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Es un pequeño pueblo cuyo término municipal apenas supera los cuatro kilómetros cuadrados de superficie. No obstante, Montmeló ocupa uno de los puestos más preeminentes en lo que se refiere al mundo del automovilismo a nivel mundial.

Su espectacular circuito de Barcelona-Cataluña acoge cada temporada el Gran Premio de España de Fórmula 1 y el Gran Premio de Cataluña de Motociclismo. Vibrante es poco.

Pero Montmeló no es solo y exclusivamente competición deportiva del motor al más alto nivel. Tiene su pasado de notable interés para el viajero aficionado a la historia, sobre todo tras el paso de los romanos por esta zona de la provincia de Barcelona, que resultó decisivo.

Fruto de esa dominación permanecen entre Montmeló y Montornès del Vallès las ruinas del castellum romano de Can Tacó, llamado Mons Observans, que es además uno de los primeros asentamientos romanos de Cataluña. Está declarado Bien Cultural de Interés Nacional.

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Del siglo II antes de Cristo, Can Tacó es un edificio de representación oficial de alguna administración romana vinculada al ejército y parece que tenía la función de praesidium, un campamento militar que servía de base logística para las tropas romanas y para el control de territorios.

No acaban ahí los vestigios de origen romano que existen diseminados por la zona. A medio camino de la Serreta, donde ahora se encuentra el número 16 de la calle Jacinto Verdaguer, se instaló una villa romana de un alto dignatario, Can Massot, destruida en el siglo I antes de Cristo en el transcurso de la guerra civil entre los partidarios de Julio César y Pompeyo.

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Ayuntamiento de Montmeló./ JTCurses

Montmeló también conserva cerámicas, molinos de mano, silos y otro elementos más antiguos, de la época ibérica, a pesar de no tener restos de asentamiento conocidos.

Con posterioridad en el tiempo, ya en la Edad Media, los destinos de Montmeló estuvieron ligados durante siglos al Monasterio de San Pero de las Puellas de Barcelona. Montmeló fue calle de Barcelona en el año 1398, en 1409 se separó y de nuevo volvió a la Corona en 1495.

Ya sería con la puesta en funcionamiento en el año 1991, del Circuito de Velocidad, que el nombre de Montmeló se conociese fuera de Cataluña. Con un aforo de 131.000 espectadores, el Circuito de Montmeló fue durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 el punto de partida y la meta de la prueba de 100 kilómetros contrarreloj por equipos de ciclismo en ruta.

Si el viajero ha ido a visitar Montmeló con la excusa de presenciar en directo una de las grandes carreras de motor que tienen lugar en su circuito de velocidad, no está de más que se dé un paseo por sus calles con el fin de disfrutar de sus atractivos, que también los tiene.

Antes tendrá que haber hecho reserva de alojamiento si quiere prolongar su estancia unos cuantos días. La oferta hotelera en la zona es amplia y variada, aunque resulta recomendable que el viajero pernocte en un hotel cerca del circuito de Montmeló. Sobe todo por comodidad.

En el casco urbano de la localidad barcelonesa destaca la iglesia de Santa María, de estilo neoclásico en su construcción actual, pero que conserva restos de un ábside del siglo XI. Por su parte, el Ayuntamiento del municipio, que se construyó en 1927, se encuentra en la plaza de la Villa, en el centro de Martorell. Son los dos principales edificios visitables de Montmeló.

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Circuito de Montmeló en plena carrera./ Imagen cedida por Shutterstock

También relacionada con el mundo de motor, aunque en este caso más de fabricación y montaje, el viajero puede acercarse hasta la recoleta Martorell, también en la provincia de Barcelona, que alberga la fábrica de Seat y donde se puede conocer la historia de la emblemática marca desde los años cincuenta del pasado siglo y de uno de sus vehículos más populares: el 600.

Otra opción para el viajero es que se decante por un destino de postín con mucha historia a sus espaldas, como es Cardona y su magnífico castillo. Aunque si lo que desea es playa y rica gastronomía no exenta de pasado tiene cerca la localidad costera de Sitges y su entorno.

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Cómo llegar: Por la autopista AP-7, hay que coger la salida 13 en Granollers. Se enlaza con la carretera comarcal BV5002 primero y, posteriormente BV5003, que permite entrar a Montmeló por uno de sus ejes principales.

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