El valle de Arán, ubicado en el noroeste de la provincia de Lérida, en los Pirineos, colindante con Francia, es un lugar singular repleto de historia. A lo largo de su devenir, la zona ha sido un enclave geoestratégico para el tránsito entre ambos lados de los Pirineos.
En el siglo XII el valle se convirtió en objeto de disputa entre la Corona de Aragón y el condado francés de Cominges, viéndose obligado a intervenir el papa Bonifacio VIII. Un siglo después, los habitantes del valle decidieron democráticamente unirse a la Corona de Aragón, por lo que Jaume II les colmó de privilegios.
Mucho antes, el valle ya estuvo poblado desde la Prehistoria, y como el resto de valles pirenaicos, fue incorporado a los dominios de la Antigua Roma. Al parecer se dio con la ocupación de las Galias por parte de Julio César en el siglo I a.C. Con la caída del Imperio romano, los valles quedaron abandonados a su suerte y se sucedieron unos siglos sin ninguna referencia histórica.
Uno de los episodios más destacados de la historia contemporánea que tuvo al valle de Arán como protagonista se dio tras la Guerra Civil. La zona se convirtió en uno de los lugares fundamentales para el escondite de la guerrilla española, los maquis; allí se internaron varias unidades de combatientes en el exilio en noviembre de 1944 durante el marco de la operación ‘Reconquista de España’.

El propósito de la operación (que organizó a un gran grupo de entre 4.000 y 7.000 soldados) fue liberar un pequeño territorio donde se pudiera instalar un gobierno provisional republicano, fomentar la insurrección contra la dictadura de Franco y, sobre todo, en el contexto de la reciente liberación de Francia tras la II Guerra Mundial, conseguir la ayuda de los aliados.
Las singularidades rodean al valle de Arán. Como el hecho de contar con hasta tres lenguas oficiales: castellano, catalán y aranés, derivada del occitano. Además, en este valle nace el río Garona, que desemboca en el océano Atlántico. También su autogobierno, que ha sobrevivido a casi todas las inclemencias históricas, aunque perdió su estatus en 1834, durante la regencia de María Cristina y la creación de las provincias.
Gracias a la Ley del Régimen Especial, Arán disfruta hoy de una situación jurídica especial. Cuenta con un tratamiento especial dentro del Estatut catalán, en el que se reconocen avances de autogobierno superiores a los del conjunto de la comunidad autónoma. Aunque el independentismo catalán no tiene aquí uno de sus principales bastiones, ya que sus habitantes se sienten primero araneses, luego españoles y por último catalanes.

En Arán viven unas 10.000 personas repartidas en nueve municipios, de las que cerca del 70% se dedica al turismo. Célebre es su estación de esquí de Baqueira Beret, la mayor de España. En el valle de Arán abundan las casas rurales, los hoteles y los restaurantes. El poder administrativo se concentra en Vielha, en la capital.
La población de osos en el Pirineo estaba prácticamente extinguida a comienzos de los años noventa del pasado siglo, hasta que Francia reintrodujo este animal en la cordillera. Ahora hay una treintena en los Pirineos, de entre los que seis y ocho merodean por el valle de Arán; eso sí, alejada del centenar que habita en los Picos de Europa.

Dónde dormir: Hotel Arán la Abuela; Av. Castiero, 5; 25530 Vielha (Lérida); teléfono: 973640050.
Dónde comer: Era Coquela; Avenguda Garona, 29; 25530 Vielha (Lérida); teléfono: 973642915.