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Los vecinos de Churchill tienen la sana costumbre de no cerrar con llave la puerta de sus casas y sus coches para que cualquiera pueda refugiarse allí de toparse con un oso polar. Y es que en este remoto pueblo de la costa canadiense de Manitoba el riesgo no son los ladrones, sino estas bestias de hasta más de 600 kilos que, durante los meses cálidos que pasan en tierra firme, son capaces de aparecer, y hambrientos, cuando el viajero menos se lo espera. Bienvenidos a la capital mundial de los osos polares.

El permiso eTA para entrar en Canadá

Esta aventura supone un interesante atractivo para visitar Canadá. Aunque antes de hacerlo, el viajero debe saber una información que le servirá de ayuda. Tiene que hacerse con un documento especial para entrar en el país norteamericano. La eTA Canadá es un permiso de viaje obligatorio para poder viajar a Canadá sin visado. Se tarda unos 5 minutos en solicitar una eTA y el coste es de 19,95 euros por persona. Para solicitar una eTA Canadá debe rellenar un formulario online, lo que lleva solo 5 minutos.

Si los carnívoros terrestres más grandes y más feroces fueron en otro tiempo un quebradero de cabeza para los comerciantes de pieles que primero se asentaron en Churchill, hoy son su mayor negocio. De no ser por ellos, pocos se acercarían hasta este desangelado puerto del Ártico canadiense hasta el que, en ausencia de carreteras, solo se puede llegar pagando un desorbitado billete de avión o tras un par de días en tren.

Los peligros del oso

Sin embargo, se cuentan por miles los visitantes que cada otoño pagan auténticas fortunas por vivir tan lejos la experiencia de salir a su encuentro. Extremando las precauciones, eso sí. Antes de viajar hay que recordar la importancia de adquirir una autorización eTA, que es válida durante 5 años desde su aprobación.

Durante el periodo de validez de la eTA Canadá el viajero puede desplazarse de forma ilimitada a Canadá; sin embargo, cada visita puede durar 6 meses como máximo. Además, su pasaporte debe tener al menos un día de validez después de su fecha de partida.

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Churchill es conocida por su nieve y los osos polares.

La historia de Churchill

Conozcamos antes un poco de historia sobre Churchill. La ciudad y el río recibieron su nombre como homenaje a John Churchill, duque de Marlborough (antepasado del que posteriormente sería primer ministro del Reino Unido, Wiston Churchill), que fue gobernador de la Compañía de la Bahía de Hudson a finales del siglo XVII.

Se estima que por la bahía de Hudson rondan cerca de un millar de osos polares. Salvo las hembras con crías recién paridas, que aguantan los peores fríos en sus madrigueras, los demás pasan la mayor parte del año sobre la costra de mar congelado, donde encuentran las focas que constituyen la base de su alimentación.

Por las capas de hielo

Cuando hacia finales de junio empieza el deshielo, estos fenomenales nadadores se ven obligados a migrar rumbo a los bosques. Aunque los osos no lo aprendieron en la escuela, saben por experiencia que el agua dulce se congela a temperaturas más altas que la salada, y cerca de Churchill son varios los ríos que descargan en el océano.

Esto explica que el mar se congele aquí antes que por otras zonas, que la capa de hielo aguante firme más tiempo y que, a resultas, se concentren en este punto cientos de ejemplares. No hay en el mundo lugar como este pueblo, que presume de ser la capital mundial del oso polar, donde más cantidad de ellos y más fácilmente se admiran.

Entre comienzos de octubre y mediados de diciembre, dependiendo de un clima cada vez más cálido e impredecible, la costra helada debería volver a formarse y los osos, tras meses sin prácticamente haber probado bocado, tienen prisa por salir a cazar. Esperando el momento de perderse por el Gran Blanco se aproximan y más a la costa, y a Churchill.

Excursiones para ver a los osos

Los Tundra Buggy, un extraño cruce entre camión todoterreno y prototipo espacial panorámico, sacan de excursión en pequeños grupos a los visitantes que quieren fotografiar a los señores del Ártico en su hábitat natural. No hay garantía absoluta de verlos, pero sí muchas posibilidades.

Además de estas expediciones, con opción a dormir en vehículos preparados, se ofrecen recorridos en helicóptero para seguir localizándolos desde el aire, paseos en trineos de perros, y hasta existe la posibilidad de hacer noche en unos lodges que, en plena naturaleza, multiplican la probabilidad de los avistamientos lejos de las hordas que invaden el pueblo en otoño.

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Se estima que por la bahía de Hudson rondan un millar de osos polares.

Así que ya sabe el viajero. Si tiene nacionalidad española y quiere viajar a Canadá este año o el próximo, entonces tiene que solicitar una eTA antes. Es el caso para viajes por turismo, negocios, estudios, visitas familiares y escalas en Canadá. Solo si tiene un visado o un pasaporte canadiense o estadounidense no necesita una eTA.

La mayoría de viajeros foráneos eligen la eTA porque es más barata, sencilla y rápida de solicitar que un visado. Para obtener un visado, es necesario pedir una cita en la embajada o consulado de Canadá, mientras que la eTA se puede solicitar online en cuestión de minutos.

Los viajeros que no tengan una eTA Canadá no podrán hacer el check-in para vuelos a Canadá y se les denegará el embarque. También es necesario tener una eTA si el vuelo a Canadá es una simple escala a otro país; incluso si no sale del aeropuerto durante el tránsito.

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