Ponemos rumbo a Francia. La ruta con historia de hoy nos lleva de las cuevas de Ariège hasta el observatorio del Pic du Midi. O lo que es lo mismo: desde la Prehistoria a las estrellas. Unos 300 kilómetros por las carreteras de los Pirineos, por donde se atraviesan los puertos más famosos del Tour de Francia.
Antes de viajar al país galo, no está de más que aprendas un poco de vocabulario básico para desenvolverte con cierta soltura. Para saber más puedes conocer las frases en francés más importantes que debes memorizar antes de viajar. Por ejemplo: ¿Cómo se dice en francés “Cómo puedo llegar a la estación de tren?” Es una buena primera premisa para comenzar nuestra ruta (“Comment puis-je me rendre à la gare?”)
El itinerario parte del departamento de Ariège, en la zona fronteriza con Andorra. Se trata de una zona repleta de cuevas ilustres: Niaux, Mas d’Azil, Bédeilhac, la Vache… Son santuarios del arte magdaleniense cuyas reproducciones se exhiben en el Par de la Préhistoire, en Tarascon-sur-Ariège.
Aquí se contempla la famosa Sala Negra de Niaux tal como estaba pintada hace 12.000 años, pues muchos bisontes, caballos y ciervos que ya no se aprecian en la original se han resucitado usando la luz ultravioleta.
Un paisaje que perturba
Este paseo histórico nos conduce a Vicdessos, y una vez allí, deberemos subir por la carretera D-18 hacia los puertos de Lers y Agnes. Alcanzan poco más de los 1.500 metros de altura, pero se obtiene un paisaje embriagador con laderas escarpadas, lagunas con truchas, cascadas, vacas grises y caballos de pelaje negro.

Dejamos atrás Castillon-en-Couserans para conocer Saint-Lizier, una antigua villa obispal de calles cuidadosamente empedradas y casas centenarias, con balcones floridos abiertos a las montañas. Tiene dos catedrales: una con frescos románicos en el ábside y otra desacralizada junto al palacio obispal.
El viajero desanda ahora el camino hasta Audressein para subir por el valle de la Bellongue al Portet d’Aspet, donde un monumento recuerda al ciclista italiano Fabio Casartelli, campeón en Barcelona 92. Al pie del puerto de Menté, en Saint Beat, se cruza el caudaloso Garona para continuar hacia el sur.
El coloso Tourmalet
Dos puertos míticos, el de Peyresourde y el de Aspin (por los que el Tour has pasado más de medio centenar de ocasiones) salen al paso camino de Sainte-Marie-de-Campan, donde arranca el puerto más mítico que se asciende en al ronda gala: la subida al Tourmalet, el coloso de 2.115 metros, con pendientes superiores al 10%. Un épica del ciclismo.
Si el viajero es un verdadero fan del ciclismo, realmente merece la pena que aparque en Sainte-Marie-de-Campan y trepe al Tourmalet en bicicleta. Si no lleva una en el coche, se puede alquilar. O si no, esquiar en la cercana estación de La Mongie.

Una de las gratas experiencias de este viaje es subir en teleférico hasta el Puc du Midi. Lleva desde la estación de La Mongie, a tres kilómetros del Tourmalet, hasta este lugar de grandes vistas, donde hay un observatorio astronómico, un restaurante, un hotel y un mirador que corta el aliento.
En las noches clara, desde este pico de 2.877 metros de altura se distingue el resplandor de las luces de Biarritz, a 160 kilómetros al oeste, y de Barcelona, a 250 al sureste. La maravilla de este paisaje es suficiente motivo para visitar el país vecino. Lo tenemos cerca y realmente merece la pena descubrir las maravillas que alberga. Para ir hasta allí, lo ideal es hacerlo en avión. La mejor combinación de vuelos la tienes con Air France. Más información aquí.

Cómo llegar: Tarascon-sur-Ariège, incio de la ruta, dista 65 kilómetros de la frontera española. El acceso más directo es por Puigcerdà (Gerona), siguiendo la carretera N-20 hacia Foix. Desde Barcelona hay 225 kilómetros, unas tres horas y media de viaje. Otra opción es volar a Tolouse (a 114 kilómetros de Tarascon-sur-Ariège) y alquilar allí un coche. La ruta propuesta, de 300 kilómetros, se puede hacer tranquilamente en un par de días.