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Para muchos viajeros, la esencia de su aventura no es llegar a destino, sino disfrutar a lo largo del camino. En una ruta en moto esta máxima cobra aún más importancia, si cabe. No hay viajero aficionado a la historia y a las dos ruedas que no se emocione con el trazado de la carretera, las paradas que realiza durante el trayecto y, sobre todo, con el placer de conducir y la sensación de libertad que obtiene a lomos de su vehículo. Ahora, con la llegada de la festividad de Semana Santa, el viajero tiene a su disposición estas cinco rutas que puede recorrer en moto. Solo tiene que abrir gas. El asfalto le espera.

1. Por la Sierra de Cazorla

La Sierra de Cazorla es un lugar imprescindible para circular en moto por Jaén. A través de la carretera A-319, el viajero motorizado llega al magnífico Parque Natural de la localidad andaluza, declarado Reserva de la Biosfera. Una sinuosa carretera desde la que se divisan infinitas extensiones de olivos, hermosos parajes, el río Guadalquivir y rutas senderistas permite disfrutar de más de 200.000 hectáreas de una naturaleza espectacular, donde viven especies únicas en el mundo.

El Parque cuenta con frondosos bosques de pinos en los que habitan especies como la violeta de Cazorla, la lagartija de Valverde, un narciso que presume de ser el más pequeño del mundo y una particular planta carnívora. Destacan el nacimiento del Guadalquivir (en la Cañada de las Fuentes, a más de 1.300 metros de altitud) y el del Segura. En Cazorla conviven especies como la cabra montés, el ciervo y el jabalí, así como muflones. También hay patrimonio, como tres castillos interesantes: el de la Yedra o de las Cuatro Esquinas, en el propio pueblo; el de las Cinco Esquinas, sobre el pueblo, volado en un cerro desde el que domina un dilatado paisaje, y el de la Iruela, a dos kilómetros.

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Los parajes naturales de la Sierra de Cazorla son espectaculares./cabezadeturco

El viajero en moto puede enderezar su camino entre la espesa arboleda remontando el pantano de El Tranco, cuyo entorno es un paisaje kárstico con numerosos manantiales, comunidades de coníferas y frondosas, y una fauna característica. Prosiguiendo la ruta se sale a la villa medieval de Hornos y al resto de Las Villas.

2. Los viajes de Jaime I

Como si de un fiel corcel se tratara, el viajero, a lomos de su motocicleta puede imitar los lugares que el rey Jaime I visitó durante las conquistas de Mallorca y Valencia en el siglo XIII. Existen más de 900 sitios de interés en las provincias de Alicante, Castellón y Valencia vinculados al monarca. A través de la carretera A-7, el viajero puede visitar algunos de ellos. Los más interesantes, quizás, puedan ser el castillo de Xàtiva; la villa fortificada de Culla, en el Alto Maestrazgo; los castillos de Villena, Biar y Sax (Alicante); la torre de la Calahorra (Elche), o el monasterio de Santa María del Puig, en la comarca de la Huerta Norte (Valencia)

Y todo gracias al cronista real. Jaime I cuenta en el Llibre dels Feyts los hechos más significativos de su vida, relatados en primera persona. Desde el río Senia hasta el Segura, desde los picos de Castielfabib y Ademuz hasta la llanura de Valencia, desde Morella hasta Orihuela, desde Benifassà hasta Elche, no hay camino en Valencia que no haya sido pisado por Jaume I. Ahora el viajero motorizado tiene una oportunidad estupenda de recrearlos en Semana Santa.

3. De Ciudad Rodrigo a Fermoselle

Casi 200 kilómetros de ruta en moto por tierras de Castilla y León permiten al viajero disfrutar de un itinerario que aúna historia y naturaleza a raudales. La aventura empieza desde el mismo punto de partida, Ciudad Rodrigo, auténtico cruce de caminos entre Portugal, Salamanca y Extremadura. Una ciudad que embriaga por su monumentalidad: sus muros encierran un rico patrimonio arquitectónico plagado de edificios civiles y religiosos, encabezados por sus imponentes catedral y castillo.

Mediante la A-62, primero, y la E-80, después, llegamos a Sancti Spiritus, a 24 kilómetros. Podemos seguir la ruta por la SA-315, una carretera que transcurre por buen asfalto para disfrutar del aire y de la conducción relajada, sosegada, tranquila, de sur a norte. Llegamos entonces a Fermoselle, ya en la provincia de Zamora, una villa con aire de castro prerromano famosa por su arquitectura popular y por sus antiguas bodegas excavadas en la montaña.

En la parada final de nuestro camino histórico conoceremos el pasado del pueblo de las mil bodegas, que estuvo habitado en tiempos remotos, como prueba un ara druídica de tiempos celtas o hachas de piedra halladas en su entorno. El viajero podrá visitar en Fermoselle los restos del castillo de Doña Urraca (siglo XII), la iglesia parroquial (siglo XII), el convento de San Francisco (siglo XVIII), rehabilitado como Casa del Parque Natural de los Arribes, o la ermita de la Soledad.

4. Cabo de Gata-Granada

Una de las mejores rutas en moto por la Península Ibérica que todas las guías recomiendan es la que enlaza el Cabo de Gata, en el pueblo de Níjar (Almería) hasta Granada. Toda una experiencia para los sentidos en la que el viajero disfrutará de la aridez del desierto y la frescura del mar en poco más de 180 kilómetros de recorrido por la A-92. Tanto este como el resto de los viajes debemos prepararlo a conciencia antes de salir a la carretera. Con previsión, cargados de buenas viandas, casco y equipo adaptados, así como haber contactado con una aseguradora de motos por si tenemos algún percance.

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El Cabo de Gata./B25es

El Parque Natural que sirve de punto de partida es de origen volcánico y engloba el espacio protegido marítimo-terrestre de mayor superficie y relevancia ecológica de todo el Mediterráneo occidental europeo. Junto al faro del cabo de Gata, el viajero encontrará los arrecifes de las Sirenas, uno de los paisajes más espectaculares de España.

El Cabo de Gata es a la vez cuna de civilizaciones y vía de paso de múltiples culturas que dejaron huella. La brisa de la carretera nos traslada a Tabernas, en pleno desierto de Almería, escenario de muchas de los spaghetti western que triunfaron los años setenta del pasado siglo. Antes de llegar a la capital granadina, el viajero puede hacer parada para repostar en plena Alpujarra, en las faldas de la ladera sur de Sierra Nevada, y dejarse embelesar por sus pueblos blancos.

5. Ruta de Ramón Llull

Sin salir de Mallorca, el viajero, al mando de una motocicleta que se adapte bien al ritmo que imponen las calles de la ciudad, puede recorrer los rincones que marcaron a uno de los hijos más ilustres de la capital de la isla, Ramón Llull.

Nuestro itinerario comienza en la Plaça Major de Palma, en el lugar donde según la tradición, estaba la casa natal de este escritor, filósofo, místico, misionero, viajero y divulgador de la Edad Media. Una placa recuerda su lugar de origen. Callejeando con la scooter seguimos por el Passeig de Sagrera, donde se encuentra el monumento que la ciudad de Mallorca erigió en su honor; el Monasterio Cisterciense de Santa María de la Real, donde pasó una larga temporada y escribió alguna obra; el antiguo Monasterio de Miramar; el Puig de Randa, escenario donde está la cueva en la que se retiró una temporada.

Para finalizar, nos detendremos en el Convento de San Francisco, donde se encuentra el sepulcro de Llull. Este mallorquín (1232-1315) fue una de las figuras más interesantes de la Edad Media, creador de la corriente filosófica conocida como lulismo. Se le atribuye la invención de la rosa de los vientos y del nocturlabio.

YouTube video

Dónde dormir: Casa rural El Capricho del Valle; Crta. de la Sierra (A-319), Km. 37,900 Arroyo Frío, La Iruela (Jaén); teléfono: 953727270.

Dónde comer: Zascandil; Calle Correo Viejo, 5; 37500 Ciudad Rodrigo (Salamanca); teléfono: 665635884.


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