Viajamos con la máquina del tiempo a plena Guerra Civil española. El 14 de agosto de 1936 la suerte de Badajoz está echada. Tras la captura de Mérida (donde más tarde se instalaría un campo de concentración), las tropas africanas (nacionales) comandadas por Castejón se encaminaban hacia la represión de Badajoz, la provincia que más había anhelado la reforma agraria tan solicitada como prometida por la República y tan odiada por sus adversarios.
Su plaza de toros, hoy desaparecida, fue centro de reclusión para un mínimo de 1.200 internados y, desde el punto de vista simbólico, bien puede considerarse el primer y más terrible campo de concentración franquista.
Los muros del coso taurino fueron cárcel improvisada y lugar de ejecución de prisioneros republicanos. De hecho, los mismos testigos, como los periodistas Jay Allen o Mario Neves, no daban crédito a sus ojos: jamás habían visto un modo tan brutal de hacer la guerra.
Lo allí ocurrido, la muerte indiscriminada de los defensores de la ciudad y de muchos prisioneros trasladados ex profeso para ser ejecutados, supuso por un lado un aviso sobre lo que las tropas africanistas estaban dispuestas a hacer con quienes se les opusieran.
La matanza de la Plaza de Toros de Badajoz: el preludio de Auschwitz
Pero ante todo fue un anticipo masivo y despiadado de lo que iba a significar la represión franquista. Incluso fue más allá. Esta cruel matanza supuso, según la afirmación de Francisco Espinosa, un prolegómeno y una premonición de Auschwitz.
El teniente coronel Yagüe ordenó allí el encierro de los prisioneros. Al coso taurino fueron a parar no solo los innumerables detenidos en Badajoz, sino además todos los refugiados arrestados por la dictadura de Salazar cuando intentaban pasar a Portugal. A partir de estos hechos, Yagüe fue popularmente conocido como el carnicero de Badajoz.
La matanza de la plaza de Toros de Badajoz constituye uno de los sucesos más controvertidos de la guerra, pues el número de víctimas varía ostensiblemente dependiendo de los historiadores que la han investigado. Las estimaciones más comunes apuntan que entre 1.800 y 4.000 personas fueron ejecutadas.
Ejecuciones por doquier
Parece claro que las calles de Badajoz fueron escenario de algunos asesinatos, aunque todo apunta a que fue en la plaza de toros donde se concentró el horror vivido en aquellas horas. El método para las ejecuciones fue el fusilamiento o ametrallamiento indiscriminado en grupo de personas participantes en la defensa de la ciudad o sospechosas de simpatizar con la República.
También circularon rumores, de los que se hizo eco la prensa republicana, que hablaban de la asistencia de un público leal a los sublevados que llenó las gradas del coso taurino aclamando las ejecuciones con vítores como si se tratara de un espectáculo.
El reportero francés René Brut consiguió filmar centenares de cadáveres carbonizados en el cementerio viejo de San Juan. Sus imágenes, dieron la vuelta al mundo. El holocausto español, como lo ha llamado Paul Preston, se hizo visible fuera de nuestras fronteras.
La prensa internacional se hizo eco
Según artículos publicados por los corresponsales de Le Populaire, Journal de Genève, Le Figaro, Paris-Soir, Diário de Lisboa y Chicago Tribune se produjeron ejecuciones en masa, y las calles aparecieron sembradas de cadáveres.
Los cuerpos de los fusilados fueron llevados en camiones hasta el cementerio de San Juan para luego ser incinerados en grandes piras antes de ser arrojados a fosas comunes.
La toma de Badajoz se consideró prioritaria y estratégica tras el alzamiento porque permitiría unir territorialmente los dos frentes de sublevación iniciados en el sur andaluz con las fuerzas del general Mola del norte de la península.
La Plaza de Toros de Badajoz fue levantada junto al Baluarte de San Roque e inaugurada el 14 de agosto de 1859. Fue abandonada cuando en 1967 se abrió al público el nuevo recinto de la ciudad. En su lugar, se levantó en el año 2000 el Palacio de Congresos de la ciudad.

Dónde dormir: Hotel Cervantes; Calle Trinidad, 2; 06002 Badajoz; teléfono: 924223710.
-Hostal de las Heras; Calle Pedro de Valdivia, 6; 06002 Badajoz; teléfono: 924224014.
Dónde comer: Dosca II; Av. de Cristobal Colón, 3, 06001 Badajoz; teléfono: 924220240.
-Asador Papabuey; Calle Vicente Barrantes, 5, 06002 Badajoz; teléfono: 924181593.