La cosa no acaba ahí: La BNE conserva una colección cervantina con las siete ediciones del Quijote que aparecieron el primer año de su publicación, así como las más importante ediciones del siglo XVII, abundantes traducciones, importantes ediciones ilustradas, etc.
Los primeros ejemplares que se incorporaron a la colección de la BNE fueron confiscados a los austriacistas que perdieron la Guerra de Sucesión. De entre los fondos más valiosos que alberga el lugar, sobresale la obra de, y sobre Miguel de Cervantes en la sala de la biblioteca que lleva su nombre, con multitud de obras, incluida la primera edición de Don Quijote de La Mancha, de 1605. Edictos reales de los Reyes Católicos, manuscritos de Lope de Vega y Quevedo, la Biblia Políglota Complutense (primera impresión multilingüe de la Biblia), la Gramática castellana de Antonio de Nebrija o códices de Leonardo da Vinci son otras obras de postín que se suceden en las estanterías.

Por depósito legal, en la Biblioteca Nacional de España ingresan uno o varios ejemplares de todos los fondos bibliográficos recogidos en cualquier tipo de soporte. Este espectacular centro bibliográfico ofrece además una atractiva programación cultural que incluye exposiciones, conferencias, presentaciones y el Museo de la Biblioteca.
La Nacional no es la única gran biblioteca de la que presume Madrid y, por extensión, el resto del país. La que alberga el Monasterio de El Escorial también es de aúpa. Con anaqueles de maderas nobles, conserva libros de indudable valor: 4.000 manuscritos árabes, 580 griegos, 72 hebreos, más de 2.000 latinos y más de 40.000 libros impresos.
La Biblioteca del Escorial alberga auténticos tesoros de la historia de la literatura, entre los que sobresalen las Etimologías u Orígenes (siglo IX), de Isidoro de Sevilla; el Itinerario (siglo VII), del emperador Antonino; los Comentarios al Apocalipsis (siglo IX), del Beato de Liébana; las Cantigas de Santa María (siglo XIII), de Alfonso X el Sabio; el Códice áureo; la Cosmografía (siglo XV), de Tolomeo; el Devocionario, de Isabel la Católica, y muchos otros más que el viajero inquieto tenga intención de descubrir….

Después de unas cuantas horas visitando con detenimiento la Biblioteca Nacional y analizando sus numerosos tesoros literarios, llega el momento del asueto. El viajero puede combinar este viaje cultural con otro tipo de actividades de ocio y recreo. Una de las que Lugares con historia recomienda es la práctica del paintball. La capital de España cuenta con campos de notable extensión, ideales para simular duelos y batallas históricas mediante bolas de pintura. Existen campos de paintball en Madrid a precios muy interesantes para viajeros amantes de la historia y la aventura.
Y trás el esfuerzo realizado, a recuperar fuerzas. Un descanso le vendrá bien al viajero para retomar la senda de la historia en forma de ruta. Las propuestas para merodear a conciencia la capital de España son infinitas: visitar el templo egipcio de Debod, El Retiro y su Ángel Caído, el parque de El Capricho o la Estación de Metro de Chamberí. Incluso el subsuelo de la M-30 tiene tras de sí un pasado antiquísimo. Toca disfrutar.

Dónde dormir: Hotel Galiano; Alcalá Galiano, 6; 28010 (Madrid); teléfono: 913192000; galiano@hotelgaliano.com.
Dónde comer: La Taberna de Argensola; C/ Argensola, 2; 28004 (Madrid); teléfono: 913086263.
Si es de 1890 en lugar de dieciochesco debería decir decimonónico
Dieciochesco/a: Del siglo XVIII o relativo a él. Por lo tanto, si la construcción de la Biblioteca finalizó en 1890, se la puede calificar como tal. Sin embargo, decimonónico/a hace referencia al siglo XIX.
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