Condados y otros territorios del noreste peninsular conformaron la Marca Hispánica en la Edad Media; es decir, una amplia zona geográfica comprendida entre la frontera del Imperio carolingio de Carlomagno con Al-Ándalus y los Pirineos desde finales del siglo VIII hasta la independencia de lugares como Pamplona, Aragón, Sobrarbe, Ribagorza, Pallars, Urgel, Cerdaña, Berga, Osona, Barcelona, Gerona, Besalú, Ampurias, Perelada, Rosellón, Vallespir y Confient.
La Marca Hispánica prestó vasallaje al Imperio carolingio y formaba parte de él, pero estaba compuesto por condados independientes que, en ocasiones se aliaron con los musulmanes para luchar contra los carolingios. Nació en el año 778, con la campaña militar de Carlomagno en el valle del Ebro reconquistando a los árabes parte de las tierras que habían invadido en la Península Ibérica. Pese a su derrota contra los vascones en Roncesvalles (La Canción de Roldán inmortalizó el evento de la batalla) consolidó el territorio de la zona sur.

Siete años más tarde Gerona, Urgel y Cerdeña comenzaron a prestar vasallaje a Carlomagno. En el año 798 Luis de Aquitania extendió el imperio con la incorporación de las actuales comarcas de Pallars y Ribagorza, a la que se añadió, tres años después, Barcelona. Para gobernar estos territorios, los reyes francos designaron condes, unos de origen franco y otros autóctonos, según criterios de eficacia militar en la defensa de las fronteras y de lealtad y fidelidad a la corona.
En el siglo X no había una delimitación precisa entre un lado y otro de lo que hoy llamaríamos frontera que separaba los condados de la Marca Hispánica de Al-Ándalus. La separación entre los distintos territorios era imprecisa y no se trataba de un área despoblada, sino que en ella había algunos pobladores de obediencia incierta.
A cada lado había habitantes que estaban sometidos a autoridades civiles y religiosas cuya sede se encontraba en el bando opuesto. La franja de separación entre los dominios cristianos y musulmanes tampoco tenía una extensión uniforme.

Con el debilitamiento del poder de los francos y sus divisiones internas, todos los condes de la Marca Hispánica, en rebeldía, intentaron de hacer su cargo hereditario y tan solo Aragón y Pamplona consiguieron convertirse en reinos tras la desintegración de Imperio carolingio.
De esta forma, será con la llegada de Wifredo el Velloso (870-898) como conde de Barcelona quien logrará unificar territorios condales de entidad sustancial y, lo más relevante, que sea hereditaria la sucesión del mismo. Los que eran condes meros administradores carolingios con la Marca Hispánica pasan a convertirse en verdaderos señores feudales que, si bien deben vasallaje al rey de los francos, son dueños de su propia realidad y la transmiten a sus herederos.
Wifredo el Velloso se convertirá en conde de Urgell y de la Cerdanya y a partir de 878 de Girona-Besalú y Barcelona y Ampurias, para constituir así la verdadera Marca Hispánica o nacimiento de Cataluña. Wifredo centralizó la jerarquía eclesiástica de todos estos lugares en el obispado de de Vic y repobló toda la zona despoblada del Ripollés, Osona…

Tras la muerte del hijo de Carlomagno, Luis I el Piadoso, comenzó el principio del fin de la Marca Hispánica en territorio peninsular. Los tres hijos de este (Carlos, Lotario y Luis) se repartieron el imperio mediante el Tratado de Verdún (843) La Marca Hispánica correspondió a Carlos, apodado ‘el Calvo’.
El conde de Barcelona Ramón Berenguer IV será el último en ocupar ese cargo. A partir de él, una vez que fue coronado rey de Aragón y tras ser sucedido por su hijo, Alfonso II el Casto, se configura la nueva confederación catalano-aragonesa que será conocida como Corona de Aragón. Pero ese ya es otro tema.
El 16 de junio del año 877, Carlos el Calvo firmó la capitular de Quierzy, con la que se pretendió regular la buena marcha del imperio, estableciendo la heredad de los principados y cargos condales. Esta disposición favoreció el proceso de los condados de la Marca Hispánica hacia su independencia a finales del siglo IX.
Dónde dormir: Hotel 3 Arcs; C/Ganganell, 15; 17850 Besalú (Gerona); teléfono: 972591678.
Dónde comer: Cal Rabada; Calle Barcelona, 12; 08510 Roda de Ter (Barcelona); teléfono: 938500081.
eSTÁ BIEN LO DE LA MARCA HISPÁNICA. DE TODAS FORMAS HAY UNA CONTROVERSIA HISTORIOGRÁFICA SOBRE SI LO DE MARCA HISPÁNICA ES UNA DENOMINACIÓN DE LA ÉPOCA O MÁS BIEN POSTERIOR, PUES PARECE SER QUE LOS FRANCOS NUNCA LLAMARON A LOS CONDADOS ULTRAPIRENAICOS DE ESA MANERA.