A la caída de la tarde, cuando el sol poniente dora sus piedras, Salamanca refulge con un resplandor de oro viejo. ¿Qué ver en Salamanca? La ciudad charra es una urbe literaria, humanista, sabia, monumental y densa, pero al propio tiempo, también es un lugar de encuentro renovado, verde, dinámico, inquieto, con la lozanía que le otorga su ambiente universitario y el carácter abierto de sus gentes.
Qué no perderse en Salamanca
La ciudad vieja de Salamanca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, creció a orillas del río Tormes. Siempre con el punto de referencia cultural de la universidad medieval, en su conjunto monumental destacan obras del románico, del renacimiento y, en especial, la incomparable belleza de sus edificios platerescos y barrocos.
Los primeros asentamientos se remontan al tiempo de los celtas (siglo IV a.C.) Fue ocupada por Aníbal en 220 a.C. y su primer periodo de esplendor se produjo durante la romanización, en que se transformó en un importante nudo de comunicaciones en la denominada Vía de la Plata.
Estuvo en el epicentro de las batallas entre musulmanes y cristianos desde 712 hasta 1096, en que Alfonso VI la conquistó definitivamente para el reino cristiano. En 1218, Alfonso IX fundó en Salamanca el Estudio General del Reino, y de este nacerá la Universidad, creada por Alfonso X el Sabio.
Qué ver en Salamanca
Para un primer encuentro, el viajero partirá de la plaza Mayor y paseará por el casco antiguo, donde irá descubriendo todos los encantos patrimoniales de Salamanca: la universidad, la Clerecía, las catedrales, la Casa de las Conchas, las casas y palacios, los conventos, las plazas….

El punto de encuentro charro por antonomasia es la plaza Mayor. Obra cumbre del barroco español (siglo XVIII), se trata, sin duda, de una de las plazas más bellas de España. Su construcción se inició en 1728, con el pabellón real, y finalizó en 1755, con el Ayuntamiento. Un espléndido regalo de Felipe V a la villa por su fidelidad durante la Guerra de Sucesión y trazada al modo de su homónima en Madrid.
La Casa de las Conchas en Salamanca
Por la calle Mayor el viajero llega hasta la Casa de las Conchas (siglo XV), de estilo isabelino e influencias góticas y renacentistas. Muy cerca, la Clerecía, que en la actualidad es la sede de la Universidad Pontificia.
En la vecina plaza de Colón está la torre del Clavero. Al frente, el convento de las Dueñas (siglo XV), construido encima de un palacio mudéjar. Casi anexo está otro convento, el de san Esteban, gótico y con fachada plateresca.
Llegamos a la catedral Nueva (siglos XVI-XVIII), uno de los mejores ejemplos del gótico tardío español. Presenta en su interior noventa ventanas, doscientas agujas y treinta y siete botareles. Adosada a ella se encuentra la catedral Vieja, de estilo tardorrománico, cuya construcción se inició en 1102.
El archivo de la Guerra Civil
Para el viajero interesado, a pocos metros y en dirección al río Tormes está la Vieja Lógica Masónica, que acoge la sección de la Guerra Civil de los fondos del Archivo Histórico Nacional. En la misma plaza Juan XXII, nos topamos con una de las maravillas de Salamanca.
Tiene esta ciudad una de las universidades más antiguas y prestigiosas de Europa (1218) que fue, durante siglos, vivero de sabios y talentos. Baste citar a Beatriz Galindo, ‘la Latina’ (la primera universitaria del mundo), fray Luis de León, Francisco de Vitoria y a Unamuno. Antes de marcharse de la Universidad de Salamanca, no hay que perder la oportunidad de intentar avistar la famosa rana (obra del siglo XVI) labrada en piedra aposentada sobre un cráneo.
La Cueva del Diablo
Esta riqueza intelectual engendró un dicho tan devastador como exacto, Quod natura non dat, Salamantica non praestat (‘Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta) Hasta una universidad nigromante se dice que tuvo Salamanca en su mítica cueva, donde se enseñaban prácticas diabólicas y hechiceriles, además de ciencias ocultas y artes adivinatorias.

La Cueva de Salamanca es donde la leyenda dice que el Diablo daba clase. Se corresponde con lo que fue la cripta de la ahora inexistente iglesia de San Cebrián, sita en el mismo casco histórico. Más cosas para ver en Salamanca: la Casa Museo de Unamuno, el colegio Fonseca o el convento de las Úrsulas.
Debido a la población estudiantil y al turismo, en Salamanca abundan los bares, tabernas, mesones y restaurantes donde el viajero puede degustar los excelentes productos de esta tierra, el jamón de Guijuelo, la ternera morucha, las lentejas de Armuña, el bollo maimón, la empanada de Semana Santa…
Tanto que ofrecer tiene Salamanca. A todos los niveles. Así que el viajero avezado no debe perder esta oportunidad única. Para viajar de Madrid a Salamanca de manera cómoda y segura el viajero puede encontrar billetes de autobús económicos. Con un comparador puedes, además, encontrar todas las rutas de larga distancia en España y toda Europa. ¿A qué esperas?

Dónde dormir: Hostal Plaza Mayor; Plaza del Corrillo, 20; 37002 Salamanca; teléfono: 923262020.
-Hotel Condal; Plaza Sta. Eulalia, 3; 37001 Salamanca; teléfono: 923218400.
Dónde comer: El Alquimista; Plaza de San Cristóbal, 6; 37001 Salamanca; teléfono: 923215493.
-Mencía; Calle Grillo, 11; 37001 Salamanca; teléfono: 923213718.