España está atravesada de norte a sur por la ruta de Carlos V (o Carlos I) que recorre 34 municipios y un total de tres comunidades autónomas. Una propuesta que sigue el camino que realizó el emperador Carlos V en su último viaje desde Laredo a Yuste entre el 28 de septiembre de 1556 y el 5 de febrero de 1557.
A lo largo de 550 kilómetros, cruzando Cantabria, Castilla y León y Extremadura, las 34 localidades incluidas en este itinerario celebran actos como mercados medievales, festivales y recreaciones del viaje del soberano. La primera etapa de la ruta cruza Cantabria desde Laredo y llega a la burgalesa Medina de Pomar a 60 kilómetros de distancia. Una villa que todavía conserva su sabor medieval y en la que destaca el Alcázar de los Velasco, una impresionante fortaleza del siglo XIV.

El tramo cántabro de la ruta ha dado lugar a una nueva fiesta, la llamada Marcha del último viaje del emperador Carlos V, que pasa por Colindres, Limpias, Ampuerto, Rasines, Ramales de la Victoria y Soba, hasta alcanzar Puerto de los Tornos, límite de Cantabria con Burgos.
Laredo cuenta con una intensa historia de la que hablan las entrañables piedras de su Puebla Vieja, que está formada por seis rúas o calles, con las murallas y puertas de acceso y en cuyo interior sobresale, además de numerosas casas blasonadas, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. La Puebla Vieja se extendió con el tiempo hacia el sur y al otro lado del río Bario. Aquí se encuentra la iglesia y convento de San Francisco, la capilla del Espíritu Santo, la puerta de Bilbao, la casa de Hernando de Talavera y el palacio de Zarauz.
En Colindres es necesario disfrutar de las maravillosas vistas que que el viajero tendrá de la ría, así como del puente de Treto diseñado por el ingeniero Eiffel, en la antigua nacional Santander-Bilbao. Más adelante está Limpias, donde es recomendable hacer un alto en el camino en el parador, disfrutar de su bello jardín y aprovechar la parada para visitar el Cristo de Limpias. Se continua ruta hasta Ampuero, para llegar al santuario de la Bien Aparecida, patrona de Cantabria. Si se desciende por el camino se llega hasta Ramales de la Victoria, lugar donde se celebró la famosa batalla de Guadarmino, en la que el general liberal Espartero derrotó al ejército carlista del general Maroto.
Esta comarca del Alto Asón es conocida por la calidad cantidad de sus cuevas, no en vano existen unas 4.000 cavidades catalogadas, de entre más de 9.000 que existen en Cantabria, con algunos de los sistemas subterráneos más grandes de la región y de los más grandes del mundo. Son conocidas por sus yacimientos arqueológicos y sus pinturas rupestres en cuevas como Covalanas, Cullalvera, El Mirón o La Haza.
Ya en Burgos, el viajero puede disfrutar de la belleza del Arco de Santa María, que representa la figura de Carlos V; la catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad, o el Real Monasterio de las Huelgas. Después el camino se acerca hasta la palentina Venta de Baños, a 90 kilómetros. Cuenta la leyenda que el rey visigodo Recesvinto, tras notar las propiedades curativas de una de sus fuentes, y como agradecimiento, mandó edificar la iglesia de San Juan de Baños.
Tras atravesar zonas de singular belleza como Dueñas se llega a tierras de Valladolid y a su capital, en cuyo antiguo Palacio Real se alojó el emperador. Hay que dar un agradable paseo por sus palacios, su Plaza Mayor, si catedral o su Colegio Mayor de Santa Cruz. Muy cerca está Medina del Campo, donde su impresionante Castillo de la Mota da la bienvenida.

Si se sigue esta ruta y ya en Salamanca, se encuentra Peñaranda de Bracamonte, cuyo casco antiguo está declarado Conjunto Histórico Artístico. Luego hay que seguir hasta Ávila, con sus bien conservadas murallas y el recuerdo vivo de Santa Teresa de Jesús, y Barco de Ávila, con su castillo desde el que se contempla una gran panorámica del río Tormes.
La última etapa comienza en Cáceres. Allí, Jarandilla de la Vera sobresale por su Parador Nacional de Carlos V, un palacio lleno de historia en el que monarca se hospedó. A solo 9 kilómetros, la ruta finaliza en Cuacos de Yuste, en cuyo monasterio y palacio anexo, cuya distribución es muy similar a la el palacio donde nació el soberano, pasó sus últimos días Carlos V. En esta localidad también merece la pena acercarse hasta el cementerio alemán, en el que reposan los cuerpos de soldados, aviadores y marinos alemanes de la Primera y Segunda Guerras Mundiales.
https://youtu.be/yPN6eq48Yto
Dónde dormir: Hotel Risco; La Arenosa, 2; 39770 Laredo (Cantabria); teléfono: 942605030.
Dónde comer: Montecarlo Restaurante; Calle de Ramón Pelayo, 9; Colindres (Cantabria); teléfono: 942650163.
Sobre la figura de Carlos V y el tira y afloja que mantuvo con su homólogo Francisco I de Francia conversó Ferrán Sánchez en el programa de radio Ágora Historia. Merece la pena escucharlo:
Un tema bastante interesante, podriais seguir escribiendo
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Gracias por tus palabras. Resulta de interés recrear esta ruta ligada a un personaje de tanta historia para España. También está previsto que nos adentremos por los lugares que marcaron a los Austrias en nuestro país.
Saludos!