El viajero pone rumbo hoy al pueblo más alto de la Península Ibérica: es Trevélez, en Granada, emplazado a 1.476 metros sobre del nivel del mar y acreditada meca del turismo alpujarreño. Pero aparte de la calidad de sus jamones, la localidad granadina data del tiempo de los romanos, por lo que no carece de historia. Vayamos a desgranarla.
De antes de la llegada de los romanos a Hispania, Trévelez cuenta con una roca en el monte del pueblo con inscripciones que aún no se han podido descifrar y que quizá hagan referencia a un poblado neolítico o prerromano.
No obstante, la orografía y legado vital del pueblo se configura con la llegada de los árabes a la Península Ibérica. El sistema de regadío que implantaron la zona de Al-Ándalus contribuyó a configurar el paisaje típico de las Alpujarras, con Trévelez como lugar destacado.
La toma de Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492 no pudo sin embargo con Trevélez, que se convirtió en un foco de resistencia morisca. Aquí, unos cuantos árabes se alzaron y dirigieron a la sierra para actuar como bandoleros contra las tropas cristianas.
El pasado de Trevélez deja paso a un recorrido sosegado por sus calles para disfrutar de sus bellos rincones. El pueblo se divide en tres barrios que de forma imaginativa se denominan de Arriba, del Medio y de Abajo. Corre la leyenda de que el pueblo es fundación de tres hermanos enemistados, los Vélez, de los que proceden nombre y distritos.

La pintoresca arquitectura popular de la localidad se caracteriza por encaladas casas de pizarra que rematan en ‘cerraos’, techos planos con enormes chimeneas, y por las callejuelas irregulares y escalonadas en las que se abren pequeñas plazitas.
Uno de sus principales edificios religiosos es la iglesia parroquial de San Benito, del siglo XVIII, reformada tras la Guerra Civil. El municipio es ideal para dar paseos y visitar sus fuentes-lavadero tradicionales. En los alrededores, el viajero puede conocer el molino Altero y la acequia de Cástaras.
Trevélez es conocida por sus dulces y suculentos jamones curados al aire serrano y por las truchas de su río, dos elementos que casan fritos o al horno. La fama de sus patas de cerdo curadas son tal que hasta la reina Isabel II, en 1862, les concedió el privilegio de lucir el sello real.
Una excursión recomendada por estas tierras es la del nacimiento del río Trevélez, en Siete Lagunas, a tres horas de marcha para los buenos caminantes. Merece la pena en la época del deshielo detenerse en la curva de la carretera desde la que parte la vereda de ascenso del río, la misma que toman los montañeros.
Trevélez no está muy lejos de Santa Fe (a 45 kilómetros de distancia), otro de lugares con mucha historia de la provincia de Granada relacionada con los moriscos y los Reyes Católicos. En esta localidad se firmaron las conocidas Capitulaciones, que permitieron la entrega de Granada a Isabel y Fernando.

Cómo llegar a Trevélez: está situado en la parte septentrional de la Alpujarra, a unos 97 kilómetros de Granada. A este lugar se puede acceder con vehículo por varias carreteras.
Dónde dormir en Trevélez: La Fragua II; Calle Posadas s/n; 18417 Trevélez (Granada); teléfono: 958858512.
Dónde comer a Trevélez: La Fragua; Calle San Antonio, 4; 18417 Trevélez (Granada); teléfono: 958858573.