Ejemplo turístico donde los haya, Sigüenza, en la provincia de Guadalajara, conserva intacto su casco antiguo de origen medieval y su valor más universal: el sepulcro de un joven que parece mirarnos desde la eternidad, una de las estatuas españolas más conocidas.
De los muchos atractivos artísticos y culturales con los que cuenta esta ciudad manchega, es la Catedral el más destacado de sus monumentos. Su construcción comenzó en el siglo XII, aunque las obras se prolongaron hasta el XV. De estilo gótico cisterciense, está flanqueada por dos torres macizas y un gran rosetón.
En los laterales de la Catedral se suceden un sinfín de capillas, entre las que sobresale la de San Juan y Santa Catalina, donde se encuentra el sepulcro del doncel Martín Vázquez de Arce, muerto a los 25 años cuando participaba en la conquista de Granada. Era el tiempo de la conquista del último bastión musulmán en la Península por los Reyes Católicos. Construido en mármol marfileño recostado sobre su tumba, es de un gran hiperrealismo escultórico.
Está el Doncel en mármol marfileño recostado en su tumba, vestido de armadura completa que luce en el pecho, pintada en rojo, la cruz de Santiago, orden de la que era comendador, y tiene un libro en las manos. El busto funerario lo encargó Isabel la Católica. El maestro Juan anduvo inspirado para hacer quizá la más conmovedora estatua funeraria del mundo.
Frente a la fachada sur del edificio se abre la Plaza Mayor, con soportales en uno de sus lados y, en su fondo, el Ayuntamiento, con escudos labrados en piedra en su fachada. Por la calle Mayor se llega hasta la Iglesia de Santiago, con portada románica.
Si se coge la Travesaña Alta se llega a la Iglesia de San Vicente y, justo enfrente, se alza la Casa del Doncel, palacio del siglo XV. Por la misma calle medieval el viajero se topa con la plaza de la Cárcel, en torno a la que se levantan edificios de interés como la Posada del Sol y el Ayuntamiento Viejo.
La última parada nos lleva rumbo al imponente castillo del siglo XII, donde se emplaza el Parador, dotado de una vista privilegiada sobre Sigüenza. Antaño residencia de obispos, cardenales y reyes, la fortaleza, hoy en parte hospedaje, conserva salones señoriales y un patio empedrado, entre otros encantos.
El Parador de Sigüenza está sobre un cerro que domina el pueblo. Su historia es un compendio de la historia de España porque por su solar pasaron los celtíberos, los romanos, los godos y los árabes antes de que el obispo Bernardo de Agén construyera en él, corriendo 1124, un castillo-residencia que sus sucesores ampliaron y amasaron con arreglo a los gustos de cada tiempo hasta convertirlo, casi sin sentir, en un palacio más civil que guerrero.
Pero la provincia de Guadalajara es mucho más, sin duda. Ideal para conocer parte de su patrimonio, historia y gastronomía en un fin de semana. Si quieres obtener más información para tu escapada, te recomiendo leer este artículo de Viajes de Primera.
Como viene siendo habitual, os dejo otro vídeo que muestra, de forma breve, las maravillas que esconde este destino der nombre Sigüenza:
