Es el principal productor de un mineral indispensable para la creación de aparatos electrónicos. El control por su producción ha originado guerras en África con miles de muertos. La República Democrática del Congo posee cerca del 80% de las reservas mundiales estimadas del coltán, la unión de columbita y tantalita, materiales que se utilizan en la casi totalidad de dispositivos utilizados en occidente (teléfonos móviles, GPS, satélites, armas, televisores, videoconsolas, ordenadores…)
Con capital en Kinsasa, la República Democrática del Congo es, para ojos del viajero, mucho más que un escenario conflictivo. Es un país con historia de más de 80 millones de habitantes que sobrevive como puede. Cautivadoras conversaciones con los nativos, excitantes incursiones en selvas impenetrables y atractivos ríos son parte del espectáculo en este país.
Cubierta de amplias franjas de bosque húmedo y salpicada de ríos caudalosos y volcanes, la República Democrática del Congo es la gran aventura africana. Tanto un concepto geográfico como una nación de pleno derecho, sufrió un siglo XX de brutal explotación colonial y locura autoritaria a nivel gubernamental.

Gorilas en la niebla
Una industria turística pequeña pero en rápido desarrollo, centrada en el Parc National des Virunga, ha provocado el retorno de los viajeros a uno de los destinos más excitantes y desafiantes de África. Precisamente, en este espacio se pueden visitar los gorilas de montaña en espesas selvas del Parque Nacional más antiguo del continente o caminar hasta la cima del magnífico volcán Nyragongo para ver un lago de lava burbujeante.
Kinsasa, la capital, es una ciudad impregnada de caos, música y ganas de vivir. Aunque comparte elementos con otras ciudades africanas, aquí todo es más grande, rápido y fuerte, y no hay lugar mejor para una rápida introducción a la vida congoleña.
Un remanso de paz
Hay que hacer el legendario viaje en barco hasta la encantadora Kisangani. Aunque es la tercera ciudad de la República Democrática del Congo, es un remanso de paz y recibe pocos viajeros. Sus calles de arena, su ruidoso mercado fluvial y el húmedo y turbio río Congo crean un ambiente lánguido contagioso.

De la República Democrática del Congo también podemos destacar su gastronomía. Su cocina es de las mejores de África. Entre los platos típicos está el fufu, un bollo pegajoso de harina de mandioca, y el poulet à la moambé, pollo en salsa hecha de la capa exterior de las nueces de palma. La picante salsa pili pili se sirve con casi todo.
El viajero se despide de este país que trata de resurgir de sus cenizas con el ánimo de retornar algún día. Lo hace consciente de su importancia en la fabricación de tecnología por sus recursos minerales. Sin el preciado coltán no tendríamos hoy teléfonos inteligentes. Y a este respecto, no está de más que el viajero conozca alguna de las miles de aplicaciones que puede descargarse, como la de rastrear movil. Se trata de un software avanzado de monitoreo para el control parental. Para poder seguir las actividades de los hijos en smartphones.

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