Que la Antigua Roma ha dejado un legado en nuestra cultura es más que evidente. Dos mil años después, el viajero también tiene la fortuna de poder descubrir y disfrutar de la contemplación de los restos patrimoniales que aún se conservan diseminados por toda la geografía de Hispania. Uno de esos vestigios es el espectacular mosaico de Can Pau Birol, que se expone en el Museo de Historia de Gerona.
Para hablarnos de esta joya artística, visita hoy Lugares con historia toda una experta en el mundo antiguo. María Engracia Muñoz Santos es historiadora y arqueóloga, gran conocedora de los secretos de grandes civilizaciones y culturas del pasado como Roma y Egipto. Administra el blog Arqueología en mi jardín.
Muy a menudo en este día a día que tenemos tan extenuante de información, los pequeños detalles pasan desapercibidos. Eso es lo que ocurre con el precioso mosaico de Can Pau Birol o mosaico de Bell-lloc del Pla (Girona), tanto o más fascinante que el de Noheda (Cuenca) o los de La Olmeda (Palencia)
Corría el mes de mayo del año 1876 cuando unos campesinos, azada en mano, toparon con un “precioso mosaico”, uno de los pocos que tenemos en Hispania con una escena de carrera de cuadrigas. Pocas son las escenas de esta temática representadas en pavimento y la mayoría de ellas se encuentra en Hispania, Francia y Norte de África. El de Can Pau Birol es excepcional por varios motivos, entre ellos el estado de conservación y uno de los detalles que aparece en una de las esquinas.
El mosaico de opus tesselatum mide 3,40 x 6,10 metros, es de principios del siglo IV y, sin duda, pertenecía a una rica villa, probablemente a un pasillo de la zona pública de la domus. Este mosaico forma parte de uno de mayores dimensiones, este contiguo del otro, pero una gran parte se destruyó durante la Guerra Civil. Aún en 2012 un periódico local se hacía eco en la entrega al museo de otros fragmentos por parte del colegio que se edifica hoy sobre el yacimiento y que aparecieron en el transcurso de unas obras.

En la imagen vemos cuatro cuadrigas que portaban los respectivos colores de los equipos clásicos en este tipo de competiciones. Junto a cada uno de los aurigas aparece su nombre. Así podemos ver y leer que, si seguimos la marcha de la carrera, en la esquina superior derecha está Limenius con su caballo Euplium de la facción verde, Clarimorfus, de la facción azul con su caballo favorito Patynicus, Torax de la facción roja y su caballo Polistefanus y Filoromus de la facción blanca con su caballo Pentaracus.
¿Por qué aparece solo el nombre de uno de los caballos? Porque era el caballo favorito de la cuadriga, el más fuerte, el más veloz, el que siempre se situaba a la izquierda del tiro. Este caballo iba a dirigir el carro y era el que corría junto a la spina, quien debía realizar el giro en el momento de llegar al final del muro divisorio. Si una cuadriga ganaba era en gran parte gracias a este caballo.
Este muro divisorio aparece profusamente decorado con dioses, animales, e incluso un obelisco en el centro. Y en el lado derecho e izquierdo otro elemento arquitectónico que por su forma arqueada marca el final interior del circo. Ya en la parte extrema derecha vemos la imagen de las carceres o lugar desde donde salían los carros, con las puertas abiertas, el editor de los juegos presidiéndolos y, a cada lado, unas imágenes de otros de los espectáculos realizados en el recinto: una lucha de gladiadores y una venatio.
Lo curioso de la escena es la posición que tienen las cuadrigas, solo la de la facción azul parece que sigue a la carrera. Las dos que la preceden, la roja y la blanca, aparecen con los caballos encabritados, quizás por un frenazo, representado este momento, además, por dos auxiliares del circo que aparecen frente a los caballos.
La escena que más llama la atención es la superior derecha. Se trata de un accidente o naufragia si lo denominamos como lo habrían hecho aquellas personas del año 300. El carro aparece vuelto del revés, los caballos enredados y el auriga entre ellos (se le ve la cabeza asomar entre el segundo y tercer corcel)
Lo que llama poderosamente nuestra atención es la simpleza de las imágenes, pero al mismo tiempo la vivacidad que irradian.

El caos de la cuadriga accidentada está perfectamente plasmado, el movimiento de todos los caballos, la posición de los aurigas, los auxiliares frente a los caballos desbocados en peligro… La imagen parece de una foto que se ha congelado en el tiempo. Parece que todavía se escuchan los relinchos de los caballos y emana el olor de un hipódromo.
El mosaico hoy puede disfrutarse en el Museo de Historia de Gerona. La villa donde se localizó, del mismo nombre que la obra, no es visitable porque actualmente sobre el yacimiento se levanta el colegio de Bell-Lloc del Pla.
De esta antigua villa romana, establecida en Gerona durante el siglo III, proceden también el mosaico del circo, que presenta escenas de carreras y que fue cedido al Museo de Historia de Girona, o el emblema de Belerofonte con Quimera, expuesto en el Museo de Arqueología de Cataluña en Barcelona.

Dónde dormir: Llegendes de Girona; Carrer del Portal de la Barca, 4; 17004 Girona; teléfono: 972220905.
Dónde comer: Bar Sant Felix; Plaça de Sant Feliu, 7; 17004 Gerona; teléfono: 616538344.