A medio centenar de kilómetros de Barcelona se encuentra la montaña de Montserrat, situada entre las comarcas del Anoia, del Baix Llobregat y del Bages. El nombre procede de la característica forma de la montaña en la que se enclava, que recuerda a los dientes de una sierra.
Qué ver en Montserrat
En el privilegiado emplazamiento de Montserrat, ocupando una mesetilla a media altura, se levanta un complejo que incluye un monasterio con sus dependencias, una basílica y diversas instalaciones para los peregrinos y visitantes, zona comercial, cafeterías, restaurantes, alojamiento y aparcamientos.
Es ahora uno de los lugares más turísticos de Cataluña, pero la historia que ha cimentado su aura resulta fascinante.
En la basílica de Montserrat, en un camarín que preside el altar mayor, se venera una antiquísima imagen románica de la Virgen, popularmente conocida como ‘la Moreneta’ por su color oscuro. Es una virgen negra, aquellas que adoraban los templarios.
Según la piadosa leyenda, el propio san Lucas la talló del natural a petición de la propia Virgen, que le facilito las herramientas del extinto san José. A Montserrat acuden miles de peregrinos cada año desde tiempos remotos solo por adorar esta talla románica del siglo XII.

La historia de Montserrat
El conjunto de Montserrat pudo ser, en su origen, hacia el siglo XI, un humilde cenobio benedictino habitado por santos varones que escogían la vida de oración y mortificación en aquel lugar.
El cenobio fue creciendo en importancia y en 1411 consiguió independizarse del monasterio de Ripoll, del que dependía administrativamente.
La basílica de Montserrat, de una nave, con capillas laterales, parece relativamente moderna porque su fachada es de 1901, pero el edificio contiene algunos vestigios del primitivo santuario del siglo XVI que resultó destruido durante la Guerra de la Independencia y fue reconstruido en la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del XX. En la actualidad viven casi un centenar de monjes.
Una vez en Montserrat, el viajero puede dar un paseo por su peculiar paisaje. La montaña es parque natural desde 1987. En su relieve abrupto y de bloques redondeados crecen las encinas, los robles y el pino blanco.
Existe una buena red de caminos que conducen hacia algunas de las 13 ermitas que se diseminan por Montserrat.

Los nazis y Montserrat
Parte de la historia de Montserrat está vinculada al régimen nazi. La Ahnenerbe, la sección ocultista de las SS, siguió el rastro en nuestro país del Arca de la Alianza y el Cáliz de Cristo, ‘armas’ que harían invencible al Tercer Reich. Estas codiciadas piezas eran consideradas como objetos de poder que les permitirían dominar el mundo.
Y la incesante búsqueda del vaso que supuestamente Jesucristo utilizó en la Última Cena llevó a Heinrich Himmler, su comandante en jefe, a merodear por Montserrat.
El segundo führer quiso visitar los pasadizos subterráneos de la montaña, muy cercana a Montsegur (donde el ocultista Otto Rhan lo buscó con ahínco por su vínculo con los cátaros), pero el padre Ripol, que hacía de anfitrión, rechazó la solicitud.
Al parecer, el líder de las SS exigió ver todos los documentos del monasterio que estuviesen relacionados con el Cáliz. Himmler se negó a besar la imagen de la Moreneta, y resulta curiosa la percepción que tuvo, cuando visitaba el museo del monasterio, de los restos de un hombre ibero de grandes dimensiones.
Consideró que se trataba sin duda de un guerrero nórdico. Cuando el padre Ripol le explicó que era un ibero, el jerarca nazi afirmó con enojo que los iberos eran oriundos del norte de Europa.

Qué hacer en Montserrat
Un atractivo más del lugar es oír cantar a la famosa escolanía de Montserrat, instituíción cuyos orígenes se remontan a la Edad Media. Así como el museo, que alberga obras de artistas como Picasso o Dalí, o la biblioteca, con verdaderas joyas de bibliófilo.
Y si lo que desea el viajero es ver con sus propios ojos el lugar donde apareció la Virgen, hay que tomar el funicular de la Santa Cova.
La de Montserrat es también una excursión fantástica para hacerla con niños. Primero, porque la montaña que llega a alcanzar los 1.236 metros de altura, con sus formas de chimeneas, apasiona a todos, y porque se les puede contar la historia de los ermitaños o eremitas que escogieron esta elevación para su vida contemplativa; y segundo, porque subir en tren cremallera o funicular es siempre una aventura.
Peregrinos, Leonardo Da Vinci, los nazis… El viajero puede descubrir por qué les fascinó la abadía de Montserrat con una excursión organizada desde Barcelona. Incluye un almuerzo tradicional. Después de comer se dispone de tiempo libre para disfrutar de los paisajes de Montserrat o subir en su famoso funicular. Una visita imprescindible.
Aparte de Montserrat, existen unos cuantos otros lugares para visitar en la provincia de Barcelona cuya historia está salpicada de momentos apasionantes. Ejemplos: Pals, Cardona, Caldes de Montbui,…
Pero si el viajero desea permanecer en la Ciudad Condal no debe perderse alguno de los grandes atractivos turísticos que le han convertido en una de las urbes más visitadas de Europa: el gótico de la catedral del mar, la eterna Sagrada Familia, el Park Güell, el barrio de Gracia o las Ramblas.
Las oferta de ocio aquí, a todos los niveles, es infinita. La completa guía de Oh-Barcelona ofrece más información al respecto: alojamientos, restaurantes, museos,…

Dónde dormir: Hotel Abat Cisneros; Monestir de Montserrat, s/n, 08199 Montserrat (Barcelona); teléfono: 938777777.
Dónde comer: Restaurante Montserrat; Pallars, 226, 08005 Barcelona; teléfono: 933008027.