Pocas ciudades del mundo pueden identificarse tanto con su universidad como Oxford. Tanto que hay quien duda que exista una verdadera urbe más allá de las paredes de los colleges. Sin embargo, Oxford existe al margen de su prestigio científico y docente. Oxford nació en el valle del Támesis, alrededor de un vado controlado por los sajones. Conquistado por los normandos en el siglo XI, se erigió allí un castillo, aún visitable.
La ciudad muy pronto se transformó en un centro cultural y de estudio, puesto que desde 1906 se tiene constancia sobre la presencia de docentes universitarios. Y adquirió más prestigio cuando en 1167 Enrique II prohibió a los estudiantes ingleses acudir a la universidad de París. Se trataba ya del centro universitario más antigua en tierra de lengua inglesa.
Ya en 1201 se designó al primer magister scolarum Oxonie, el primer rector de la universidad, que progresivamente necesitó de lugares de residencia para alojar a sus estudiantes, los conocidos halls, punto de origen de los colleges. También es muy antigua la rivalidad de Oxford con Cambridge, la otra famosa ciudad universitaria inglesa: en 1209 la disputas entre estudiantes de Oxford llevaron a un grupo de docentes de esta universidad a fundar un nuevo centro en Cambridge.

Centro de referencia cultural de la Inglaterra de los Tudor y los Estuardo durante los siglos XVI-XVIII, fue durante el periodo victoriano cuando Oxford eclosionó definitivamente, convirtiéndose (junto a Cambridge y el Eton College), en el centro de formación de las elites del Imperio Británico. Desde entonces, 26 primeros ministros británicos, por ejemplo, han estudiado en Oxford.
Uno de los grandes atractivos de Oxford son las librerías y bibliotecas como la Bodleian Library, la segunda de mayor tamaño en Gran Bretaña. 11 millones de ejemplares abarcan un periodo que va desde la alta Edad Media hasta las más recientes publicaciones científicas. El acceso está limitado, pero se organizan visitas todos los días.
También puede considerarse patrimonio cultural de la ciudad la librería Blacwells, , ubicada en Broad Street, una de las calles centrales de Oxford. Consta de cuatro plantas y un espectacular sótano, la Norrington room, que alberga más de 160.000 libros científicos.

Descubrir Oxford supone inevitablemente visitar sus colleges, pero no siempre es fácil recomendar cuáles merecen mayor atención. En realidad, quizás excepto el Christ Church, el college más famoso y cuya vocación turística resulta más evidente, en muchos colleges los visitantes son vistos como un mal menor, un efecto colateral del prestigio académico de la ciudad. La visita a algunos de ellos merece la pena. Tienen grandes patios ajardinados, edificios de estilo medieval o renacentista, capillas-iglesias de estilo gótico o neogótico, un hall o gran comedor monumental y un muro de cierre que preserva su intimidad.
Oxford no puede entenderse sin su universidad, pero ni mucho menos todo se limita a ella. Un breve paseo por el centro urbano de la localidad inglesa permite acceder a lugares tan interesantes como Port Meadow, un área pantanosa donde pacen las vacas tranquilamente. Otra de las mayores diversiones son las rutas en bicicleta por la ciudad, que permiten visitar los colleges, con agradables rincones como las murallas medievales del New College o las entrada secundarias de Magdalene College.

Con la bicicleta, el viajero también podrá llegar hasta espacios suburbanos de gran belleza, como los canales laterales del Támesis y Cherwell o el área de Port Meadow. Pese a todo, el espacio por antonomasia de ocio de Oxford son sus parques y jardines.
El más famoso es el University Park, un verdadero pulmón verde que en primavera y verano se convierte en espacio deportivo con sus magníficas zonas de césped natural. También merece una visita el South Park, ubicado en Headington Hill, un punto donde la antigua carretera de Londres llega a la ciudad.
No puede abandonarse Oxford sin entrar en alguna de sus míticas tabernas, que tanto han contribuido a acrecentar la fama de la ciudad. Entre ellas The Eagle and the Chile, un conocido pub frente al St. John’s College donde C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien celebraban tertulias literarias. Algunas de sus respectivas obras, como Las Crónicas de Narnia o El Hobbit, deben mucho a esos encuentros.
https://youtu.be/yxQilhpOIaU
Dónde dormir: Macdonald Randolph Hotel; Beaumont Street, Oxford OX1 2LN (Reino Unido); teléfono: +44 1865 256400.
Dónde comer: Brasserie Quod; 92-94 High Street, Oxford OX1 4BJ (Reino Unido); teléfono: +44 1865 202505.