Al norte de Villamiel, por una carretera sumamente sinuosa, surge San Martín de Trevejo, en la vertiente oeste del Jálama. Es de origen celta, como demuestran algunos ídolos descubiertos, aunque la villa actual se remonta a la Edad Media cuando perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén. Su conjunto urbano, Bien de Interés Cultural declarado de interés histórico-artístico, presenta casas de entramado, galerías altas, calles de arroyos encauzados, casas solariegas de fachadas blasonadas, poyos en las puertas y demás.
En la zona se sostuvieron muchas guerras sangrientas, tal es el caso del rey Alfonso VIII. que tomó la ciudad de Coria en el año 1142. Fernando, su hijo, que repobló la comarca, de Ciudad Rodrigo hasta la sierra de Gata, a cuya diócesis perteneció San Martín hasta mediados de este siglo y a la provincia de Salamanca hasta 1833. Luego, vinieron a repoblar las tierras tomadas gentes del antiguo reino de León y del de Galicia.

San Martín de Trevejo está situado en la comarca de la Sierra de Gata, al noroeste de Extremadura, entre las Hurdes y la frontera de Portugal, lo que aumenta su atractivo porque acumula las costumbres típicas de una y otra parte de la Raya. La sierra de Gata ha sido refugio de órdenes militares y alberga una cultura rural incontaminada que elabora excelentes productos agroalimentarios: aceite de oliva, vino, quesos, carne, miel y polen.
La plaza Mayor del pueblo, porticada, con arcos y dinteles, y fuente central, da paso al palacio del Comendador. En uno de sus ángulos aparece la torre campanario del siglo XVI, que conserva en su parte media el escudo de armas de Carlos V, que dio título de “muy noble y leal” a la villa extremeña.
En la plaza de San Martín destacan, para interés del viajero, el palacio de Ojesto, el convento franciscano de San Miguel, la ermita del Cristo y la iglesia de San Martín de Tours (siglos XVI-XVII) con retablos barrocos, tallas góticas procedentes de un retablo de Alcántara, y tres tablas pintadas por Luis de Morales el Divino.

El agua corre a través de canalillos por todo el pueblo que presenta un estado de conservación de su trama original y su arquitectura tradicional excelente. El agua está presente en todo el paisaje urbano a través de sus numerosas fuentes, como la fonti Chafaril presidida por el escudo imperial de los Austrias.
La arquitectura tradicional de la localidad cacereña se caracteriza por sus casas de tres niveles que siguen un modelo similar. Al exterior, fachada de piedra en la planta baja, de la que arrancan escalinatas o poyos con peldaños de granito que servían de acceso a la vivienda desde la calle. Eso es así porque la planta baja estaba destinada a bodega y al ganado doméstico. Los dos pisos superiores, vivienda y desván, presentan una fachada adelantada hacia la calle, que se sostiene sobre robustas vigas de madera cuyos bordes pueden estar labrados con figuras.
En los alrededores de San Martín de Trevejo el viajero puede encontrar también otros elementos de interés para visitar como el molino Almazara o los chozos de origen celta de planta circular que sirven de refugio y almacén para guardar útiles de labranza. Las neveiras o pozos de nieve en Jálama y Mataescobas, así como los restos de lagares de vino y aceite, molinos, la calzada, las eras, abrevaderos, caminos y cercados, canalizaciones de riego o la cañada ganadera muestran el encanto rural de toda esta zona.

La gente de estas serranías todavía utiliza una forma dialectal, el mañegu, mezcla de bable, gallego, portugués y castellano. Es una variante de la curiosa lengua del valle denominada a fala, que vuelve a estar en auge. La opinión de los lingüistas es variada: muchos de ellos postulan que la fala es bien un habla de transición entre el luso y el asturleonés o bien un dialecto galaico-portugués con claras influencias del asturleonés. Casi nada.
El viajero que se acerque hasta la zona no debe confundir San Martín de Trevejo con la pedanía de Trevejo. A este reducto se llega desde Hoyos, en dirección a Valverde del Fresno, mediante un desvío en la carretera comarcal Ex-513, un pueblo peculiar y con pasado. Fundado en el siglo XII, está declarado monumento de interés artístico porque conserva su aire medieval y tradicional, tanto en las casas de granito y teja árabe, con bellos dinteles en las puertas y ventanas, como en su castillo musulmán, con murallas y torre del homenaje.
Los sarracenos, con la intención de defenderse de los ataques cristianos en el periodo de la Reconquista, levantaron en la zona de la Sierra de Gata una serie de fortalezas en el siglo IX, entre ellas la de Trevejo. Tras retomar los territorios, los cristianos leoneses se encontraron con unas tierras semidesérticas, por lo que las cedieron a las diferentes órdenes militares para que las repoblaran. Trevejo fue a parar a manos de los Hospitalarios.
Dónde dormir: Casa Zoila; Calle San Pedro 1; 10892 San Martín de Trevejo (Cáceres); teléfono: 927513130.
Dónde comer: Restaurante Os Arcus; Plaza Mayor, 6; 10892 San Martín de Trevejo (Cáceres); teléfono: 927513204.
Excelente relato de un lugar encantador ¡Enhorabuena!
Muchas gracias por tus palabras Alfonso. Un lugar fascinante, un pueblo con mucho encanto para visitar.
Saludos!