Torredembarra combina un pasado glorioso con un presente lleno de atractivos turísticos. Dos poderosas razones para visitar uno de los municipios de la Costa Daurada de mayor interés para el viajero. Cerca de este pequeño pueblo marinero, en los Munts, en la vecina Altafulla, se excavó una notable villa romana. Con esta excusa el viajero se dirige hacia tierras catalanas.
De origen romano, el núcleo urbano y poblacional de Torredembarra comenzó a hacerse de notar con la llegada de los árabes a la Península Ibérica. Dominarán toda esta zona hasta el siglo XI, cuando pasa a convertirse en zona fronteriza de dominación cristiana.
Torredembarra pasó por las manos de varias familias nobles catalanas. Desde 1391 los dominios sobre el lugar recayeron en Pedro de Icart y sus descendientes durante los siguientes tres siglos. Edificarán un castillo y dotarán a la población de murallas.
Un hecho histórico que marcó el devenir del pueblo fue la batalla de Torredembarra, que enfrentó a las tropas de Felipe V contra los partidarios de la Corona de los Austria en el año 1713. A partir de 1778, su puerto comenzó a abrirse al comercio con América.

Después de este repaso histórico, el viajero se adentra a conocer a pie los encantos patrimoniales de Torredembarra. La visita a su casco antiguo puede partir frente al edificio del Ayuntamiento, situado en el solar del antiguo castillo del siglo XI, la fortaleza de los Icart, transformado en palacio renacentista. Es el único edificio civil de nueva planta del Renacimiento catalán que se conserva en Cataluña.
En sus alrededores, el viajero podrá también ver algunos fragmentos de la muralla y puertas de ingreso a la villa (Bassa y Padrines) La Torre de la Vila (siglos XII-XII) es una de las edificaciones más antiguas de Torredembarra. Mantiene su almenado medieval. En su núcleo urbano destaca, asimismo, la iglesia parroquial de Sant Pere (siglos XVII-XVIII), de estilo barroco, además del castell Nou, muestra del arte renacentista.
Si observamos los inmuebles de carácter civil, destaca Can Bofill, flanqueada por un jardín repleto de palmeras. Muestra del rico legado que aportaron los indianos sobresale Escuelas Roig (1892) Aunque si el viajero se quiere retrotraer en el tiempo, puede visitar lo que queda de la Villa del Moro (siglo II antes de Cristo), levantada en tiempos de los romanos.
Su arenal (La Paella, Baix a Mar, El Canyadell o Els Muntanyans) y el moderno faro (inaugurado en el año 2000) son otros dos puntos de interés en Torredembarra. Su elevada torre, la más alta de Cataluña, lo erige hasta los 58 metros. Se trata del último faro construido en el España. Hoy, las urbanizaciones y el turismo de playa llenan de vida esta población.

La Costa Daurada, además de ser uno de los núcleos turísticos más importantes del país, es también uno de las zonas que concentra municipios y lugares con mucha historia. Por todo el litoral se pueden encontrar sitios de pasado relevante como el conjunto romano de Tarraco en la ciudad de Tarragona, que está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En el interior de la zona destacan pueblos amurallados como Montblanc, o el monasterio de Poblet, donde yacen diversos reyes de la Corona de Aragón. Sin duda, visitar la provincia de Tarragona es una delicia para los viajeros amantes de lugares con historia.

Dónde dormir: Hostal Vía Augusta; N-340, Km 1180; 43830 Torredembarra (Tarragona); teléfono: 977273281.
Dónde comer: Cal Pastoret; Ctra. de la Pobla de Montornès, 1; 43830 Torredembarra (Tarragona); teléfono: 977643488.