En 1947, Ribadavia fue declarada Conjunto Histórico Artístico. La razón de tal calificativo salta a la vista del viajero. Asentada sobre el margen derecho del río Avia y muy cerca del Miño, la localidad ourensana tiene uno de los cascos urbanos históricos más importantes de Galicia.
La ciudad está incluida en la Ruta Sefarad, dada la importancia que tuvo su colonia judía, de la que se conserva la judería más completa del territorio autónomo y, quizás de España. En la plaza Mayor está el horno panadería de Herminia, con viandas típicas judías. Aquí también, junto al Ayuntamiento, se alza una torre que data del siglo XVI.

En el siglo XI, el pueblo hebreo optó por la ocupación de la comarca de Ribadavia, abusando de las excelentes posibilidades que este entorno aportaba a la prosperidad de sus negocios. Años atrás esta tierra fue ocupada por celtas y romanos.
Ya Estrabón alababa la elaboración del conocido vino del Ribeiro en este lugar allá por la mitad del siglo II antes de Cristo. Dos personajes célebres por estas tierras son las hermanas Lola, Amparo y Julia Touza, quienes ayudaron a 500 judíos a huir del exterminio nazi en el siglo XX.

Su Conjunto histórico-artístico es un entramado de calles medievales y plazas porticadas, con diferentes miradores al río Avia y con una serie de templos y pazos de todas las épocas y estilos (desde el siglo IX al XIX).
El centro del barrio judío es la plaza de la Magdalena, donde está el edificio que albergó la sinagoga. Muy cerca de allí el viajero puede hallar la iglesia de Santiago, de estilo románico y de una sola nave y ábside semicircular, el Museo Etnológico y la blasonada casa de la Inquisición.
Al otro lado de la plaza están los restos del castillo de los Sarmiento, condes de Ribadavia. De la fortaleza original se conservan los grandes muros, las puertas, el torreón y los sepulcros tallados en roca, además de algún tramo de la muralla.

También puede encontrarse el viajero, en el lugar que antes ocupaba un ermita, la Capilla de Nuestra Señora del Portal, de sobria fachada neoclásica y precedida de atrio y escalinata, que alberga en su interior un retablo barroco (1737) con una excelente imagen de la Virgen del Portal, que se pasea por Ribadavia cada 8 de septiembre, con motivo de las fiestas patronales.
Toda vez que el paso aletargado del viajero ha pateado el peculiar adoquinado del viejo casco puede contemplar la Casa Condal, la Plaza de Buxán y los jardines de Robla si todavía conserva las fuerzas intactas.
Cerca del castillo se encuentra el convento de san Francisco, monumento nacional, y la capilla neoclásica de la Virgen do Portal, patrona de la comarca.

Ponen broche de oro al itinerario del viajero la visita a la iglesia de San Juan y a la otra orilla del río, junto al puente medieval, el convento de San Antón.
A 2 kilómetros del pueblo (preguntar por el lugar de Francelos) se encuentra una joya arquitectónica, la pequeña Iglesia de San Ginés (fines del s. VIII-principios del IX); que fue declarada monumento histórico-artístico por sus elementos decorativos prerrománicos. Próxima parada: Allariz.

Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
Muchas gracias por tu comentario David. Igualmente. Saludos!!
Lo malo de Ribadavia,son los Ribadavienses.Salvo las logicas excepciones.
Interesante lo del pueblo hebreo , espero que las mujeres sean hermosas je je XD . Un saludo
Hola Rodrigo,
Pueblo hebreo como sinónimo de comunidad judía, ¿por qué no?
Saludos