Desde Turín a Pyeonchang, el viajero conoce el pasado y los encantos de ciudades idóneas para la práctica del esquí y otras actividades deportivas
Si se investiga en profundidad sobre el origen del esquí, hay que remontarse a tiempos pretéritos, en concreto al año 800 antes de Cristo. Lugares como Rusia y Escandinavia son los escenarios donde algunas fuentes señalan que se empezó a practicar esta actividad por primera vez; una modalidad deportiva que, entonces, no tenía tanto que ver con lo que se realiza ahora cuando se va de viaje a esquiar en los Alpes Franceses. O a otros puntos del globo.
El esquí es uno de los deportes que más actividad económica genera sobre su entorno, ya que alrededor de las pistas de nieve y polvo se levantan una serie de complejos turísticos, hoteles y de restauración que no existen en consonancia de otras prácticas como el fútbol, el baloncesto o la natación. Quizá solo pueda ser comparable con los deportes náuticos, cuyos equipos e instalaciones también activan la economía de las ciudades y lugares que albergan los puertos marítimos.
Los deportes de invierno, al ser estacionales y depender directamente de las condiciones climatológicas, quizá no despiertan tanto interés como otras modalidades. También están unidos al concepto de viaje o escapada y no siempre el viajero dispone del tiempo. De hecho, muchos aficionados al esquí planifican las vacaciones y los fines de semana en función de la presencia de nieve en las pistas y las ofertas de alojamiento que se pueden encontrar en páginas como Esquiades.com, que ofrecen paquetes en ese sentido.

Con el objetivo de promocionar los deportes de invierno y otorgarles la importancia que realmente merecen, nacieron los Juegos Olímpicos de Invierno, que también se celebran cada cuatro años, alternándose con los JJOO de Verano desde el año 1992. Hasta 1924, momento en el que se pusieron en marcha, hockey y patinaje sobre hielo habían estado incluidos y considerados como deportes de verano. Y desde aquel año solo se interrumpieron en 1940 debido a la Segunda Guerra Mundial.
De viaje a Pyeonchang
Si no fuera por esos capítulos amargos de la Historia contemporánea, se podría decir que el deporte casi todo lo puede, ya que este año, los Juegos de Invierno de Pyeonchang (Corea del Sur) han sido testigos de la unión de las dos Coreas, países fronterizos enemistados desde 1948.
Pyeonchang ha sido el escenario geográfico donde se han celebrado los XXIII Juegos Olímpicos de Invierno y se ha convertido, asimismo, en el tercer lugar asiático en acogerlos, tras Sapporo y Nagano en Japón. De hecho, Pyeongchang ya había sido candidata para los Juegos de Invierno del año 2014, que finalmente se celebraron en la localidad de Sochi (Rusia)

Pero si existe una ciudad que ha destacado en los últimos años y de la que todos se acordarán esa es la italiana Turín. La que fuera la primera capital de Italia tras la unificación en el año 1861, acogió los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006. Aparte de ser conocida por acoger la fábrica de automóviles Fiat (ubicada en la ciudad desde 1899 hasta hace poco tiempo), la capital del Piamonte pasó de ser una aldea medieval a una metrópoli europea gracias a la dinastía de los monarcas Saboya.
Los encantos de Turín
Turín se encuentra muy cerca de otra gran urbe, Milán, el centro económico del país, a escasa hora y media en tren. Presenta una gran variedad de atractivos turísticos que nada tienen que envidiar a la capital de la moda. El Museo Egipcio, el segundo más importante del mundo después del de El Cairo, o la Santa Síndone, la Sábana Santa de la que se dice que sirvió para envolver a Jesucristo (y que se conserva en la Catedral de San Juan Bautista, son algunas de las atracciones más visitadas.

Esta ciudad, famosa también por el fútbol, con sus clubes como los antagónicos Juventus y Torino, alberga miles de secretos, misterios y lugares mágicos que asombrarán sin duda al viajero. Como por ejemplo, la descomunal Mole Antonelliniana, el icono más visible de la urbe, que también acoge el Museo del Cine. El Palacio Madama o las residencias de recreo de los Saboya, junto al Museo del Risorgimento italiano son otras opciones que tiene el viajero para visitar.
Tras Pyeongchang, los Juegos Olímpicos de Invierno visitarán de nuevo Asia, esta vez Pekín (en China) Para 2026 aún no hay lugar elegido. Algunas voces dicen que Barcelona podría ser una de las candidatas, pero Neve y Glitz, las mascotas de Torino 2006, llevan soñando con volver a organizar los Juegos desde que acabaron aquel invierno y ya han comenzado a transmitir su ilusión a todos sus vecinos. Lo que importa es que el deporte siga triunfando por encima de todo.

Dónde dormir: Hotel Urbani; Via Saluzzo, 7; 10125 Turín (Italia); teléfono: +39 011 669 9047.
Hotel Diplomatic; Via Cernaia, 42; 10122 Turín (Italia); teléfono: +39 011 561 2444.
Hotel Miramonti; Piazza Derna, 238; 10154 Turín (Italia); teléfono: +39 011 203434.
Dónde comer: Jintaewon; 325-18 Hoenggye-ri, Daegwalnyeong-myeon, Pyeongchang-gun, Gangwon-do, Corea del Sur; teléfono: +82 33-335-5567.
Pyeongchan14-7 Saeideul-gil, Yongpyeong-myeon, Pyeongchang-gun, Gangwon-do, Corea del Surg-Gang; teléfono: +82 33-332-9065.
Yetgol; 5 Gipung 1-gil, Bongpyeong-myeon, Pyeongchang-gun, Gangwon-do, Corea del Sur; teléfono: +82 33-336-3360.
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