Grandes músicos de nuestro país les han dedicado canciones, películas de renombre se han rodado sobre su asfalto y, en definitiva, el poso histórico que albergan es ineludible. Muchas de las calles de Madrid son testigo de una rica historia detrás, forjada al paso de los años, de los siglos, cuyo origen embarca al viajero desde la Edad Media hasta la Contemporánea para descubrir, en ocasiones, un pasado curioso en forma de leyendas o tradiciones que merece la pena conocer.
Las hay dedicadas a personajes ilustres, episodios históricos, oficios y otros menesteres que, con el devenir de los tiempos, cambiaron de denominación según quien gobernara por aquel entonces. También las hay repetidas, como el caso de Recoletos, Quevedo, Murillo, Colón, Alfonso XIII, Cervantes,…, que cuentan con calles, paseos, avenidas, plazas, pasajes o travesías. La palma se la llevan San Andrés, que tiene dedicada una calle, una plaza, una costanilla y una travesía; San Diego con una avenida, una calle, una plaza y una travesía; y San Pedro, con una calle, un camino, una costanilla y un pasaje.

Lugares con historia quiere poner especial atención en el origen de algunas de las calles más peculiares de la capital. Como por ejemplo la calle más corta de Madrid. Se trata de la Rompelanzas, a caballo entre la de Preciados y la del Carmen, a unos metros de la estación de metro de Sol. Apenas se extiende 20 metros. El nombre se debe a la facilidad con la que se rompían las lanzas de madera que portaban los antiguos carruajes de caballos del siglo XVI cuando pasaban por aquí. No había una que se salvara… Y de ahí su original apelativo.
También resulta menuda la plaza, más bien plazuela de San Javier, presente ya en los planos de la urbe del siglo XVIII. Se localiza en pleno Madrid de los Austrias. Un flamante palacete rojo con título nobiliario incluido en su escudo se erige como epicentro. El lugar es el escenario, además, de la mítica zarzuela de Luisa Fernanda, estrenada en el año 1932.

La numeración de calles de Madrid parte del punto más cercano a la Puerta del Sol, el kilómetro cero, que sitúa los pares en la acera de la derecha y los impares en la izquierda. En cuanto a las plazas, hasta 1860 no se dispuso la numeración correlativa. La alimentación es un tema recurrente para la denominación de las calles. A modo de ejemplo: Lechuga (responde al lugar donde se instalaban los puestos de venta de esta hortaliza), Pasa (según un dicho popular «El que no pasa por la calle de la Pasa no se casa» porque allí se encontraba el Arzbispado) o Panecillo. También las hay frutales, como calle de la Piña (en Carabanchel) y del Plátano (en Tetuán)
La calle de la Cenicienta (al sur de la capital) o la de Tintín y Milú (Alameda de Osuna), se mezclan con otras que evocan Historias de la radio (cerca de la Avenida de Entrevías) o Volver a Empezar (en los alrededores de Entrevías), que homenajea la oscarizada película de José Luis Garci. Tampoco tienen desperdicio la calle del Amor Hermoso (barrio de Usera), Salsipuedes, que tiene su origen en una mera descripción de la vía, o la del Desengaño, que la leyenda atribuye su origen a un duelo de caballeros por el amor de una dama.

Dejando al margen viales que tributan a legendarias figuras de la música rock como Rosendo o el grupo AC/DC (ambas en Leganés), el viajero no se aleja de la capital de España para recorrer sendas calles que rinden homenaje al género músical de la zarzuela. Por un lado la calle Pan y Toros, el tópico cultural patrio derivado del latino Pan y Circo, pero también es una zarzuela castiza del maestro Barbieri. De otro, la Alegría de la Huerta (distrito de Villaverde) Le acompañan otras nomenclaturas como calle de Doña Francisquita, La Dolorosa, Gigantes y Cabezudos, La Canción del Olvido o calle de Los Bohemios.
En 1840, Fermín Caballero, como alcalde de Madrid, realizó una lista de los nombres genéricos que tenían las vías y contabilizó la existencia de un total de 14 maneras de denominar una calle: carrera, corredera, callejón, cuesta, costanilla, pretil, portal, arco, pasadizo, plaza, plazuela, campillo, puerta y postigo. A los que en la actualidad habría que añadir otras 17 más: glorieta, escalinata, cañada, ribera, senda, vereda, galería, vía, avenida, paseo, travesía, plazoleta, ronda, paso, cava, gran vía y pasaje.

Llamará la atención del viajero que un buen número de las vías de la capital de España, las de la zona Centro, vienen estampadas sobre pequeñas pero llamativas placas de azulejos acompañadas de un dibujo que denotan el origen del nombre. Fueron elaboradas por Alfredo Ruiz de Luna, ceramista que rotuló cerca de 1.500 placas artísticas para todo el Casco Histórico de Madrid.

Dónde dormir: Liabeny Hotel Madrid; Calle de la Salud, 3; 28013 Madrid; teléfono: 915319000.
Dónde comer: Mercado de la Reina; Calle Gran Vía, 12; 28013 Madrid; teléfono: 915213198.