Se trata de la mayor de las islas Canarias con casi 2.000 kilómetros cuadrados de superficie y, junto con la de Gran Canaria comparte la posición central del archipiélago. El gran macizo del Teide constituye el núcleo de Tenerife, un paraíso vacacional con una excelente climatología todo el año y donde parece que la primavera nunca acaba.
Tenerife, la isla de mayor población de España, ofrece al viajero numerosos atractivos turísticos: varios lugares declarados Reserva de la Biosfera y dos Patrimonio de la Humanidad, el Parque Nacional del Teide y la ciudad de San Cristóbal de la Laguna. Aparte de ambos reclamos y sus conocidísimos Carnavales, Tenerife es mucho más.
Cada año que pasa la isla canaria se convierte en lugar de peregrinación para los amantes del sol, las mejores playas y los clubes de ocio más exclusivos. Eso para empezar. Que no es poco. La mayor de las siete Islas Canarias ejerce un magnetismo innegable para millones de viajeros de todo el mundo: solo el año pasado la visitaron cinco millones de personas.
Guanches y Horatio Nelson
Uno de sus grandes alicientes es la historia que conserva. Su pasado, como no podía ser menos que sus otras compañeras de archipiélago, está asociado a los guanches. Los aborígenes debieron llegar a Tenerife en un período comprendido desde antes del siglo V antes de Cristo hasta el comienzo del cristianismo, hasta que fueron sometidos en 1496 por las tropas de los Reyes Católicos. Fue la última isla canaria que cayó, pero comenzó a despegar su comercio con las Américas.

Tenerife no resultó ajena al ataque de los piratas y corsarios, y de entre las guerras a las que se vio sometida España en los últimos tiempos destaca el ataque de los británicos a la isla en 1797 al mando de Horatio Nelson, quien perdió su brazo derecho durante la refriega.
El Parque del Teide
Sin temor a equivocarnos, podríamos decir que Tenerife es un auténtico y gigantesco resort para cualquier visitante y sus afortunados vecinos. La variedad de sus paisajes la convierten en la isla de mayor altitud. Además, con la catalogación de patrimonio natural por su Parque del Teide y sus reservas naturales integrales e innumerables espacios de interés, convierten la isla en un destino que enamora a cualquiera.
No se trata de una isla de excesivas dimensiones, pero más allá de sus playas llama la atención el paisaje lunar fruto del origen volcánico. Situado en el interior del Parque Natural de la Corona Forestal es, sin duda, uno de los enclaves más sugerentes de la mayor de las Islas Afortunadas.
San Cristóbal, Patrimonio Mundial
Pero Tenerife es mucho más. Es un destino apetecible en cualquier época del año. El abaratamiento de los vuelos hace que viajar hasta la isla sea más asequible que nunca y al alcance de casi cualquier bolsillo.

En el paraíso tinerfeño el viajero no puede olvidar conocer La Laguna. El más difícil todavía se hace posible en esta ciudad sede de la primera universidad de Canarias, con sus gentes jóvenes, músicos callejeros, calles peatonales… Hay que ir, vivirla, y quizás después como otros, escribir sus experiencias y sus vivencias.
San Cristóbal de la Laguna está declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por algo. La localidad canaria, según la idea europea de las ciudades renacentistas, quedó configurada a finales del siglo XVI, convirtiéndose en la primera urbe colonial no fortificada cuya disposición serviría, además, como modelo para construcción de otras ciudades en las Américas.
Y para vivir Tenerife de una forma diferente, una interesante opción es alquilar una casa rural. No todo es mar y playas. La variedad paisajística y la naturaleza excepcional de esta isla invita a ello. Para su próximo desplazamiento a este destino, el viajero puede entrar en casas rurales Tenerife y reservar la suya.