La Universidad Laboral de Gijón, construida entre 1946 y 1956 a tres kilómetros de la ciudad, es el edificio más grande de España (abarca 270.000 metros cuadrados), más todavía que El Escorial.
Es el más típico producto populista y megalómano, grandilocuente y retórico del franquismo, cuya intención propagandística queda patente con solo contemplar el escudo franquista sostenido por dos ángeles tunantes que preside la fachada principal.
Aunque su fin originario fuera otro: el de formar a niños huérfanos de padres víctimas de accidentes laborales en la minería.
Un equipo formado por los mejores técnicos de la época diseñó los edificios e instalaciones que configurarían una ciudad escolar independiente (residencia, escuela, talleres industriales, granja, instalaciones deportivas y campos de cultivo), todo funcional y moderno pero sin renunciar a ciertos toques artísticos, como la volumetría del Partenón de Atenas, o bellas esculturas, mosaicos y frescos.
El edificio ideado por Luis Moya fue concebido como una gran ciudad ideal autárquica y cerrada sobre sí misma. El viajero podrá admirar la grandilocuencia faraónica del atrio corintio erigido con diez columnas de granito de diez metros y medio de altura cada una y sobre todo quedará anonadado ante la magnitud del patio central de 150 metros de largo por 50 de ancho.
Todo esto sirve tan solo para abrir boca antes de penetrar en la capilla del centro, impresionante testimonio de la España nacionalcatólica imperante en el tiempo en que se construyó el conjunto: es la iglesia de planta elíptica más grande del mundo (807 metros cuadrados), con capacidad para 2.000 personas.
No se escatimó ningún lujo en la concepción del templo: en la fachada, una hornacina con la imagen de la Virgen de Covadonga se flanquea con cuatro columnas corintias que sostienen sendas esculturas de san José, san Ignacio, san Pedro y san Pablo…
…Todo ello rematado por el apóstol Santiago a caballo y dos ángeles que sostienen la Cruz de la Victoria, en bronce con incrustaciones de cristales, mármoles y piedras de color. Completando el programa iconográfico otros 16 santos de bulto.

La gigantesca cúpula, a 33 metros de altura, es de una envergadura tal que parece diseñada para emular a las más famosas de la cristiandad: 2.300 toneladas de ladrillo en el aire con un óvulo central por el que debería haber entrado la luz del sol para iluminar el interior de la iglesia, pero la obra cedió algo, un pequeño fallo de diseño, y el efecto se ha perdido.
El suelo de mármol, los bancos de embero (una rara madera procedente de Guinea Ecuatorial), tallados en una sola pieza y todos distintos, las columnas que sostienen el baldaquino (ocho metros de altura, granito rosa, una sola pieza) expresan el lujo y la munificencia de este conjunto escolar pensado para apabullar cuando buena parte de la población padecía el hambre y escasez de la posguerra.
El salón de actos copia a tamaño natural del Partenón de Atenas con aforo para 1.500 personas entre patio, palcos y anfiteatro, con butacas forradas con piel de camello y climatizado con un ingenioso sistema subterráneo de distribución del aire. La torre, inspirada en la Giralda de Sevilla, tiene 117,60 metros de altura.

La dirección y el plan de estudios del inmenso conjunto se encomendó a los jesuitas y la intendencia a las monjas clarisas, pero tras la instalación de la democracia todo ha vuelto a manos laicas y las instalaciones se dedican hoy a una variedad de funciones educativas, culturales y administrativas.
La granja se ha reciclado en campo de golf, el convento de las clarisas es sede de la Radiotelevisión de Asturias y la residencia femenina es un hotel. En su momento fue el Instituto de Educación Secundaria más grande de España, con cabida para más de 3.000 alumnos.
La tiranía de un régimen que gobernó el país durante cuatro décadas dejó su impronta, para orgullo del dictador, en varios colosales monumentos que todavía perduran en la actualidad. El Valle de los Caídos es el más conocido, pero existen otros, como el Cerro de los Ángeles, un monumento dedicado al Sagrado Corazón.
El delirio del caudillo le llevó, además, a intentar levantar una red defensiva de búnkeres por toda la franja pirenaica conocida como la Línea P o levantar una galería de túneles secretos en Canarias.

Dónde dormir: Hotel Abba Playa Gijón; Paseo Doctor Fleming, 37; Gijón (Asturias); teléfono: 985000000.
Dónde comer: Restaurante La Marmita; Calle de Begoña, 20; Gijón (Asturias); teléfono: 985354941.
Nuestros compañeros del programa radiofónico El Abrazo del Oso (Onda Merlín) debaten sobre la represión que llevó a cabo el franquismo, que trató de borrar del mapa cualquier pensamiento crítico que pudiera desestabilizar el régimen.
Otro audio de interés sobre el periodo franquista es el que tiene lugar en el programa Ágora Historia. En él, José Luis Ibáñez Salas, autor del libro El Franquismo (editorial Silex), habla con David Benito sobre las sombras y las luces de aquel régimen:
En él se formaron en Oficialía, Maestría, Bachillerato laboral e Ingeniería Técnica Industrial más de 150.000 alumnos de todas las provincias de España, becados y con todos los gastos pagados. Si no hubiese sido por esa y por las otras seis universidades laborales, cerca de un millón de jóvenes españoles no hubiesen tenido formación ni posibilidades de estudiar por falta de medios económicos en sus familias.
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En ese edificio se formaron en Oficialía, Maestría, Bachillerato laboral e Ingeniería Técnica Industrial más de 150.000 alumnos de todas las provincias de España, becados por ese régimen y con todos los gastos pagados. Si no hubiese sido por esa U.L. y por las otras seis universidades laborales, cerca de un millón de jóvenes españoles no hubiesen tenido formación ni posibilidades de estudiar por falta de medios económicos en sus familias.
Hay que ver el tiempo en que se construyeron para conocer la sociedad de la época. La de Gijón se creó en un principio como centro de estudios para los hijos de los mineros y posteriormente se amplió al resto de españolitos de la época.
No todo fue malo aunque nos lo cuenten. Yo fui uno de los que completaron sus estudios desde Oficialía hasta Ingeniería Técnica sin posibilidades familiares gracias a aquel sistema.
Enhorabuena al autor por el artículo y por darle visibilidad a la que fue mi casa durante una temporada. Eso sí, me gustaría comentar que el tono en cuanto a «producto populista y megalómano» lo creo inadecuado y fuera de lugar a estas alturas de la película. Sobretodo porque se está hablando de «mi casa», que la conozco bastante bien y, pese a que yo ya estudié en la época «democrática», considero que muchos de estos comentarios y tonos a la hora de referirse a la Laboral, han traído pésimas consecuencias sobre los estudiantes que allí nos formamos y sobre el uso (y desuso, falta de mantenimiento y reconocimiento institucional) que del edificio se ha hecho posteriormente.
En mi caso, desgraciadamente, me quedé huérfano de padre y madre con 2 años y medio. Mis abuelos, que son de un pueblo en las montañas me criaron y, cuando cumplí 14 años, La Laboral pasó a ser mi casa y la forja de una educación que me ha llevado, con el tesón y conocimientos que allí aprendí, a estudiar la carrera de Ingeniería de Telecomunicación todo en primera convocatoria y, tras trabajar durante 8 años en dos multinacionales del sector, montar mi propia empresa, que tiene ya clientes de renombre internacional. Estoy seguro de que, sin lo que La Laboral me ofreció (gratuitamente), yo no habría podido llegar a donde estoy. Y doy gracias por ello y por la gente que allí conocí de todas las partes de España. Todos, en mayor o menor medida, albergamos sentimientos similares y nos consideramos «hermanos/as» de alguna manera.
Pero me da mucha pena ver cómo durante los últimos 30 años se sigue hablando solamente del yugo y las flechas que se pueden ver en algunos sitios o el escudo de la entrada principal. Lo cual genera opiniones destructivas en gente que no conoce este edificio o su historia; como políticos y similares que la llevan al olvido en cuanto al mantenimiento de la misma. Pero no se habla de lo que se consiguió con ella: formar a miles de españoles que, quizás, si no hubiera existido, no habríamos llegado a nada reseñable en la vida ni habríamos ayudado a Asturias, España, Europa… a crecer y mejorar la vida del resto de ciudadanos.
Creo que las cosas hay que verlas en su entorno temporal.
En Alemania, se han mantenido elementos Nazis. No creo que sea bueno borrarlo todo. Más bien al contrario. Enseñemos a la juventud actual sobre el mal que hicieron ciertos regímenes, y que lo vean en persona. No borremos de cuajo las cosas simplemente porque tengan un escudo. Y, sobretodo, no nos olvidemos de que hubo cosas buenas, y La Laboral, sin duda lo fue para personas como yo y para la sociedad en la que vivo.
Saludos.
Hola José Antonio. Gracias por tus palabras. El hecho de que personas como tú y tantos otras se formaran intelectual y humanamente en esta universidad en época democrática (por fortuna) no niega ni es incompatible con que el edificio fuese levantado en una época concreta, por un régimen concreto y con una finalidad concreta. Forma parte de nuestro pasado como país y debemos asumirlo por mal que nos pese a algunos y contente a otros.
Saludos
Estuve en Gijón este verano y en ningún momento tuve conocimiento de la existencia de este edificio. Parece muy espectacular, el norte de España es una gozada.
Hola Álvaro,
es una lástima que no pudieras disfrutar de la historia que encierra este inmenso edificio, apenas a tres kilómetros de Gijón. Totalmente de acuerdo contigo en lo espectacular del norte de España. Pero también el centro, el este, el oeste y el sur si hablamos de nuestro pasado…
Gracias por tu comentario
Me ha encantado vuestro post y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho «si lo bueno es breve es dos veces bueno». Me gustara volver a leeros de nuevo.
Saludos
Gracias por vuestras palabras. Aquí nos tienes para seguir viajando al pasado con la máquina del tiempo.
Saludos!
El origen puede ser discutible, no asi la calidad educativa del sistema. A tener en cuenta que una asignatura suspenda significaba pérdida dE beca y logicamente vuelta a casa, por lo que quien terminaba sus estudios en ella podía acometer cualquier carrera universitaria.
Hola Andrés,
de acuerdo contigo. Cuento la historia del edificio, cómo se gestó y quién ordenó construirlo. No pongo en duda su sistema educativo ni su calidad; no es esa mi intención como imagino habrás podido darte cuenta tras leer el artículo.
Gracias por tu comentario.
Muchas gracias por el artículo, no obstante pienso que algunos comentarios pueden llevar, al posible visitante, a infravalorar este lugar.
Es verdad que no se ve publicidad para visitarlo y muchas personas de fuera de Asturias lo descubren tarde.
Por otro lado y fuera de este artículo, creo que se está perdiendo el poder utilizarlo de otras muchas maneras, como por ejemplo la cantidad de habitaciones que tiene, salones de actos, aulas, etc.
Ok Abel, gracias por tu aportación
Me gustaría que regímenes más modernos y prósperos pudieran en su tiempo de gobierno una impronta similar. Todo esto se hizo para las personas de menos recursos y más vulnerables, tuvieran posibilidades de desarrollar todas sus capacidades. Solo se critica lo que es realmente bueno y no teniendo capacidad de mejorar el presente, aludiendo al pasado como un mal con deseos de borrarlo para siempre. Así nos va.