En el Sacromonte de Granada, subiendo las siete colinas de su viacrucis, se levanta una interesante abadía cuyo símbolo repetido por todas partes es la estrella de David. El Sacromonte es uno de los muchos Monti Sacri del mundo. Siendo el Sacromonte de Granada un barrio del distrito del Albaicín, la atención enseguida se desvía al falso flamenco, pero allí lo que más puede interesar, por paradójico que parezca, son las falsificaciones de calado histórico.
En la Abadía del Sacromonte se guardan los Libros Plúmbeos, o Plomos, todo un monumento a la tergiversación de la historia. Se trata de unas planchas de plomo encontradas en el Generalife, y que junto a otros hallazgos efectuados en la Torre Turpiana incendiaron la credulidad de quienes se dejaron llevar, que no fueron escasos en los siglos.
Los Plomos eran poco menos que el quinto evangelio, sino la pura revelación de la Virgen, o la prueba de la presencia en Granada de Santiago y sus discípulos bienamados Cecilio, Tesifón e Hisicio. Los Plomos decían su verdad, y en un idioma entre salomónico e ininteligible por más que fuesen llevados a Roma para su computación por el sabio jesuita Athanausis Kircher.
La abadía, que conserva una importante biblioteca con numerosos incunables y manuscritos, se levantó como consecuencia de una famosa superchería religiosa que a punto estuvo de subvertir los cimientos de la religión. El 15 de marzo de 1595 el buscador de tesoros Sebastián López exploraba una cueva en las laderas de aquel monte, entonces llamado Valparaíso, cuando encontró una lámina de plomo con una inscripción latina que rezaba: «Cuerpo quemado de san Mestión mártir. Fue martirizado en tiempo del imperio de Nerón».
Informado del hallazgo, el arzobispo de Granada envió un equipo de cavadores que no tardó en realizar nuevos y sorprendentes hallazgos: calaveras, huesos humanos y una segunda lámina con la inscripción sepulcral de san Hiscio, discípulo del apóstol Santiago, y un libro escrito en planchas de plomo: De Fundamentum Ecclesiae.
En días y años sucesivos, hasta 1599, aparecerían nuevas láminas, que suministraban las primeras noticias acerca del santo granadino san Cecilio, uno de los míticos siete varones apostólicos, martirizado por los romanos junto a doce correligionarios.
El monte Valparaíso cambió su nombre a Sacromonte y el arzobispo de Granada amplió las cuevas, las comunicó internamente por medio de catacumbas y edificó junto a ellas la abadía como lugar de culto cristiano en homenaje a los mártires.
Poco después se descubrió que los plomos eran falsificaciones perpetradas por eruditos moros que intentaban concordar el cristianismo con el islam para suavizar la persecución de la que eran objeto. Descubierto el engaño, se desinflaron los entusiasmos, pero la abadía y las catacumbas perduraron.
El Sacromonte es en la actualidad un pintoresco e idílico lugar, a las afueras del núcleo urbano de Granada, enfrente de la Alhambra. También es el tradicional barrio de los gitanos granadinos. Y las cuevas, las habituales y tradicionales viviendas. Se debieron construir a partir del siglo XVI, cuando la población musulmana y judía fue expulsada de sus hogares.

Su angosto camino, entre cactus y chumbares, está flanqueado por un Vía Crucis del siglo XVII. Las cuevas están, en buena parte abandonadas, aunque en algunas de ellas todavía se ofrecen espectáculos de flamenco para turistas. Los gitanos están instalados, desde el siglo XVIII en las laderas del Cerro de San Miguel y en la orilla del Camino del Sacromonte, el viejo camino musulmán de Guadix.
Las cuevas del Sacromonte se agrupan en torno a barrancos, formando así una especie de calles. Se diseminan cuevas de varias categorías, entre las que destacan las dedicadas a las Zambras, son espaciosas, blancas y adornadas de cacharros de brillante cobre. El viajero también puede visitar el Museo dedicado a las cuevas del Sacromonte, en el barranco de los Negros.
Por el barrio del Sacromonte también perviven algunas leyendas, como la que asegura que entre los olivos del cerro se ocultan tesoros de los nobles árabes que emprendieron el camino del exilio hacia tierras africanas cuando acabó la Reconquista cristiana.

Dónde dormir: Hotel Urban Dream Granada; Camino de Ronda, 107; 18003 Granada; teléfono: 958100148.
Dónde comer: Ruta del Azafrán; Paseo del Padre Manjón, 1; 18010 Granada; teléfono: 958226882.
Quisiera preguntarte: ¿qué quieres decir con «falso flamenco?