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El viajero deberá trasladarse más de 2.000 años en el tiempo para penetrar en los fértiles valles del norte de la provincia de Zamora e imaginar a los astures, que habitaban la zona y eran un obstáculo para el Imperio romano, sobre todo para consolidar la explotación de oro de Las Médulas. El propio valle de Vidriales fue testigo de la llegada de la Legio X Gémina, cuyos componentes se asentaron por aquí y se dedicaron a acabar con las tribus astures.

Hasta siete legiones, de unos 6.000 hombres cada una, y numerosos contingentes de auxiliares participaron en las guerras contra satures y cántabros en el siglo I a.C. Uno de los mejores ejemplos de los campamentos que levantaron, el de Petavonium, llegó a ocupar 17,5 hectáreas, mientras que el resto de las personas que movía una legión hizo que se creara alrededor del campamento una ciudad cuya extensión alcanzó las 90 hectáreas.

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En el antigo campamento de Petavonium se estableció la Legio X Gémina.

Muy cerca de Santibáñez de Vidriales, entre esta población y Rosinos de Vidriales, están ubicados los restos de lo que fuera el importante enclave militar que acogió a la Legio X Gémina durante el periodo final de las guerras cántabro-astures, entre el 26 y el 19 a.C., siendo el único que se conoce como tal en España. Desde este campamento, la legión desempeñaba diversas tareas de control, pacificación y administración del territorio y el entrenamiento de tropas auxiliares reclutadas en los pueblos de la zona.

Una vez pacificado el territorio, la Legio X fue enviada al centro de Europa, donde tenía que asegurar la frontera con los bárbaros, quedando el campamento momentáneamente abandonado. Visitar los restos del asentamiento militar romano de Petavonium ayuda a recordar al viajero una época en la que la resistencia de las tribus cántabras y satures al dominio de Roma provocó la llegada de siete legiones a Hispania e incluso exigió la presencia del mismo emperador Augusto para comandar su ejército.

Petavonium debió de permanecer abandonado durante un siglo, hasta que fue ocupado por el Ala II Flavia bajo el Gobierno de Domiciano, un cuerpo de caballería de 500 jinetes que decidieron reutilizar el lugar, si bien haciendo más pequeño el recinto, ya que su extensión ocupaba solo la cuarta parte del utilizado por la legión.

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Ruinas del antiguo campamento de Petavonium./Majemico

El recinto fue encerrado entre muros de piedra, con foso exterior, así como torres en las esquinas y en las dos puertas de que constaba defensas que se han recreado mediante traviesas de madera procedentes de una vía de tren y que encierran restos de cocinas, almacenes, aljibes, calles y la casa del pretor. A partir del siglo V, con la crisis del Imperio romano y las invasiones bárbaras, se fue abandonando el campamento, y el tiempo fue dejando en el olvido el lugar.

Respecto a la ciudad que se creó alrededor del campamento, debió de tener su centro en el lugar en el que hoy se levanta el santuario de la Virgen del Campo, cercano al yacimiento. Al parecer fue edificada en su día sobre un templo dedicado a Júpiter, que se sabe que existió y que pudo ser el epicentro del establecimiento de la legión romana.

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Petavonium se localiza cerca de Rosinos de Vidriales (Zamora)

De entre las ruinas de Petavonium se han hallado numerosos restos de cerámica, monedas y algunos restos de armas y otros objetos metálicos, además de materiales de construcción sellados con la figlina de la legión. Del núcleo civil, mencionado por el Itinerario de Antonino como mansio de la vía de Asturica Augusta (Astorga) a Bracara Augusta (Braga, Portugal) se conservan escasos restos, como una fuente de origen romano y numerosas inscripciones que estaban incrustadas en las casas e iglesias de las localidades cercanas.

El Centro de Interpretación de los Campamentos Romanos, instalado junto al Ayuntamiento de la localidad de Santibáñez de Vidriales, presenta una completa información didáctica y asequible sobre la historia del yacimiento de Petavonium y de sus ocupantes, que amplian los aspectos que ofrece la visita a las propias ruinas.

Hace unos 200 años existía en el lugar un pueblo llamado San Miguel, que desapareció cuando su último habitante se fue a Rosinos de Vidriales; así la magnífica iglesia de la Patrona del valle Vidriales, colocada a pocos metros del campamento de Petavonium, pertenece a Rosinos de Vidriales junto con este campamento.

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Dónde dormir: Hostal Santa Elvira; Camino Benavente, 13; Santibáñez de Vidriales (Zamora); teléfono: 980648308.

Dónde comer: Restaurante El Portón; Calle Constitución, 9; 49610 Santibáñez de Vidriales (Zamora); teléfono: 679337762.


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