Sin llegar apenas a los tres mil habitantes, la localidad gerundense de Pals emerge como una joya gótica de su provincia y, por extensión de toda Cataluña y la Península. Dotada de castillo y murallas, de ella el escritor Josep Pla dejó escrito que “Pals no merece una visita, sino cien visitas, porque su situación ofrece la posibilidad de ver uno de los paisajes más bellos e inolvidables del país”.
Pals o Palus
A pesar de que no hay vestigios de época romana, su nombre evoca ese origen. Pals proviene del latín Palus, que significa lugar pantanoso, y el castillo se llamaba Castellarum Montis Áspero.El castillo de Pals fue documentado por primera vez en 889 con el nombre de castillo de Mont-Áspre cuando el rey Odón I de Francia le hizo una donación.
Los primeros documentos históricos que se tienen de la ciudad datan del siglo IX, aunque los orígenes del recinto gótico son muy antiguos. Algunos historiadores defienden que Cristobal Colón no zarpó de Palos de la Frontera con destino al Nuevo Mundo como señala la historiografía oficial, sino desde el puerto de Pals. Permítanme que tenga mis dudas.

El casco antiguo de este pequeño municipio, de estilo gótico y declarado Conjunto Histórico Artístico, se sitúa en la cima de un pequeño cerro, el Puig Aspre, uno de los puntos más reconocidos y visitados de la comarca del Baix Empordá. Se convirtió en uno de los primeros recintos que se restauraron en la comarca y ha obtenido importantes premios de reconocimiento.
Durante la Guerra Civil, el recinto gótico quedó muy dañado, aunque los esfuerzos del doctor Pi i Figueras y la Diputación de Girona promovieron su restauración. Continuos enfrentamientos bélicos solo han permitido que sobreviva la Torre del Homenaje, de planta circular levantada entre los siglos XI y XIII y 15 metros de altura.
La población, circundada por unos muros medievales levantados entre los siglos XII y XIV, conserva perfectamente su aspecto primitivo gracias a la intervención restauradora del pasado siglo.

Calles empedradas interrumpidas por arcos de medio punto, fachadas con ventanas ojivales y balcones de piedra son los signos distintivos de Pals. La muralla conserva cuatro torres de planta cuadrada, del siglo XII. Otros puntos de interés son el mirador Josep Pla, la Plaza Mayor, las sepulturas de la calle Mayor y la iglesia de Sant Pere.
Al viajero también le merece la pena acercarse a conocer una casa fortificada del siglo XV, sede del Museo de Arqueología Submarina. Entre otras curiosidades, podrá conocer la historia de los vinos y cavas de Cataluña, gracias la exposición permanente que exhibe.
Otro de los principales atractivos que ver en Pals es su imponente arenal, donde durante décadas estuvieron las antenas de Radio Liberty, flanqueado por un pionero club de golf y enfrentado al paisaje único de las Islas Medes. Muy cerca está el núcleo de Masos de Pals, donde se conserva un buen número de masías de notable antigüedad además de un templo del siglo XVIII dedicado a Sant Fruitós.

Uno de los grandes atractivos del lugar es su playa. Pals ocupa una amplia extensión del litoral bajo ampurdanés, con una playa que supera los 3,5 kilómetros. Para los amantes de la naturaleza se debe recomendar la visita a los conocidos humedales, situados en la antigua desembocadura del río Daró, donde se encuentran también las Basses d’en Coll.
Dejarse transportar por la máquina del tiempo nos permitirá regresar a épocas del Medievo. Máxime si prestamos atención a este elaborado vídeo que muestra los encantos que esconde Pals:

Dónde dormir: Hotel Mas Salvi Girona; C/ Carmany s/n,; 17256 Pals (Gerona)
Dónde comer: Restaurante Can Dolç; Plaça Església; Palau-sator (Girona); teléfono: 972635003