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Las vacaciones de verano se aproximan y son muchos los que todavía no saben cuál será el destino que escogerán este año para viajar. Para gustos, colores. Lo cierto es que las altas temperaturas del verano invitan a muchos viajeros a querer pasar su tiempo libre en zonas cercanas a una playa. Y si están acompañadas de un interesante pasado detrás, mucho mejor.

España cuenta con una gran cantidad de costas ideales para pegarse más de un chapuzón, disfrutar de la mejor gastronomía de los mares que bañan la Península, así como la belleza de sus aguas. Una de las más destacadas, por estos motivos y también por una historia que merece la pena ser puesta en valor es la Costa Brava.

La Costa Brava es un término turístico, acuñado a principios del siglo XX, y que se aplica a todo el litoral de la provincia de Gerona, desde Blanes a la frontera con Francia. En un primer momento, la Costa Brava destinaba el tramo litoral, abrupto y salvaje, con acantilados, calas y pequeñas bahías aisladas, de Blanes a Begur, y cuyo origen es la proximidad del macizo litoral de las Gavarres.

Al ampliarse el ámbito geográfico del término, la Costa Brava también incluye las costas abruptas que definen los macizos del Montgrí y de la sierra de Rodes, en la Península del Cabo de Creus. Impropiamente, también forman parte dentro de la Costa Brava las extensas playas que forma el frente litoral llano del Ampurdán y que dibujan el gran golfo de Roses.

Playas, pero también historia

La Costa Brava es una extensa franja litoral de más de 200 kilómetros de costa. Para aquellos que gusten de conocer pequeños retazos de historia o huellas de un pasado reciente no tienen más que alejarse unos pocos kilómetros de la fachada litoral para encontrar magníficos pueblos y monasterios medievales, trazas de antiguas ciudades iberas, griegas y romanas, jardines románticos…

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castillo de begur
Panorámica de la localidad de Begur./Albert_Torello

Por todas estas razones se recomienda pasar las vacaciones en la Costa Brava. El viajero debe estar atento a la interminables ofertas de ocio que salen continuamente de cara al verano para conocer bien este destino. La Costa Brava reúne todo eso y más, por lo que se trata de un destino ideal para todos los gustos.

Planes para realizar

A modo de recomendación, hay bastantes cosas que se pueden ver y hacer en tan solo cuatro días de vacaciones en la Costa Brava:

Día 1: Si ya tienes claro que la Costa Brava será tu próximo destino, pero no sabes qué pueblo o ciudad será la elegida para alojarse, recomendamos Roses. Situado entre el mar y la montaña, su playa es Santa Margarita, aunque cerca también se encuentra la de la Almadraba. Ideal para la la práctica de deportes acuáticos. Un apunte histórico a tener muy en cuenta: Roses es, junto a Ampurias, el único asentamiento griego que tuvo la Península Ibérica. Fue fundada por los rodios en el año 776 antes de Cristo.

Día 2: Parque Natural del Cabo de Creus. Una vez que se ha dedicado un día entero a descansar en las tranquilas playas de Roses y visitar lo más histórico del pueblo, será recomendable emprender un pequeño viaje a una de las zonas mejor valoradas de la Costa Brava. En el Parque Natural del Cabo de Creus, se encuentran algunas de las más bellas calas y playas que bañan la Costa Brava, de cristalinas aguas y frondosos pinares.

En lo alto del Parque de Creus es importante para el viajero subir al faro, justo cuando caiga el atardecer. De esta forma podrá cerrar el día con unas vistas impresionantes de la naturaleza que rodea al mar.

Día 3: Cadaqués. Se trata de uno de los pueblos pesqueros más bellos y pintorescos de Costa Brava. Lo ideal es acudir a Cadaqués con la intención de pasear por cada una de las calles históricas que conforman el pueblo, así como por la bahía del puerto. Cadaqués se encuentra bañado por pequeñas playas que quizá no son ideales para bañarse pero sí para visitarlas, hacerse fotos y disfrutar de plena tranquilidad.

Para los viajeros amantes de la cultura, este pueblo retiene historia por todos sus rincones. Anda ligado indiscutiblemente con la figura de Salvador Dalí, el genio de la pintura surrealista que dio notoriedad a este enclave del Mediterráneo. Cadaqués fue su lugar de residencia y fuente de inspiración. Se puede visitar la Casa Museo de Salvador Dalí.

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Las calas y playas abundan en la Costa Brava.

Día 4: L’Estartit y Begur. Aguas cristalinas conforman un paraíso perfecto para los amantes del buceo, pero también para quienes prefieran surcar estas limpias aguas a bordo de un barco. Para completar el último día de estancia en la Costa Brava, el viajero puede visitar Begur, un hermoso pueblo medieval donde se han hallado importantes vestigios que se originan en la Prehistoria.

Sus aguas esconden una gran cantidad de tesoros, procedentes de barcos hundidos, rituales religiosos o el abandono de materiales. Los arqueólogos han localizado una gran cantidad de restos en forma de ánforas, vasijas y todo tipo de cerámicas iberas y romanas.

La Costa Brava deviene un destino ideal para pasar al menos cuatro días de vacaciones, pero también se presenta como una gran opción para veranear una semana o más. El viajero puede encontrar abundantes ofertas de la Costa Brava en BuscoUnChollo.com, pero son temporales, por lo que hay que estar muy atento para no dejarlas escapar.


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